Me gustó la construcción y su antecedente histórico, aunque no presenta algún museo o libros que expliquen más… terrible la atención de la recepcionista del horario de la tarde, grosera, no te atiende en lo que le pides, agresiva, la de la noche fue más amable (la del pelo rizado) fue más agradable y brindó mejor atención, por otra parte, las toallas de baño te las dan manchadas, el desayuno que dan no es lo que imagine, aunque cerca hay un restaurante que atiende muy bien, ese fue nuestra salvación. Las piscinas sucias y fría el agua (no las recomiendo), falla el internet y no hay más nada en el lugar… podría invertirse en construir andadores, fuentes, aprovechar el concepto de hacienda. En fin, dudo en que regresaré a ese lugar.