Las 10 mejores estaciones de esquí de Italia

Val Gardena engloba tres coquetos pueblos con estación de esquí: Ortisei, Santa Cristina y Selva. Juntos conforman un modesto conjunto en el que se encuentran las mejores pistas de larga distancia de los Dolomitas. Aunque también hay opciones para principiantes, Val Gardena resulta especialmente adecuado para los esquiadores más veteranos, sobre todo porque aquí se encuentra la adrenalínica pista de Saslong que se construyó para la Copa Mundial de 1970.

Val Gardena también constituye un paraíso para los esquiadores aficionados a los trayectos de larga distancia, ya que incluye 160 kilómetros de pistas interconectadas que atraviesan el espectacular terreno montañoso. La favorita es, sin duda, la famosísima ruta de 24 kilómetros Sella Ronda, que recorre cuatro hermosos valles bajo el bello macizo de Sella.

La oferta de apresquí de la zona se centra en la gastronomía, y el número de restaurantes en los que disfrutar de largos almuerzos supera al de los bares de copas.

Madonna di Campiglio es el lugar al que acuden los glamurosos alpinistas para ver y ser vistos, y es que esta estación es más célebre por sus opciones de apresquí que por sus pistas. La completa oferta de bulliciosos bares, clubes con música a todo volumen, boutiques exclusivas y lujosos spas proporciona un variado abanico de entretenimiento tras la puesta del sol, aunque también hay diferentes opciones para practicar esquí nocturno.

Algunos de los 58 telesillas de Madonna salen desde el centro del pueblo y permiten acceder a casi 300 emocionantes pistas para todos los niveles. Las rutas principales están increíblemente bien cuidadas. De hecho, muchos las consideran las más impecables de todo el país. Los expertos pueden probar su técnica en la arriesgada Dolomitica, con una pendiente de 70 grados que supone todo un reto, y los aficionados al estilo libre preferirán entrenar sus habilidades en Ursus Snowpark.

Cortina es muy popular entre la jet set desde que se celebraron aquí los Juegos Olímpicos de Invierno de 1956. Sin embargo, aunque esta glamurosa megaestación es, sin duda, muy exclusiva, lo que en realidad atrae a los visitantes es su espectacular paisaje alpino. De hecho, recibe el nombre de "Reina de los Dolomitas" precisamente por su inmensa belleza natural, y la joya más brillante de su corona es Cinque Torri, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Esta cordillera de cinco picos elevadísimos destaca sobre todo el parque y regala una estampa extraordinaria, la mires desde donde la mires, sobre todo al atardecer.

Cortina es una de las mejores opciones de los Dolomitas para principiantes, que en su mayoría se reúnen en torno a las suaves pendientes de Socrapes y Pomedes. También encontrarás una pequeña selección de pistas de nivel avanzado y cerca de 50 telesillas para desplazarte por la estación.

Alpe di Siusi es el destino perfecto para disfrutar de unas divertidas vacaciones de esquí en familia en los Dolomitas. Entre las instalaciones infantiles de la estación destacan su escuela de esquí, un servicio de guardería, excursiones para los niños, un pequeño parque temático y los mecanismos de seguridad específicos de sus telesillas. Gracias a todos estos servicios, los adultos pueden lanzarse a correr sus aventuras alpinas sin preocuparse de los reyes de la casa.

Los 60 kilómetros de pistas de Alpe di Siusi están exquisitamente conservados, y en ellos trabajan equipos de nieve artificial para garantizar unas condiciones perfectas de esquí desde diciembre hasta marzo. A los aficionados al snowboard les encantarán los distintos parques en los que pueden practicar este deporte, equipados con barreras, cajas y rampas.

Courmayeur es un animado refugio con una excelente oferta de esquí y spas, muy popular como destino de fin de semana entre la clase acomodada de Milán. Este lugar es indiscutiblemente exclusivo. En sus restaurantes y bares verás a las personas más deslumbrantes de Italia, aunque ninguna de ellas pueda competir en belleza con las arrebatadoras vistas del pico más alto de Europa: el Mont Blanc.

Si las condiciones son buenas, los aficionados al esquí de fondo pueden subir al teleférico Funivie Monte Bianco y unirse a una visita guiada por las mejores rutas sin señalizar del continente. Si no lo son, las vistas desde esta elevadísima cumbre merecen la pena por sí mismas. Otra excelente opción es la Vallée Blanche, en el lado francés de la frontera, una pista de nieve polvo recién caída de 20 kilómetros que desciende 2700 metros.

La inaccesibilidad de Livigno, una localidad ubicada en un lugar apartado cerca de la frontera con Suiza, acentúa su atmósfera de joya por descubrir. Su principal atractivo son los parques de snowboard de la región de Mottolino, con más de 60 obstáculos que ponen a prueba a esquiadores de todos los niveles: los aficionados al estilo libre de nivel intermedio tienen la oportunidad de saltar desde un antiguo avión de combate, mientras que los más profesionales pueden practicar sus backflips con un airbag de seguridad. Además del snowboard, en Livigno encontrarás estupendas pistas de esquí de fondo, muchas de ellas ideales para practicar heliesquí.

Tras una jornada de deporte, nada como descubrir las sencillas opciones gastronómicas y las boutiques libres de impuestos de un pueblo que emana una atmósfera deliciosamente relajada. Y, si te aburres, tendrás a tu disposición un sinfín de telesillas para subir de nuevo a las montañas.

Bormio es una pintoresca aldea alpina que desprende un irresistible encanto tradicional italiano. Las espectaculares vistas de los Alpes de la zona complementan a la perfección las plazas históricas y las capillas de estilo románico, mientras que el vapor de los spas que funcionan durante el día aliviarán los músculos más doloridos.

Lógicamente, al margen de todos estos atractivos, la gente viene aquí para deslizarse por sus pistas de esquí, y, en este sentido, Bormio es el paraíso de los alpinistas de nivel intermedio. La crème de la crème es la caída vertical de 1787 metros de la pendiente que recorre toda una montaña, desde la cima hasta los pies, la más larga de su categoría en Italia. Las laderas de Cima Bianca, en Vallecetta, ofrecen numerosas opciones para niveles iniciales e intermedios. Pero si eres esquiador experto, no te marches sin visitar Stelvio Piste, donde se celebra la mismísima Copa del Mundo de esquí.

Como curiosidad para los aficionados a la historia, Giovanni Agnelli, fundador de Fiat, construyó esta estación de esquí en los pasados años treinta, y fue la primera en construirse específicamente con este propósito en Europa. En la actualidad, este rincón exclusivo es el más elevado de la cordillera de la Vía Láctea y ofrece acceso a una espectacular red de 400 kilómetros de pistas conectadas por telesillas.

Debido a su altitud, la estación es muy popular entre quienes valoran una de las mejores nieves polvo de la región. Las pistas azules y rojas de la montaña Banchetta son perfectas para niveles intermedios, mientras que los expertos no pueden perderse la pista olímpica Kandahar Banchetta. A pesar de su envidiable ubicación, el ambiente en Sestriere suele ser bastante tranquilo... hasta que llega el fin de semana, cuando la mitad de Turín acude a las pistas para desconectar del estrés.

Monterosa es una de las estaciones de esquí más grandes del mundo y ofrece opciones para todos los gustos. Sus tres elegantes pueblos, Alagna, Champoluc y Gressoney, están situados en un bonito valle repleto de pistas para explorar.

Los aficionados al esquí tienen a su disposición un buen número de telesillas que salen desde Alagna y llegan hasta Col d'Olen. En estas sublimes altitudes encontrarás estimulantes pistas de esquí de fondo con descensos de 1759 metros a través del glaciar Punta Indren, una de las verticales con mejor conexión por telesilla del planeta. Los esquiadores principiantes pueden quedarse en Champoluc y Gressoney, mientras que los de nivel medio encontrarán opciones adecuadas en todas las zonas. Vayas donde vayas, siempre disfrutarás de las sensacionales vistas de las siluetas del Mont Blanc, el Cervino y el Monte Rosa.

Cervinia no está lejos de la exclusiva estación de esquí suiza de Zermatt, aunque es una opción más asequible y ofrece unas vistas igualmente espectaculares del Cervino. El pueblo no es tan bello como su ultraglamuroso vecino, pero su oferta de bares de apresquí nunca decepciona. La animación máxima se produce en la hora feliz, cuando los esquiadores se desplazan siguiendo la ruta de los locales más populares.

A pesar de su ubicación sobre el escarpado terreno de la zona de pistas más elevada de Europa, Cervinia se caracteriza más por sus largas pistas en plena naturaleza que por sus empinados descensos. Los esquiadores de nivel intermedio adoran Ventina, una pista de 8 kilómetros perfectamente cuidada que discurre por un valle. También encontrarás opciones para el nivel básico y podrás dar alguna clase para refinar tu técnica.