Verona, situada en el norte de la soleada región italiana del Véneto, parece sacada de un cuento, pues está llena de serpenteantes callejuelas, románticos patios y casas con tejados de terracota. Aunque la mayoría de los visitantes se acercan a la casa de Julieta, una vivienda del siglo XIV que cuenta con un pintoresco patio y un pequeño balcón de piedra, el verdadero elemento central de la ciudad es la Arena de Verona.
Este vasto anfiteatro romano, cuyos orígenes se remontan al siglo I, es escenario del festival anual de ópera que tiene lugar cada verano. Además de su encanto, Verona puede presumir de un panorama artístico floreciente, de productos y vinos locales de gran calidad y de la belleza del cercano lago de Garda. Y, por si todo esto no bastara, la ciudad de Venecia también se encuentra a poca distancia.