10 actividades para hacer en Turín en un día

La plaza San Carlo de Turín, rodeada por los elegantes soportales de edificios del siglo XVII perfectamente conservados, es un fantástico lugar para descubrir por primera vez el encanto histórico de la ciudad. El extremo meridional de la plaza está presidido por dos iglesias gemelas: la de Santa Cristina, con un bonito campanario, y la de San Carlos Borromeo. En el centro se alza la estatua ecuestre de bronce de Manuel Filiberto, duque de Saboya. Para admirar las vistas, no hay nada como tomar un capuchino en el Caffè Torino o el Caffè San Carlo, cada uno en un extremo de la plaza.

Via Roma es la versión turinesa de Oxford Street, la famosa arteria comercial de Londres. Se trata de una calle de unos 700 metros de largo ideal para pasear, que comienza en la plaza San Carlo y finaliza en el Palacio Real. Está bordeada en toda su extensión de los soportales que decoran la base de bonitos edificios históricos y de boutiques de grandes diseñadores, como Louis Vuitton, Salvatore Ferragamo y Swarovski. Vale la pena pasear por esta calle no solo para echar un vistazo a los escaparates, sino para sumergirse de lleno en la atmósfera llena de vida de la ciudad, en ocasiones animada por músicos callejeros que interpretan canciones originales y versiones. Como recomendación, es aconsejable reservar un hotel cerca de Via Roma.

El Palacio Real de Turín, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es la residencia histórica del duque de Saboya y su familia. El edificio contiene grandes salones, estancias doradas, un museo real, una armería y una biblioteca real que se pueden visitar únicamente mediante una visita guiada, que cuesta en torno a 12 euros y permite acceder a todas las instalaciones. Los jardines reales situados detrás del palacio se pueden visitar gratuitamente. El complejo se halla a diez minutos a pie de la plaza San Carlo por Via Roma. De camino pasarás por la plaza Castello, presidida en el centro por el Palacio Madama.

El mercado de productos frescos de Porta Palazzo, el más grande de Turín, se encuentra en la esquina sudeste de la plaza de la República, una vasta extensión octogonal al norte del Palacio Real. En el interior del edificio, conocido popularmente como la "antigua marquesina del reloj" (Antica Tettoia dell'Orologio), encontrarás puestos de venta de productos frescos italianos y prendas de vestir. Detrás de este mercado, se instalan agricultores que venden directamente sus artículos. En Porta Palazzo es patente la influencia histórica de la cultura marroquí, ya que fue una de las primeras comunidades de inmigrantes de la ciudad. Esto explica la presencia de numerosos puestos en los que se vende carne halal, así como especias y hierbas exóticas. Si te apetece llevarte un recuerdo original de Turín, échales un vistazo a la cerámica y los vasitos típicos de Marruecos.

Este majestuoso edificio fortificado que se alza frente al complejo del Palacio Real de Turín es en la actualidad un museo de arte antiguo. Alberga una colección permanente repartida en cuatro plantas, en la que tienen cabida desde pinturas clásicas hasta artefactos con siglos de antigüedad procedentes de todos los rincones de Italia. La entrada cuesta en torno a diez euros para adultos y es gratuita para los menores de 18 años. Además, el primer miércoles de mes se puede acceder gratis al museo. También se celebran exposiciones temporales y en colaboración con otras instituciones sobre diversos temas, como la historia del perfume y las pinturas medievales de los castillos de Francia, por lo que el precio de la entrada puede variar en función de estos eventos.

Turín es la capital de la región del Piamonte, una zona de Italia famosa por uno de los tesoros culinarios más apreciados del mundo: el tartufo bianco, es decir, la trufa blanca. Si tu visita coincide entre octubre y noviembre, no pierdas la oportunidad de degustar los mejores platos a base de trufa y vinos de la región en los festivales que se dedican a la trufa blanca en la ciudad. Además, en Turín hay un restaurante especializado en este manjar: I Tartufi Bistrot. Como puede esperarse por su nombre, la trufa no falta jamás en la carta, e incluso se puede disfrutar de platos de degustación a partir de 23 euros.

La Mole Antonelliana, construida por el arquitecto italiano Alessandro Antonelli, es uno de los edificios más representativos de Turín. Si te apetece contemplar unas vistas panorámicas inolvidables de la ciudad, no dudes es subir a su enorme cúpula. La Mole se encuentra a unos diez minutos a pie del complejo del Palacio Real. Para subir a la cima, basta con tomar el ascensor exento con paredes de cristal que asciende por el centro de la construcción por unos ocho euros, aunque también se puede adquirir una entrada combinada por unos 15 euros que incluye el acceso al Museo del Cine, también en la Mole.

El Cuadrilátero Romano de Turín es el antiguo barrio romano de la ciudad, un encantador laberinto de callejuelas que conectan palacios, iglesias románicas y algunos de los restaurantes y comercios más de moda. No dudes en pasear tranquilamente por esta zona para descubrir a tu ritmo los puntos de referencia, los bonitos patios antes de que se ponga el sol y los hoteles más populares de la ciudad. Sin embargo, por la noche este apacible entorno se llena de animación, ya que es uno de los mejores lugares de la ciudad para disfrutar del aperitivo o de la happy hour en alguno de los numerosos bares. En la pequeña plaza Emmanuele Filiberto encontrarás restaurantes tradicionales que sirven bebidas y bufés por unos diez euros.

Si te apetece disfrutar de una cena junto al río no muy lejos del centro histórico de Turín, no hay mejor lugar que el restaurante L'Idrovolante, un espacio elegante con vistas al tranquilo parque Valentino y mesas junto al pintoresco río con patos. Entre los platos italianos a base de pescado destacan las gambas mechadas y flambeadas con ensalada de piña al mojito, mientras que los aficionados a la carne se chuparán los dedos con el solomillo de cerdo glaseado con frambuesas y polenta al gratín. Pregunta por la especialidad del día, que se sirve con una copa de vino por unos 30 euros.

El Teatro Regio de Turín, el único teatro de ópera de la ciudad, ocupa desde hace siglos el extremo oriental de la plaza del Palacio Real. Entre los meses de octubre y junio acoge aproximadamente de nueve a trece ballets, conciertos sinfónicos y óperas, entre los que destacan grandes clásicos como Tristán e Isolda, Cascanueces y El lago de los cisnes, con una duración aproximada de hasta cinco horas. También se puede realizar una visita guiada en el teatro de una hora y media entre septiembre y julio para conocer el vestíbulo y el auditorio, así como los archivos históricos y algunos aspectos técnicos.