10 actividades en Valencia con un presupuesto limitado

El Miguelete es la torre del campanario de la famosa Catedral de Valencia. No es difícil de encontrar, dado que se asoma por encima del casco antiguo de la ciudad. Desde ahí, disfrutarás de vistas a las bulliciosas calles de la plaza de la Reina, uno de los lugares más animados del centro. La construcción de esta torre gótica se produjo entre los años 1380 y 1420, y pocas cosas pueden sustituir una visita a la misma.

Prepárate para explorarla, porque, aunque el precio es de unos 2 € por persona, el coste real son los 207 escalones que tendrás que subir para llegar a la zona del mirador, a más de 50 metros de altura. Las vistas son increíbles, con un mar de edificios, castillos y tejados con jardines ante ti. Incluso podrás atisbar el mar durante los días despejados, y las sierras si miras hacia el norte. No hay duda de que merece la pena.

En Valencia, que se asoma al Mediterráneo con su ajetreado puerto y sus largas extensiones de arena, no es de extrañar que tengas playas a mansalva. La más cercana al centro de la ciudad es la playa de la Malvarrosa, que se llena de vida de mayo a septiembre, con largas hileras de tumbonas y un paseo marítimo repleto de cafeterías. Además, es muy fácil llegar en metro. Hay muchas conexiones, para que puedas estar allí en menos de una hora.

Y, si quieres alejarte un poco más, tampoco es que tu bolsillo lo vaya a notar mucho. Tienes autobuses que te llevarán, por ejemplo, a la preciosa playa del Saler. Un par de euros y alrededor de una hora es todo lo que te hace falta para llegar a las dunas y a la arena blanca de este paraíso.

A la altura de las mayores pinacotecas de España, el Museo de Bellas Artes de Valencia exhibe obras maestras de algunos de los pintores españoles más emblemáticos de todos los tiempos. Este amplio museo se halla en el colegio seminario de San Pío V, justo al lado de los jardines del Turia. Tómate unos minutos para contemplar los tallados barrocos que decoran el exterior antes de adentrarte en el edificio.

La entrada es gratuita, por lo que no tendrás que gastar nada para pasar de los hermosos parques a las enormes salas repletas de pinturas. Destacan las colecciones de lienzos góticos de la época medieval, el inquietante autorretrato de Velázquez y las obras románticas de Goya.

Puede que las excursiones a pie gratuitas no sean totalmente gratis, ya que normalmente se espera algo de propina al final, pero las rutas guiadas por Valencia tienen valoraciones excelentes, además de resultar muy económicas. Otra ventaja es que tienes multitud de tipos para elegir. Tal vez te apasione la historia y quieras descubrir los orígenes de la Lonja de la Seda de Valencia. Quizás lo tuyo sea el arte y tengas ganas de saber más sobre las fuentes y esculturas modernistas de la ciudad. O, quién sabe, lo mismo te interesa el arte callejero, con los espectaculares grafitis en el barrio del Carmen. Para todas estas opciones, hay una ruta guiada gratuita. Eso sí, ¡reserva primero!

La horchata y los fartons son delicias típicas de esta zona. Ya sabrás que la primera está hecha de chufa molida. Lo que tal vez no sepas es que tiene sus orígenes en la cultura árabe, quienes gobernaron la ciudad desde el año 714 a. C. Los segundos son unos dulces alargados y blandos glaseados con azúcar. Y, como habrás supuesto, cuando tengas estos dos manjares delante de ti, tienes que mojar los fartons en la horchata para saborearlos a la manera tradicional. Encontrarás muchas horchaterías en el casco antiguo, donde podrás deleitarte con este combo por apenas unos euros.

La tarjeta València Tourist Card es un práctico pase para usar el transporte público de Valencia y disfrutar además de descuentos en las atracciones más destacadas de la ciudad. Tienes diferentes modalidades entre las que elegir: de 24, 48 y 72 horas, o, si lo prefieres, puedes adquirirla para una semana entera. Si, por ejemplo, tu visita va a durar un par de días, conseguir la tuya te costará unos 25 €.

Eso sí, por este precio tienes numerosas ventajas incluidas, por lo que a la larga te saldrá rentable. Para empezar, todo el transporte en metro y autobús por las zonas centrales será gratuito, además de las líneas que van a la encantadora playa del Saler. También contarás con acceso gratis a la icónica Lonja de la Seda y a las torres de Quart del siglo XV. Y, si la orientación no es lo tuyo, no te preocupes: te darán un mapa de Valencia, además de importantes descuentos de hasta el 50 % en la entrada a muchísimos puntos de interés.

La Casa de los gatos, que mide poco más de un palmo, es justo lo que su nombre indica: una gatera. Es una curiosidad de la ciudad que puedes encontrar en la calle empedrada de Carrer del Museo, en la zona norte del casco antiguo.

Y lo sorprendente de esta casita es que tiene todos los elementos de una morada de tamaño normal al estilo valenciano propio: un techo de tejas de terracota, un jardín con su fuente e incluso un balconcito de hierro. Por supuesto, verla es gratis. Eso sí, para ello tendrás que mirar hacia abajo ¡e intentar no molestar a los gatos!

La Albufera es una laguna de agua dulce bordeada por granjas y cañaverales de lo más encantadores. Se esparce a lo largo de más de 21 000 hectáreas justo al sur de Valencia. Si lo que querías era un sitio donde encontrar la paz más absoluta durante tus vacaciones, no busques más. Dispondrás de rutas a pie, jornadas en bici y excursiones en barco.

Y, si lo que te apetece es un poquito de turismo gastronómico, la Albufera es la región de Valencia donde se cultiva la mayor parte del arroz. Sí, ya imaginamos que se te ha venido a la mente la paella. Pues no te preocupes, porque las cantinas que se esparcen por la ribera te servirán este manjar para que puedas saciar tu apetito antes de volver a la ciudad.

La fuente de los Baños es famosa por las aguas termales que se esconden en las escarpadas colinas de la Sierra Calderona. Justo al norte de Valencia, estas aguas son un destino a las afueras de la ciudad que no te puedes perder, y solo tardarás una hora en llegar en coche. Por el camino, pasarás por hermosos valles vestidos de pinos y olivos y por granjas de lo más tradicionales.

El propio manantial está delimitado por altas paredes de roca, y forma una piscina natural a una temperatura constate de unos 25 ºC. Eso quiere decir que son ideales en cualquier época del año. Para llegar a este rinconcito, primero tendrás que recorrer un precioso camino de 800 metros a lo largo del río Mijares. El aparcamiento cuesta unos 5 €, pero el acceso a las aguas es gratuito.

El mercado de Colón es uno de los mercados gastronómicos por excelencia de la ciudad. Se asoma con su elegante fachada de estilo art nouveau a la calle de Jorge Juan, a un agradable paseo de 20 minutos desde la Catedral de Valencia. El exterior es, simplemente, maravilloso, y es que regala una muestra del dinamismo modernista de la urbe, que completa además con mosaicos y azulejos pintados.

En el interior podrás degustar una gran variedad de especialidades, desde puestos con jamón ibérico y horchata, hasta panaderías artesanales y cafeterías donde parar a descansar. Todo ello se halla bajo magníficos techos abovedados y decorados con filigranas metálicas que datan del año 1916.