Las 10 mejores cosas que hacer en Cerdeña

Los nuragas son fortalezas de piedra con forma de colmena rodeados de estructuras similares más pequeñas que suelen incluir una muralla defensiva. Estas peculiares construcciones tienen su origen en torno al año 1500 a. C., durante las guerras púnicas que tuvieron lugar en los siglos III y II a. C., y son obra de la civilización nurágica.

En aquellos tiempos, esta cultura dominaba la isla y así lo atestigua un legado de 7000 nuragas, nada más y nada menos. Son tantas las extrañas y fascinantes construcciones de este tipo que hay repartidas por toda la isla, que no te será difícil visitar alguna durante tu estancia, estés donde estés. El mejor ejemplo de poblado de este tipo se encuentra en Barumini, en un lugar llamado Su Nuraxi, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, que se encuentra a tan solo una hora en coche de Cagliari en dirección norte.

Cagliari es la bulliciosa capital de Cerdeña, y Castello es la ciudadela dorada que vigila desde hace siglos sus bulevares arbolados y sus terrazas bañadas de sol. Aunque se encuentra más cerca de Túnez que de Roma, Cagliari es la más italiana de las ciudades de la isla y presume de una rica historia que aún se palpa en antiguas ruinas romanas, iglesias con siglos de antigüedad y un majestuoso palacio.

El barrio de Castello fue el hogar de la aristocracia de la urbe, y sus cúpulas, torres y palacios se han convertido en auténticos símbolos. Escondidos en un laberinto de callejuelas estrechas de altos muros encontrarás edificios como la universidad, la ornamentada catedral de Santa María, un museo arqueológico y espectaculares torres defensivas a las que puedes subir para disfrutar de las fantásticas vistas de la costa. Si tienes tiempo, también te recomendamos salir de las antiguas murallas y visitar las ruinas romanas y cartaginesas.

La Costa Esmeralda es el lugar al que acuden ricos y famosos de toda Europa a disfrutar de sus megayates y villas junto al mar. Aunque no necesitas una cuenta bancaria como la suya para conocer este lugar, no te sorprendas por los elevados precios de la zona en los meses de verano.

La mayor parte de su oferta se concentra en torno a Porto Cervo, un municipio al que los visitantes acuden básicamente para tomar el sol durante el día y bailar toda la noche. El escarpado paisaje de este tramo de costa al nordeste de la isla combina a la perfección con la vida ociosa de sus visitantes. Y es que aquí encontrarás las residencias más lujosas de toda Italia, propiedad de millonarios y celebridades, y una oferta gastronómica de prestigio mundial.

La gruta de Neptuno se halla escondida en los espectaculares acantilados del cabo Caccia. Por si este promontorio rocoso no fuera suficientemente hermoso, bajo tierra se esconde un mundo de fantasía compuesto por una red de formaciones cavernosas y lagos de agua salada que superan los 2 kilómetros de longitud. Los bordados dorados que la naturaleza ha dibujado aquí con extraordinarias estalactitas y estalagmitas añaden más magia al aura de estas cuevas.

Puedes llegar a la gruta de Neptuno en barco con la llamada Linnea Grotte, que ofrece salidas a diario, o bien a pie por la Escala del Cabirol, un tramo de 660 peldaños excavados en las paredes del acantilado. El horario de apertura varía según la estación y lo mejor es consultarlo antes de la visita.

Navegar por Cerdeña es un auténtico regalo para la vista y permite contemplar los tonos aguamarina del Mediterráneo de la mejor forma posible. Hay numerosos puertos desde los que partir y una excelente oferta de operadores de excursiones en velero para salir a explorar la isla y el entorno.

En la costa sur, las pequeñas bahías de Cala Regina, Mari Pintau y Torre delle Stelle ofrecen rutas espectaculares hasta Villasimius y Cala Pira. El golfo de Orosei, ubicado en el litoral de la zona central oriental, esconde algunas de las playas y grutas más deslumbrantes. La mejor forma de llegar a ellas es en gommone, la zódiac de toda la vida, que puedes alquilar en Cala Gonone o en Marina di Orosei. Presta atención porque probablemente te encuentres con algún que otro simpático delfín durante tu travesía.

Los yacimientos arqueológicos de Nora y Tharros hunden sus raíces en el año 1000 a. C., y en estos asentamientos ha habitado una diversa variedad de pueblos, como los nuragas, los fenicios, los cartagineses y los romanos. Tharros se encuentra en el extremo sur del golfo de Oristano y está repleto de ruinas históricas, entre las que destaca la exquisita iglesia de San Juan de Sinis, un templo del siglo VI que es uno de los más antiguos de la isla.

A media hora de Cagliari, Nora acoge un teatro romano, el templo de Escolapio, cubierto de mosaicos, y un Terme a Mare, o "spa junto al mar". Si quieres ver algo verdaderamente especial, te recomendamos bucear mar adentro en la playa de Nora para contemplar unas ruinas romanas sumergidas o visitar las concentraciones de flamencos rosas en la laguna cercana.

En el parque nacional de Asinara, ubicado en el extremo noroccidental de Cerdeña, tendrás la oportunidad de conocer la naturaleza virgen de la isla. Las onduladas colinas tapizadas de flora mediterránea están repletas de especies únicas, como el burro blanco, mientras que en las coloridas aguas del mar habitan incontables criaturas marinas. Los gigantescos terrenos del parque se extienden a lo largo de 50 kilómetros cuadrados en el territorio de Porto Torres, que se mantuvo aislado durante más de un siglo.

Es un lugar ideal para desconectar de todo en una de las muchas playas apartadas, caminar o montar en bici por incontables senderos o incluso observar a las aves con tranquilidad. Las opciones en este paraíso natural son casi infinitas. El acceso al parque es limitado, pero sin duda merece la pena el esfuerzo, así que asegúrate de reservar plaza con uno de los turoperadores de excursiones en barco autorizados.

En Cerdeña hay playas de todo tipo, desde las calas del este, escarpadas y protegidas por elevados acantilados, hasta las extensiones de dunas del oeste. Las opciones de la isla son muy variadas, siempre en tramos de costa blanquísimos con aguas infinitas de intenso azul. Si buscas escapar del bullicio, prueba con Is Arutas, en la península del Sinis, donde el mar de color aguamarina baña la arena de un blanco inmaculado.

Si vajas en familia, no os perdáis el pueblo de Chia, que cuenta con fantásticos hoteles, complejos turísticos y hermosas playas, como Sa Colonia y Su Portu. Spiaggia di Piscinas, en la Costa Verde, o Spiaggia di Scivu son los mejores lugares para admirar y recorrer sinuosas dunas. Por su parte, Spiaggia Rena Blanca ofrece la posibilidad de disfrutar de un baño inolvidable en aguas poco profundas y contemplar el paisaje del estrecho de Bonifacio, en Córcega.

Si tenemos en cuenta la cultura rica y variada de Cerdeña, no es de extrañar que cada una de sus localidades tenga sus propias tradiciones únicas. En el interior montañoso y escarpado encontrarás Nuoro, donde aún se practica el estilo de vida indígena sardo. Entre las tradiciones que podrás descubrir durante tu visita se incluyen el pastoreo y los trajes, rituales, danzas y música locales.

Para conocer la historia de la zona, te recomendamos acercarte al Museo Etnográfico Sardo de Nuoro, aunque puedes verlo verlo todo en contexto en localidades pequeñas como Oliena, Orgosolo y Mamoiada, célebres también por sus murales contemporáneos. La región es fantástica para recorrer lugares de interés histórico y bellos senderos en plena naturaleza, donde quizá te encuentres con amistosos burros, cabras y ovejas.

Uno de los quesos más destacados de Cerdeña es el casu marzu, que se elabora con leche de oveja y larvas vivas. Aunque su producción es ilegal, no tendrás problema en encontrarlo si preguntas a los habitantes de la zona. Aparte de esta curiosidad culinaria, la gastronomía de la isla es todo lo contrario a una comida con gusanos. Las especialidades más populares entre los turistas incluyen delicias como los espaguetis alla bottarga, o huevas de lisa, y los culurgiones, unas bolsitas de pasta rellenas de patata y queso ricotta. Además, en los restaurantes acompañan los platos con el crujiente carasau, un tipo de pan ácimo tradicional con el que podrás rebañar la sabrosa salsa de la pasta.

En cuanto a los vinos, tienes que probar sí o sí el cannanou, un tinto de sabor intenso elaborado con uva garnacha, o el vermentino, un blanco de matices ácidos y cítricos. Asegúrate de terminar la comida con una copa de dulce mirto, un licor elaborado con las bayas de dicho arbusto.