10 cosas que hacer en familia en Milán

Este espléndido punto de referencia gótico es un punto de referencia de Milán que ningún visitante a la ciudad se puede perder. Y si viajas con niños, os divertiréis mucho en familia, además de haceros selfis y admirar esta enorme maravilla arquitectónica. Los más pequeños lo pasarán genial jugando al escondite entre cientos de columnas y numerosas estatuas. Algunos de los relieves góticos no corresponden para nada a su época, como los que representan raquetas de tenis y guantes de boxeo. También puede ser muy divertido recorrer esta laberíntica catedral y subir a la terraza panorámica.

Este parque acuático queda a media hora en coche del centro de Milán en dirección oeste. Aunque no es muy grande, es más que suficiente para divertirse en los distintos toboganes y piscinas. La entrada cuesta unos 19 EUR para los adultos, pero los niños que miden menos de un metro pueden acceder gratis. Puedes alquilar una taquilla por unos 5 EUR. Para acceder a algunos de los toboganes, hay que medir al menos 1,20 metros. Si no te asusta nada, te volverán loco la pista de toboganes de carreras de 25 metros de alto, el intrincado Twister y el Kamikaze, de 90 metros de largo. Mientras, los más pequeños pueden divertirse en el lago y el parque infantil.

En el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología Leonardo da Vinci podrás aprender muchísimo y, a la vez, divertirte y asombrarte. En este recinto encontrarás una impresionante colección de exposiciones interactivas y educativas, como las reproducciones en 3D de los diseños mecánicos de da Vinci (el planeador y muchas otras fascinantes máquinas voladoras). Otras exposiciones multimedia se asoman al apasionante mundo de la física y la astronomía. Fuera del edificio está aparcado un submarino de la Segunda Guerra Mundial a tamaño real, que siempre hace las delicias de los niños. La entrada completa al museo se puede adquirir a partir de 10 EUR.

Al norte del castillo Sforzesco y en una esquina del parque Sempione se encuentra el Acuario Cívico de Milán, un buen lugar para pasar algunas horas de tranquilidad en familia. Sin embargo, no esperes una colección enorme. Se trata de un precioso edificio renacentista con algunos estanques en el exterior, cuya fachada muestra una estatua de Neptuno y bustos de varias criaturas marinas. Por unos 5 EUR (gratis en el caso de los niños), puedes entrar y pasear por su pequeño túnel que atraviesa un tanque lleno de rayas, para luego explorar otros tanques en los que nadan distintas especies de peces, estrellas de mar y esturiones.

Si viajas con niños, en el castillo Sforzesco de Milán se sentirán como en un cuento de hadas. Tiene un amplio patio para pasear, torres circulares y jardines que les encantará explorar. Los niños que tengan algo más de edad pueden ampliar sus conocimientos sobre arte e historia en la biblioteca del castillo y en los diversos museos que este alberga. En algunas de sus galerías hay importantes obras de arte renacentistas, incluidas algunas de Miguel Ángel y Leonardo da Vinci. Alrededor del castillo y por su foso seco verás gatos que pasean en libertad.

A tus hijos les encantará visitar este enorme parque de atracciones que se encuentra a unos 45 minutos en coche del centro de Milán en dirección noreste. Leolandia ocupa una amplia zona verde y cuenta con más de 40 atracciones para distintas edades. Los niños podrán ver en persona a sus personajes de dibujos favoritos, como Peppa Pig y Geronimo Stilton, e incluso subirse al tren de Thomas y sus amigos para disfrutar de un paseo en el que lo pasarán en grande. Junto a Leolandia se encuentra Minitalia, un amplio parque en el que te sentirás como un gigante observando las distintas miniaturas de los puntos de referencia más famosos de Italia. Las entradas cuestan alrededor de 38,5 EUR por persona.

El Museo Cívico de Historia Natural de Milán está alojado en un edificio del siglo XIX, en una esquina del parque Indro Montanelli. Entre las exposiciones más destacadas de la planta baja podemos citar un esqueleto real de T. rex, que posa amenazante junto a otros fósiles de dinosaurios y maquetas a tamaño real. En la parte de arriba, niños y grandes descubriréis los dioramas a tamaño real del museo, que representan diversos animales en recreaciones de hábitats de los mayores continentes del mundo. Las entradas cuestan 5 EUR para los adultos, mientras que los niños pueden acceder gratis.

El Planetario Cívico Ulrico Hoepli, conocido simplemente como el planetario de Milán, se considera el más grande de toda Italia. Se inauguró en la década de 1930 y conserva la mayoría de sus características primitivas, como el estilo arquitectónico original y los interiores con sillas de madera. En él suelen organizarse eventos familiares, como el club de jóvenes astrónomos en el que los pequeños exploradores pueden descubrir las maravillas de las estrellas y, como recompensa, obtienen un pin especial. Las entradas cuestan unos 5 EUR para los adultos y 3 EUR para los niños.

Este agradable espacio verde en pleno centro de Milán se encuentra junto al castillo Sforzesco. Los más pequeños podrán correr libremente por el césped e incluso montar en algunas atracciones clásicas o divertirse en los parques infantiles. Mientras, los mayores pueden disfrutar de las preciosas vistas y descubrir algunos de los lugares más encantadores del parque, en cuyo lago viven patos y tortugas, que ofrece numerosos espacios en los que sentarse a disfrutar de un pícnic.

El Museo de los Niños MUBA es una institución milanesa sin ánimo de lucro que organiza talleres y eventos para los más pequeños. La mayoría de las actividades tienen horarios fijos, así que conviene comprobar con antelación los eventos programados. Además, normalmente hay que hacer reservas anticipadas. Uno de sus talleres más populares es una exposición interactiva de luz y colores, ideal para bebés. Está dirigida por un equipo de educadores y en ella los niños pueden aprender, de manera activa, a través de actividades interactivas de tacto y experimentación. Las entradas cuestan unos 8 EUR para los adultos y 6 EUR para los niños.