6 actividades para hacer en Riccione

Esta plaza abierta al mar es un lugar inmejorable para empezar a explorar la localidad adriática de Riccione. Antes de lanzarte a la playa no dudes en visitar el Piazzale Roma para tomar un helado, ver un partido amistoso de voleibol o simplemente charlar con los amigos antes de seguir explorando la ciudad. El centro de la plaza está presidido por la impresionante fuente escultórica llamada Bosco della Pioggia, y en los alrededores existen varios aparcamientos de bicicletas. La calle principal de Riccione, Viale Ceccarini, nace precisamente en esta plaza.

El Viale Ceccarini se extiende a lo largo de un kilómetro entre el Hospital Ceccarini, en el centro de Riccione, y el Piazzale Roma, en el extremo noreste. Ambas partes están claramente diferenciadas, ya que las vías del ferrocarril dividen la calle en dos. La mitad más céntrica está llena de bancos y empresas, mientras que el tramo costero es peatonal en su mayor parte y está más dirigido a los visitantes y los aficionados a la playa, dado que alberga tiendas, restaurantes, heladerías y cafeterías. En verano, el Viale Ceccarini se vuelve un lugar mucho más animado y alegre gracias a las rebajas y los pequeños escenarios que se instalan para acoger actuaciones en directo.

El litoral de Riccione está dividido en diversos complejos. El más grande de ellos es el de Playa del Sol, según muchos uno de los mejores lugares del Adriático para disfrutar del mar, el sol y el surf. La playa cuenta con diferentes sectores, en los que se pueden encontrar tumbonas con sombrillas y carpas (el alquiler por día cuesta a partir de 25 euros). El complejo también cuenta con una piscina con tres hidromasajes y un restaurante de cocina mediterránea. Los más pequeños también se lo pasarán de maravilla en la playa, ya sea buscando conchas junto al mar o en el club infantil, en el que se organizan actividades y juegos.

El castillo de los Agolanti es un lugar histórico que ha sabido evolucionar con los tiempos. Se construyó en la Edad Media por encargo de una familia noble florentina y, a lo largo de los siglos, ha desempeñado diversas funciones hasta convertirse en el centro cultural moderno que es hoy en día. Aunque se alza en una colina lejos de la costa, esta construcción fortificada suele atraer a un nutrido público a los eventos especiales que alberga, desde exposiciones de arte hasta atronadoras actuaciones de pinchadiscos con una moderna iluminación láser, que no tiene nada que envidiar a la discoteca Cocoricò, situada justo enfrente. Si visitas el castillo de día, no te pierdas al otro lado del prado el parque con un reloj de sol.

Riccione cuenta con varios parques acuáticos en los que te lo puedes pasar en grande zambulléndote en diferentes piscinas y deslizándote a toda velocidad por toboganes. El más popular es Aquafan, con más de una docena de atracciones y toboganes de dificultades diferentes. Los más trepidantes son el Kamikaze, el Fiume Rapido, el Twist y el Speedriul, aptos solo para amantes de las emociones fuertes. Lógicamente también existen atracciones más tranquilas para los más pequeños, como la playa infantil con arena y una piscina. La entrada completa cuesta en torno a 30 euros, pero es gratuita para niños de una altura inferior a un metro. En verano suelen formarse colas para subir a los toboganes más populares. Si no te apetece esperar, vale la pena ir directamente a la piscina de olas, en la que también te lo pasarás de maravilla. Consulta los hoteles cercanos a Aquafan y escoge el que más se adapte a tus preferencias.

La Villa Franceschi es una cita imprescindible para los aficionados al arte que visiten Riccione. Esta elegante residencia junto al mar llama la atención por su arquitectura con elementos neogóticos, neoclásicos y Art Nouveau. Sin embargo, su interior también vale la pena por las interesantes pinturas que alberga, algunas de las cuales forman parte de la colección de arte municipal de Riccione y de la prestigiosa colección Arcangeli de Bolonia. Aquí podrás contemplar las creaciones de algunos de los artistas contemporáneos más importantes de Italia, como Virgilio Guidi y Alberto Burri. La entrada cuesta unos tres euros. Si quieres una recomendación, los hoteles cercanos a la Villa Fransceschi suelen ser muy demandados, por lo que es aconsejable reservar con antelación.