Las 14 mejores cosas que hacer en Cambridgeshire

El hipódromo de Newmarket es, para muchos, el corazón de las carreras de caballos en el Reino Unido, quizá por el elevado número de centros de entrenamiento de los alrededores. El recinto se compone de dos pistas de carreras planas, la Rowley Mile y la July Course. En Newmarket se celebran campeonatos desde el reinado de Jacobo I, a principios del siglo XVII, y es que la primera carrera que se registra aquí data del año 1622.

En la actualidad, un día en las carreras es un pasatiempo muy popular tanto para los lugareños como para los que vienen de fuera. Quizá quieras aprovechar la visita para conocer el Museo Nacional de Carreras de Caballos, que describe la historia de este deporte. Podrás ver la equipación de famosos jinetes como Lester Piggott y Frankie Dettori, y conocer los detalles de los entrenamientos de los mejores caballos.

Wimpole Hall es la casa más grande de todo Cambridgeshire, una imponente residencia señorial construida en 1640. La mismísima reina Victoria la visitó alrededor del año 1840 y, durante un tiempo, fue propiedad de la hija del escritor Rudyard Kipling. En la actualidad, la propietaria y encargada de su gestión es la fundación National Trust.

Y es que esta finca, que también incluye cuidados jardines y una granja en funcionamiento, es una de las atracciones turísticas más populares del condado. Aquí han dejado su firma algunos de los paisajistas más reputados del Reino Unido, entre ellos Capability Brown. Durante la visita, no te pierdas el bellísimo jardín amurallado.

Wicken Fen es una de las reservas naturales más antiguas del Reino Unido y su gestión corre a cargo de la National Trust desde el año 1899. Gran parte de los marjales de Cambridgeshire han ido desapareciendo para dejar paso a tierras de cultivo, por lo que, en la actualidad, solo quedan cuatro marismas salvajes de este tipo. Aunque, en el pasado, los terrenos tenían poco menos de una hectárea de extensión, hoy en día se han recuperado más de 323 hectáreas.

Wicken Fen acoge diversos hábitats, entre los que se incluyen cañaverales, tierras de labranza, marjales y pantanos. En algunas zonas podrás ver pastar a los ponis Hardy Konik y al ganado de las tierras altas. Este lugar es muy popular entre los aficionados al senderismo, el ciclismo y la observación de aves, que acuden aquí a disfrutar de la fauna salvaje y de paisajes vírgenes. Entre las especies más comunes que habitan en la reserva destacan el martín pescador, el cuclillo y el cisne. Si vienes en verano, podrás contemplar insólitos ejemplares de orquídeas.

La primera mención de la catedral de Ely es del año 672 d. C., cuando santa Etheldreda encargó aquí la construcción de una iglesia. El edificio actual data de finales del siglo XI y el estatus catedralicio se le otorgó en 1109. Su impresionante tamaño se debe a la intención de los monjes benedictinos de alabar a Dios a través de las dimensiones de este edificio religioso.

Entre las atracciones que puedes visitar aquí destaca el Museo de Vidrieras Policromadas. Está situado al final de unas escaleras de caracol y acoge una colección de más de 125 ejemplos del Reino Unido, Europa y Estados Unidos, en la cual podrás contemplar antiguas piezas que datan, incluso, del siglo XIII. Se trata del único museo de este tipo en el país, así que no te marches sin verlo.

El Museo de la Aviación de Duxford es una sucursal del Museo Imperial de la Guerra, y el más grande de su categoría en el Reino Unido. En el pasado, este lugar lo ocupaba el aeródromo de la Real Fuerza Aérea británica en Duxford y, en la actualidad, sus exposiciones cuentan la historia de aquellos que trabajaron y lucharon aquí desde el final de la Primera Guerra Mundial hasta que la base cerró, en 1969. Se han rodado las escenas de vuelo de la película Memphis Belle y, en el año 1968, uno de los hangares originales de la Gran Guerra se voló artificialmente durante la filmación del clásico bélico La batalla de Inglaterra (1969).

Uno de los mejores motivos para visitarlo es poder contemplar los aviones, entre ellos el Lancaster, el Spitfire y el Vulcan. También podrás entrar en el Concorde G-AXDN, un modelo para pruebas de preproducción que se diseñó para viajar al doble de la velocidad del sonido. Este prototipo consiguió volar más rápido que ningún otro Concorde.

La abadía de Anglesey es una casa de campo construida en el lugar que ocupaba un priorato en ruinas del siglo XII. Su construcción comenzó a principios del siglo XVII incorporando en el diseño uno de los muros de dicho priorato. Posteriormente se fue ampliando, sobre todo mientras fue propiedad de lord Fairhaven, allá por los años treinta.

Él fue el responsable del ala de la biblioteca y del salón de los tapices, y también se encargó de llenar las estancias de pinturas, piezas de plata y obras de arte, objetos que puedes contemplar en la actualidad. También se dedicó en cuerpo y alma a transformar los amplios jardines, que hoy acogen bonitos ejemplares de dalias, unos coloridos rosales e incluso un prado de flores silvestres. También tenemos que agradecerle la restauración del molino de agua Lode, una estructura del siglo XVIII que aún funciona.

El nombre The Backs (literalmente, 'la parte trasera') hace referencia a la zona posterior de los colegios universitarios situados a orillas del río Cam: St John's, Trinity, Trinity Hall, Clare, King's y Queen's, concretamente. Estas praderas se utilizaban antaño como zonas de cultivo y pastoreo. El King's College conserva aún esta tradición, por lo que podrás ver vacas rumiando en sus pastos.

Un pícnic en la zona de The Backs o en las praderas de Grantchester es una forma excelente de contemplar las vistas a los edificios universitarios que dan su espalda al río Cam. Aparte de estos parques a orillas del río, los alrededores del estanque Mill Pond son otro lugar ideal para comer al aire libre.

Houghton Mill es el último molino que queda en pie a orillas del río Gran Ouse y que elabora harina gracias a una rueda hidráulica que muele el grano entre piedras llamadas muelas o volanderas. Esta labor se lleva realizando en Houghton desde hace aproximadamente mil años, aunque la estructura data del siglo XVIII.

Al contemplar el bucólico entorno actual, es difícil imaginar que los victorianos fabricaran harina aquí a escala industrial. Te recomendamos incluirlo en tus planes para echar un vistazo al pasado de esta antigua actividad o para disfrutar de largos paseos tranquilos junto al estanque o más allá, en los bonitos paisajes de los alrededores.

El Museo Rural de Ramsey ofrece a los visitantes la oportunidad de conocer cómo era la Cambridgeshire rural hace muchos años. En los edificios reconstruidos podrás ver de todo, desde maquinaria agrícola hasta los talleres de los zapateros de antaño, con exposiciones que cuentan leyendas y tradiciones de la región.

El museo incluye casi todos los aspectos cotidianos antiguos, así como numerosas piezas históricas que contribuyen a acentuar esta experiencia inmersiva. Las exposiciones de la fragua permiten conocer detalles sobre las labores de los herreros y los carreteros. El recinto también cuenta con una farmacia auténtica que se ha trasladado hasta aquí piedra por piedra, y con una réplica de un aula de principios del siglo XX.

La casa de Oliver Cromwell, ubicada en la localidad de Ely, permite echar un vistazo a la vida de este parlamentario que se convirtió en soldado y logró derrotar al rey Carlos I y ganar la guerra civil inglesa. Protestante fervoroso, a Cromwell le preocupaban los intentos del monarca de reformar la Iglesia y, en 1642, fue uno de los primeros en alzarse contra él.

En la residencia del antiguo lord Protector, las exposiciones detallan la historia del hombre que ordenó la decapitación del rey, pero rechazó llevar su corona. Si quieres conocer esta figura más en profundidad, te recomendamos visitar su museo en Huntingdon, la ciudad que lo vio nacer.

Elgood's Brewery tiene sus orígenes en la North Brink Brewery, que se fundó en 1795 en la orilla norte del río Nene. Fue una de las primeras fábricas de cerveza georgianas en construirse fuera de Londres y, en 1878, pasó a las manos de la familia Elgood y recibió su nombre. Ellos son los que llevan la empresa desde entonces.

En la actualidad, estos maestros cerveceros respetan los métodos tradicionales que se han ido heredando a lo largo de cinco generaciones. Si participas en una de las visitas guiadas que se organizan con regularidad, podrás conocer más detalles sobre los procesos que se emplean para convertir el lúpulo, la cebada, el fermento y el agua en cerveza. Los bonitos jardines del recinto son el lugar perfecto para seguir aprendiendo el oficio. Eso sí, modérate con la cerveza si tienes pensado adentrarte en el laberinto.

La misa vespertina del King's College es algo maravilloso que presenciar durante una visita a Cambridge. La entrada al King's College cuesta 9 o 10 GBP según la temporada, pero la misa es gratis. La mayor parte de este colegio universitario es privada, así que, aunque pagues la entrada, solo podrás acceder a la capilla y los jardines (si es que están abiertos). Pero no te preocupes: hay una alternativa. El colegio ofrece una cálida bienvenida a todo aquel que desee participar como invitado en uno de sus oficios en la capilla.

El oficio se celebra todos los días durante el periodo lectivo, así como en Semana Santa y Navidad. Para asistir, no hace falta ser cristiano, ya que la misa es abierta a seguidores de otras religiones, agnósticos y ateos. Siéntate y observa, los únicos requisitos son quedarse hasta al final y respetar a los que participan del oficio. No olvides mirar hacia arriba para contemplar el techo de bóveda de abanico más grande del mundo y la obra de Rubens La adoración de los Reyes Magos.

En el pub The Eagle de Cambridge, las pintas no son gratis, pero te regalan historia. El edificio albergó una posada desde mediados del siglo XIV y su uso actual data de 1667, como muestran los documentos históricos sobre el alquiler del "Egle and Chyld" al Corpus Christi College.

Las dos principales efemérides que lo hicieron famoso, sin embargo, datan del siglo XX. En 1953, los científicos Francis Crick y James Watson entraron al bar para celebrar algo. "Hemos descubierto el secreto de la vida", anunciaron refiriéndose a la estructura de doble hélice del ADN. Más terrenal es el grafiti del techo creado por los aviadores de la RAF durante la Segunda Guerra Mundial, que muestra una mujer desnuda, supuestamente la dueña del establecimiento, pintada con pintalabios.