10 consejos para tu primer viaje a Cambridge

Si llegas a Cambridge en tren estarás a solo 15 minutos andando del centro de la ciudad. El trayecto más rápido desde el centro de Londres dura unos 64 minutos, saliendo de la estación de Liverpool Street, en pleno centro de la ciudad. Además, hay billetes de ida a partir de solo 8 GBP, por lo que también te saldrá bien de precio. Te recomendamos consultar online la información sobre horarios y estaciones de la compañía ferroviaria Greater Anglia.

Los principales lugares de interés de Cambridge se concentran en una pequeña zona del centro, así que no necesitarás coche para visitar los famosos colleges y museos de la ciudad. Si quieres alejarte un poco más, te será fácil alquilar una bici: encontrarás un punto de alquiler junto a la misma estación de tren de Cambridge.

Donde fueres, haz lo que vieres: en Cambridge, ir a pie o en bicicleta. Por suerte, la ciudad es en su mayor parte llana, así que no te encontrarás con grandes desniveles. Te recomendamos utilizar calzado cómodo, porque tanto andar podría pasarte factura. Además, el tiempo puede ser muy variable, incluso en verano, así que lo más apropiado es vestirte en capas que puedas ir quitándote cuando lo necesites.

Vale la pena también llevar un chubasquero por si llueve. Ni se te ocurra llevar paraguas: si las calles están abarrotadas, te será difícil circular entre la gente. Y, seamos francos, ¿cómo vas a contemplar la maravillosa arquitectura de la ciudad desde debajo de un paraguas? Para no ir de aquí para allá sin rumbo, puedes seguir una de las tres rutas escultóricas de la ciudad.

Con las ansias de visitar la Universidad de Cambridge, es fácil pasar por alto que la ciudad existía ya mucho antes de la fundación de esta institución educativa. Aun así, una de las mejores atracciones fuera del centro de la ciudad es el jardín botánico de la Universidad de Cambridge.La localidad de Grantchester, famosa por sus hermosas praderas, se encuentra a menos de dos kilómetros del centro, y el parque de Wandlebury, un poco más lejos, hacia el sur de la ciudad, en las colinas de Gog Magog.

Aunque Cambridge, como el resto de la región de Anglia Oriental, destaca por ser una zona llana, su larga historia se hace patente en una extraordinaria colina que no debes perderte. Marca el lugar del asentamiento romano original, escogido por ofrecer una inmejorable posición defensiva. Conocido localmente como Castle Mound, goza de vistas panorámicas a la ciudad, lo que en la época romana habría sido un exuberante y frondoso valle.

Cambridge suele estar bastante concurrida en verano, pero alojarse en la universidad puede resultar más tranquilo en primavera y otoño o durante Navidad y Semana Santa. Es especialmente agradable en primavera, cuando el clima se vuelve más amable, los árboles florecen y no hay que soportar el insistente viento otoñal.

En lugar de alojarte en un bed and breakfast, puedes reservar una habitación sencilla pero confortable en un auténtico alojamiento universitario. Las habitaciones de estudiantes del Churchill College y el King's College se alquilan en Navidad, Semana Santa y verano a visitantes temporales.

Darse un baño en la piscina al aire libre Jesus Green es una popular forma de refrescarse entre mayo y septiembre, cuando las temperaturas veraniegas de Cambridge pueden alcanzar, e incluso superar, los 30 °C. Los baños al aire libre empezaron a popularizarse en los años 20 y 30, cuando los ayuntamientos ingleses empezaron a construirlos para satisfacer las demandas de sus habitantes. La piscina al aire libre Jesus Green se inauguró en 1923 y, gracias a un entregado grupo de defensores, es una de las pocas que se mantienen en uso.

Es la mayor piscina al aire libre de la ciudad y, con 91 metros, iguala la más larga de Inglaterra, la Tooting Bec londinense, aunque esta segunda es el doble de ancha. La piscina está flanqueada a ambos lados por zonas para tomar el sol y cuenta con un carril exclusivo para los nadadores serios, así que todos encontrarán lo que buscan. También puedes nadar en el río Cam, cerca de Grantchester, una zona algo más alejada del centro pero disponible para valientes durante todo el año.

Cambridge cuenta con 31 colegios universitarios, pero no tienes que verlos todos de una vez. Aunque sean increíbles, pronto estarás saturado, así que es mejor elegir unos cuantos para tu primer itinerario. Los cuatro grandes son el King's, el Trinity, el Corpus Christi, y el St. John's, que la mayoría consideran de visita obligada. El último seguro que lo conoces por la película La teoría del todo (2014), sobre la vida de Stephen Hawking y protagonizada por Eddie Redmayne.

La misa vespertina en la histórica capilla del King's College y la puerta de entrada al Trinity College, de estilo Tudor, están entre lo más destacado. En el Corpus Christi, podrás descubrir el reloj de sol de la antigua corte medieval, y en el St. John's, alma mater de seis primeros ministros británicos, el espléndido puente de los Suspiros, una maravilla de inspiración veneciana que podrás admirar desde un punt en el río o desde la orilla.

Mill Road es el barrio de moda de Cambridge, repleto de restaurantes, tiendas y cafeterías independientes. La zona acoge la popular Feria de Invierno el primer domingo de diciembre, pero merece una visita en cualquier época del año. Uno de los lugares cercanos que conocer es la cervecería Calverley's, una fábrica de pequeña producción que alberga un bar rústico y una tienda.

Entre los sitios alternativos que no debes perderte, te recomendamos las cafeterías Urban Larder y Black Cat Café. La zona también cuenta con una ecléctica mezcla de tiendas en las que podrás encontrar cualquier cosa, desde libros hasta delicias gourmet. Un sitio que lo tiene todo es el Relevant Record Café: una popular cafetería a pie de calle bajo la que se esconde un tesoro de colección de vinilos.

Aunque los numerosos restaurantes y puestos de comida de Cambridge ofrecen la posibilidad de comer platos de alrededor del mundo sin salir de la ciudad, siempre es buena idea probar los sabores típicos. Nadie que se considere amante del buen comer puede irse sin visitar el Fitzbillies. Esta cafetería y pastelería, una auténtica institución en Cambridge, lleva desde 1920 ofreciendo sus famosos y pegajosos Chelsea buns (bollitos con pasas).

Otro lugar que no debes perderte es el Varsity, el restaurante más antiguo de la ciudad. Se encuentra frente al Emmanuel College y ofrece un menú basado en productos locales de temporada. Una opción más cara y exclusiva es el Midsummer House, un restaurante con estrella Michelin situado junto al río Cam en el que el innovador chef Daniel Clifford crea un menú degustación que te hará la boca agua.

La librería Sarah Key Books, oculta en el callejón St. Edward's Passage, está especializada en cuentos infantiles antiguos y libros de anticuario. Su minúscula fachada esconde una auténtica cueva de Alí Babá repleta de tesoros literarios apilados aquí y allí entre sus estantes.

Se cuenta que en esta librería independiente habitan dos fantasmas. El más famoso es el de White Lady. Según los que han visto esta aparición, desprende un ligero olor a violeta y se esconde en la angosta escalera. Nadie sabe exactamente quién es, pero el lugar fue tiempo atrás una ruidosa taberna, así que quizás surgió de alguna cruel tragedia.