10 edificios de Bruselas que creías que eran aburridos

Nada es tan típico de la Bruselas histórica como las casas gremiales de estilo gótico y barroco que rodean la explanada adoquinada de la Grand-Place. Entre ellas destaca el antiguo gremio de los cerveceros, El Árbol de Oro, en el número 10, así como el gremio de lecheros, La Carretilla, en el número 2, y El Saco, en su momento la sede de los toneleros y los ebanistas, en el número 4.

La Casa del Rey es un edificio neogótico que acoge el Museo de la Ciudad de Bruselas, donde podrás conocer la fascinante historia local en una colección de oro, pinturas y tapices. Si te gusta la moda, no te pierdas el amplio vestuario de la famosa estatua Manneken Pis, compuesto de 800 trajes. Lo encontrarás en la tercera planta.

Puede que solo mida 61 cm de altura, pero la famosa estatua del niño haciendo pipí, el Manneken Pis, se ha ganado a pulso su lugar en la historia. A pesar de que sufrió dos secuestros en el siglo XVIII y de que se rompió en pedazos en el siglo XIX, Manneken Pis sigue orinando con orgullo en la actualidad y se ha convertido en la divertida mascota de la ciudad.

En su momento hogar y estudio del prestigioso arquitecto belga Victor Horta, el museo homónimo es el epítome del romanticismo del estilo Art Nouveau de principios del siglo pasado. Unas sinuosas escaleras con bellas barandillas de hierro te llevarán hasta habitaciones repletas de vidrieras curvadas, muebles elegantes y obras de arte de la época.

Si las paredes pudieran hablar, las del ayuntamiento de la Grand-Place contarían historias de comerciantes medievales, duques de Habsburgo e invasores franceses en estampida. Las torretas y la mampostería, con ornamentos que casi parecen encaje fino, guían la mirada hasta la estatua dorada del patrón de la ciudad, san Miguel. Te recomendamos quedarte hasta la noche para contemplar el edificio bajo una bonita luz dorada antes de volver a tu hotel de Bruselas.

Inspirada en la catedral de Notre-Dame de París, esta estructura de estilo gótico se eleva sobre una colina con vistas a Bruselas. Su interior abovedado invita al recogimiento, y entre sus elementos más bellos destacamos las vidrieras policromadas del siglo XVI y la cripta románica. No pierdas la oportunidad de comprobar cómo resuenan en sus muros los cantos gregorianos de la misa de los domingos. Se celebra a las 10:00.

El bar À la Mort Subite, que se traduce como "muerte súbita", evoca el glamour del estilo art déco con sus mesas de madera oscura pulida, sus lámparas esféricas y sus espejos de bronce. En los bancos de este local de interés histórico podrás disfrutar de una cerveza Lambic, la variedad kriek de característico sabor a cereza.

El Museo del Cincuentenario atesora todo tipo de objetos y artes aplicadas. Ubicado en un pabellón decimonónico, su colección repasa, entre otros momentos históricos, el antiguo Egipto con una tumba de Saqqara de 4500 años de antigüedad, Roma con intrincados mosaicos y la Bélgica del siglo XV con ornamentados retablos.

Viaja en el tiempo hasta el florecimiento renacentista y los años de agitación religiosa en la casa de Erasmo, un edificio poco conocido de ladrillo rojo que ocupó el famoso erudito y teólogo en 1521. El recorrido te permitirá contemplar diversos óleos, grabados de Alberto Durero y los primeros manuscritos de Erasmo.

Disfruta de un recorrido por la historia a través de la pintura en este excepcional museo. Entre los trabajos de los siglos XV al XVIII destacan los de los maestros flamencos. En sus salas podrás examinar los vívidos lienzos barrocos de Rubens, las coloridas escenas campestres del artista renacentista Pieter Brueghel el Viejo y las originales pinturas religiosas de El Bosco.