10 cosas que hacer en Bruselas con niños

El chocolate belga es famoso por su intensidad y su calidad, y, de hecho, Bruselas es conocida por ser la cuna del praliné. Descubre cómo preparar tus propios dulces en una visita guiada que disfrutarán también los más pequeños de la casa.

Algunos de los principales chocolateros de la ciudad, como Neuhaus, Godiva y Mary Chocolatier, abren sus puertas a los turistas, que siempre reservan tiempo en sus vacaciones para ver cómo se elabora esta delicia. Y lo mejor es, por supuesto, poder degustar el producto final y probar chocolates de calidad durante todo el recorrido.

Mini-Europe acoge más de 300 maquetas en miniatura de puntos de referencia europeos en un espacio al aire libre. Ubicado junto al Atomium, este parque te permite recorrer el Viejo Continente y descubrir Europa entera sin salir de Bruselas.

Desde canales venecianos repletos de góndolas hasta las campanadas del Big Ben londinense, aquí podrás visitar 80 ciudades europeas en un par de horas. Algunas de las maquetas tienen partes móviles, como un Muro de Berlín que se viene abajo o la erupción del Vesubio.

Si eres aficionado a los cómics, no puedes perderte el Museo del Cómic. En sus salas se expone la obra del dibujante Hergé, padre del popular personaje Tintín.

Ubicado en el interior de unos antiguos grandes almacenes, el museo expone tiras de interés histórico, dibujos ampliados y reproducciones en 3D, entre las que destaca el cohete que utilizó Tintín para viajar por el espacio. En la planta superior, El Museo de la Imaginación ofrece detalles sobre la creación de los cómics y una exposición dedicada exclusivamente a Hergé. Además, encontrarás una biblioteca en la que podrás leer numerosos ejemplares.

Manneken Pis es una estatua de 61 centímetros de altura situada al suroeste del ayuntamiento gótico de Bruselas que representa a un niño haciendo pipí. El que vemos hoy es, en realidad, una réplica de bronce de la escultura original, que data del siglo XVII y se encuentra expuesta en el Museo de la Ciudad de Bruselas.

A pesar de haber sido robada dos veces en el siglo XVIII y de que se rompió en pedazos en el siglo XIX, Manneken Pis sigue orinando con orgullo en la actualidad y se ha convertido en la divertida mascota de la ciudad. Sus trajes cambian varias veces a la semana, sobre todo en las ocasiones especiales.

Autoworld expone más de 300 vehículos retro desde el siglo XIX hasta los años setenta, la mayoría de ellos europeos y americanos. Hay disponibles visitas guiadas para conocer en detalle el sector automovilístico belga. Durante el recorrido, los guías te contarán datos interesantes sobre algunas de las piezas más valiosas.

Si viajas con la familia, los niños podrán participar en divertidas actividades, como recorrer las exposiciones en busca de códigos numéricos que abren un "cofre del tesoro". Este museo forma parte del espectacular Parque del Cincuentenario y se encuentra junto al Museo de Historia y Arte de Bruselas.

Train World es un museo interactivo que muestra algunas de las locomotoras y vagones que han circulado por Bélgica. Se trata de uno de los museos más grandes del país en su categoría y acoge más de 20 trenes retro, incluido el Pays de Waes, una locomotora a vapor del siglo XIX que es la más antigua que se conserva en Europa.

Durante el recorrido encontrarás simuladores en los que podrás montar mientras conoces detalles interesantes sobre este transporte, y también podrás subir al Trans-Europ-Express (TEE), un tren de acero inoxidable de los años cincuenta. La entrada para adultos (18 a 64 años) cuesta unos 12 EUR y la de niños (6 a 17 años) cuesta 9 EUR.

El Instituto Real Belga de las Ciencias Naturales tiene una de las galerías de dinosaurios más grandes de Europa y una colección de más de 37 millones de muestras de distintas partes del mundo. No te pierdas la Galería de la Evolución, donde podrás aprender acerca de las principales etapas de la evolución de la vida y ver animales de aspecto futurista a través de fósiles y exposiciones interactivas.

La popular Galería de los Dinosaurios muestra el esqueleto que se conserva de un Tyrannosaurus rex, un Plateosaurus y dinosaurios alados. Los niños podrán aprender cómo pueden convertirse en paleontólogos en paleoLAB, un taller práctico con actividades que incluyen la elaboración de huellas fósiles, la reconstrucción de esqueletos y la excavación en busca de minerales.

El Museo del Cacao y el Chocolate es un museo interactivo para aficionados al chocolate de todas las edades. Ubicado cerca de Stadhuis van Brussel, ocupa un edificio del siglo XVII y cuenta con dos galerías de piezas relacionadas con este dulce y una cocina para los talleres.

Cada día se organizan demostraciones en las que el chocolatero del museo prepara pralinés belgas y comparte detalles fascinantes. Y sí, podrás probar muestras durante la sesión. Las entradas al museo cuestan unos seis euros para los adultos y 3,5 euros para los niños de más de seis años.

Bois de la Cambre es un frondoso parque urbano situado junto a la exclusiva Avenue Louise de Bruselas. Si el día es soleado, lo encontrarás lleno de bruselenses que montan en bici, corren o disfrutan de un pícnic.

No pierdas la oportunidad de montar en el bote para visitar la pequeña isla ubicada en el centro del lago del parque. En el extremo sur de Bois de la Cambre se encuentra la Brussels Golf Club Academy & Training Center, que ofrece clases de golf a principiantes de cualquier edad.

El Museo de Instrumentos Musicales de Bruselas muestra más de 1500 piezas de diferentes periodos históricos, algunos de los cuales conocerás a través de los detalles de las audioguías y las exposiciones interactivas. Fundado a finales del siglo XIX, el museo ocupa un edificio restaurado de estilo Art Nouveau cerca de la Grand-Place.

En su interior podrás recorrer cuatro galerías, incluida una que se centra en la música clásica occidental desde la Baja Edad Media hasta finales del siglo XIX. En la sala del recinto se suelen celebrar conciertos, y también es posible participar en demostraciones y talleres reservando plaza con antelación. No pierdas la oportunidad de subir al restaurante de la azotea para disfrutar de vistas del casco antiguo de Bruselas.