Las 10 localidades más pintorescas de Bélgica

La ciudad de Spa está enclavada en un valle frente al macizo de las Ardenas, a unos 35 kilómetros al sudeste de Lieja. Cuenta con docenas de manantiales de agua mineral y balnearios con piscinas climatizadas, bañeras de hidromasaje y salas de relajación; no en vano se la conoce con el sobrenombre de "la perla de las Ardenas".

Aunque la mayoría de los visitantes acuden a Spa para descansar y relajarse, también cuenta con numerosos monumentos históricos y una amplia oferta de actividades de entretenimiento, desde probar suerte en el Casino de Spa, construido en el siglo XVIII, hasta asistir al Gran Premio de Bélgica en el circuito de carreras de Spa-Francorchamps.

Brujas es una evocadora ciudad belga que atrae a los visitantes por sus canales pintorescos, sus casas con entramado de madera y sus callejuelas de adoquines. No hay nada como perderse por las bonitas calles para descubrir mansiones medievales, galerías de arte y encantadoras tiendas de chocolate.

La verdad es que vale la pena viajar esos 100 kilómetros que la separan de Bruselas para visitar su casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Destaca en especial por los imponentes edificios medievales, como la basílica de la Santa Sangre, el Ayuntamiento, del siglo XIV, y el campanario, del siglo XIII, una torre de 83 metros que se alza dominante sobre la ciudad.

Bouillon es una ciudad medieval situada en el valle del Semois, conocida sobre todo por el castillo de Bouillon, una de las fortalezas feudales más antiguas de Europa. Descubrirás al noble más famoso de la localidad, Godofredo de Bouillon, en el Archéoscope Godefroid de Bouillon, un museo donde podrás ver una película de 35 minutos sobre las cruzadas.

En el Museo Ducal encontrarás obras de arte, artefactos y armas que se remontan a la Edad Media. Y si te apetece probar cervezas belgas durante tu estancia en Bouillon, te recomendamos que realices una cata en Le Marché de Nathalie, con unas 300 variedades entre las que elegir.

De Haan es una localidad costera ubicada en la provincia belga de Flandes Occidental, a 18 kilómetros al oeste de Brujas. Suele estar muy animada durante los meses de verano gracias a los encantadores hoteles y los complejos turísticos de playa que salpican el litoral.

El paseo marítimo es una zona muy popular para pasar el rato al aire libre y divertirse con actividades de ocio. Disfruta de las vistas de los edificios de la belle époque mientras exploras el distrito histórico de Concessie, donde no puedes dejar de visitar la Villa Savoyarde, en la que Albert Einstein vivió durante seis meses en 1933.

La tranquila localidad de Crupet está formada por una serie de viviendas rústicas de caliza rodeadas de verdes valles. Es uno de los lugares más pintorescos de la Valonia, conocido sobre todo por la gruta de san Antonio de Padua, que diseñó el padre Gérard en 1903. Cuenta con 22 esculturas de terracota que muestran la vida del santo, aunque la más famosa es aquella en la que el santo resiste la tentación del demonio. Un lugar que los aficionados a la fotografía apreciarán especialmente es el castillo de Crupet, del siglo XIII, construido a orillas del río, en un nivel inferior al centro de la ciudad.

A 46 kilómetros al este de Crupet se halla Durbuy, considerada la ciudad más pequeña del mundo. Sus sinuosas callejuelas de adoquines están flanqueadas de casas de piedra del siglo XVII, lo que envuelve el lugar en una atmósfera atemporal.

Para contemplar el paisaje de Durbuy, dominado por el macizo de las Ardenas, te sugerimos que subas a la cumbre de la roca de Homalius, una formación anticlinal de más de 300 millones de años de antigüedad.

Veurne es una localidad idílica situada a unos 25 kilómetros al noreste de la población francesa de Dunkerque. Se encuentra en la región rural de Flandes Occidental, lo que explica su próspera industria agrícola, y destaca en particular por su plaza central y sus edificios medievales.

Grote Markt, el centro neurálgico de la localidad, te sorprenderá por la mezcla de construcciones de estilo gótico tardío, renacentista y barroco, al igual que la iglesia de Santa Walburga, el Gerechtshof, que son los tribunales locales, y el campanario. El último domingo de julio se celebra en Veurne la Boeteprocessie, una procesión conmovedora con penitentes encapuchados que cargan con cruces para representar la pasión de Cristo.

Dinant cuenta con algunos de los edificios más pintorescos de Bélgica, muchos de ellos situados en la ribera del río Mosa. El punto de referencia de esta localidad construida bajo un acantilado es la colegiata de Nuestra Señora de Dinant, una iglesia gótica que destaca por su peculiar campanario, con forma bulbosa.

Dinant es también el lugar en el que nació Adolphe Sax, a quien se debe la invención del saxofón en la década de 1840. Como cabe esperar, encontrarás un museo dedicado a esta personalidad belga y numerosas esculturas de saxofones a modo de decoración por toda la ciudad.

La localidad de Malmedy, situada en la provincia de Lieja, atrae a numerosos visitantes por sus pintorescos edificios y sus tradiciones que se remontan a la época medieval.

No te pierdas la catedral de Malmedy, del siglo XVII, el Malmundarium, que es un antiguo monasterio benedictino reconvertido en museo, y el museo militar Baugnez 44. Desde mediados del siglo XV, se celebra en Malmedy el famoso Cwarmê, una serie de festejos que se prolongan durante cuatro días en la época de carnaval, generalmente un mes antes de Pascua.

Rochefort se encuentra a orillas del río Lesse, a unos 110 kilómetros al sureste de Bruselas. Este antiguo destino turístico durante el siglo XIX es hoy en día más conocido por su cerveza trapense.

La abadía de la ciudad opera la fábrica de cerveza de Rochefort desde 1595. Si te interesan las cuevas, no dudes en unirte a una visita guiada para explorar las impresionantes grutas de Han-sur-Lesse, un sistema subterráneo con un techo abovedado que alcanza unos 127 metros de altura. En los alrededores también encontrarás lugares históricos, como la capilla de Loreto, el castillo de Lavaux-Sainte-Anne y el castillo de los Condes.