Las 15 mejores playas de Portugal

La playa de Falésia es espectacular: una franja de 6 kilómetros de arena dorada bordeada de crestas de tonos rojizos y franjas blancas coronadas de vegetación. Las olas azules del Atlántico Norte complementan la rica paleta de este bonito destino.

La playa se divide en dos mitades. La mitad este comienza en la localidad turística de Vilamoura, con acantilados de menos altura y aguas poco profundas, perfectas para practicar deportes acuáticos. La mitad oeste, cerca de Albufeira, presenta paredes de roca más espectaculares y acoge complejos hoteleros de 5 estrellas.

Aunque la cala protegida de Dona Ana no es muy grande, los elevados acantilados repletos de matices cromáticos que rodean la arena dorada hacen de ella un lugar espectacular. Además, presenta formaciones rocosas extrañas que salpican la costa y se elevan sobre aguas de color esmeralda, en una estampa que guardarás para siempre en la memoria.

Puedes llegar a la playa por un pintoresco tramo de escaleras de madera que no se recomienda para niños pequeños ni personas mayores. Una vez allí, puedes alquilar tumbonas y sombrillas para todo el día desde 10 EUR.

La playa de São Rafael es una hermosa cala escondida que resulta perfecta para escapar de las multitudes de Albufeira, con la ventaja de estar a solo 20 minutos en coche del principal complejo turístico del Algarve. Puedes recorrer los acantilados y contemplar la pintoresca franja de costa y sus formaciones rocosas con el azul del Atlántico al fondo.

Unas escaleras te dejarán en la orilla, de arena suave y fina, con numerosas hendiduras ocultas que podrás ir descubriendo a pie. Pero, si quieres conocer la zona a fondo y acceder a sus maravillosas cuevas marinas, lo mejor es hacerlo en kayak o en tabla de surf de remo. Puedes alquilar sombrillas y tumbonas para toda la jornada por unos 16 EUR.

La playa de Marinha atrae a los aficionados al sol con paisajes marinos rocosos perfectos para Instagram. Sus acantilados invitan a caminar y contemplar la formación rocosa más destacada de este idílico rincón: un espectacular arrecife con un doble arco que atraviesan las olas.

Aunque el tramo de arena dorada de la cala es bastante pequeño y el acceso no es fácil, si te apetece y te ves en forma, puedes pasar un par de horas practicando senderismo por el acantilado y descubrir las simas ocultas de Marinha.

La playa de Barril es un largo tramo de arena blanca en la costa sudeste de la isla de Tavira. Llegar a ella es muy divertido: puedes ir en ferri hasta Santa Luzia y montar después en un coqueto minitren que te dejará en tu destino. Aunque el trayecto de ida solo cuesta aproximadamente 1,50 EUR, también puedes ir paseando hasta la playa y disfrutar de las vistas preciosas.

La costa, bordeada de dunas, es larga y ancha, y se halla bien provista de bares, cafeterías y vestuarios. No te pierdas el solemne Cementerio de las Anclas, que recuerda a la antigua comunidad pesquera de atunes que en otros tiempos ocupó la zona.

La playa de Adraga es un pequeño tramo de costa acurrucado entre escarpados salientes cerca del pueblo de Almoçageme, en el municipio de Sintra. En este rincón del Atlántico Norte encontrarás una roca arqueada a la izquierda, que te regalará fotos únicas, y una enorme colina a la derecha, separadas por 300 metros de arena suave y dorada.

Aunque apenas hay transporte público para llegar a este apartado lugar, sí encontrarás duchas y vestuarios, un restaurante fantástico, un equipo de socorristas y acceso para personas mayores y con movilidad reducida.

La playa de Martinhal está en Sagres, una localidad ubicada en el extremo sudoeste de la península del Algarve que cuenta con otras cuatro pequeñas franjas de costa en torno al cabo: Baleeira, Beliche, Mareta y Tonel. De todas ellas, solo Martinhal ofrece algo más que arena dorada.

Aquí encontrarás un largo tramo de litoral situado justo al lado de Baleeira y su puerto pesquero adornado con pequeños islotes de roca y una laguna con aguas perfectas para disfrutar de un agradable baño. También es un lugar muy popular entre quienes disfrutan practicando surf y piragüismo en el océano.

Benagil es una de las mejores playas de Portugal, una pequeña franja de solo 130 metros de longitud cerca de Lagoa adornada con espectaculares formaciones rocosas y una suave arena dorada. Aquí se encuentra también la sobrecogedora cueva Algar de Benagil, un rincón muy fotografiado sobre todo por su abertura redonda en el techo a través de la cual se ilumina toda la cavidad.

Desde la playa, la parte externa de la gruta solo muestra dos orificios rocosos que se arquean sobre las olas. Para acceder al interior deberás alquilar una piragua o realizar una excursión en barco desde otras playas de los alrededores.

Franquia es una playa única situada en la orilla norte del estuario del Mira, junto a la encantadora localidad veraniega de Vila Nova De Milfontes, justo en el punto donde el río desemboca en el Atlántico Norte.

Aunque el agua puede estar fría y también es posible que haya fuertes corrientes, hay zonas señalizadas donde el baño es seguro y se puede practicar piragüismo y surf de remo. También puedes alejarte de la desembocadura y dejar que la corriente del río te lleve de vuelta a ella. Al otro lado del pequeño cabo se extiende la larga playa de Carreiro das Fazendas, con vistas al océano.

La playa de Arrifana es una franja de medio kilómetro de arena fina y pálida bañada por el azul del Atlántico. Si quieres verla y fotografiarla como merece, lo mejor es hacerlo desde los altos acantilados tapizados de verde que la rodean. El lado oeste de la playa es muy popular entre los surfistas y constituye todo un espectáculo al atardecer.

Puedes venir andando por un paseo de madera que sale del pueblo vecino. Este lugar también es accesible para cochecitos y sillas de ruedas gracias a una rampa de hormigón que suelen utilizar las embarcaciones. Aprovecha la visita para echar un vistazo a las ruinas del castillo de Arrifana, una estructura del siglo XII ubicada en un promonontorio rocoso al norte.

La playa del Caballero es una pequeña cala cerca del pueblo de Cavaleiro que queda protegida entre espectaculares formaciones rocosas. Con la marea alta es casi imposible acceder, pero, una vez se retiran las olas, queda al descubierto un paraíso de arena dorada al que es posible llegar descendiendo por las escaleras que recorren la pared del acantilado.

La belleza del paisaje queda acentuada por las coloridas vetas de estos muros de roca que protegen la cala de los fuertes vientos. Si vas en primavera, es muy posible que seas testigo de cómo las aves construyen sus nidos en los salientes.

La playa de São Bernardino es una cala de arena de la costa occidental de Peniche, en Portugal. Es un tramo relativamente pequeño, de 250 metros de ancho, algo rocoso y rodeado de acantilados escarpados, pero cuenta con una excelente oferta de servicios públicos, como plazas de aparcamiento, carreteras de acceso, restaurantes y bares de ambiente informal, bellas vistas y puesto de socorristas.

El paisaje desde los acantilados incluye el perfil rocoso de la península. Si vas en verano, compartirás el espacio con otros bañistas que buscan el sol y las piscinas de rocas que se forman en el extremo sur de la playa.

La Ilha da Fuseta es una larga formación insular en el extremo oriental del Algarve que tiene todo lo que necesitas para disfrutar de una escapada junto al mar. La amplia playa de Fuseta se extiende a lo largo del Atlántico Norte, mientras que, justo enfrente, la costa noroeste se halla bordeada de bellas lagunas de intenso azul.

En los meses de verano, la playa se llena de turistas y surfistas que llegan en masa para pasar el fin de semana cabalgando las olas. Si quieres disfrutar de estos paisajes sin compañía, lo mejor es venir en temporada baja.

La playa de Galé Oeste es una larga franja de arena cerca de la parroquia de Armação de Pêra, en el sur del Algarve. La longitud es tal que te permite contemplar vistas muy amplias del entorno, sus dunas protegidas y los fantásticos parajes en los que podrás disfrutar del océano.

Puedes acceder a ella desde distintos puntos, y hay varias carreteras que llevan hasta allí desde el oeste de Albufeira. En los alrededores encontrarás los servicios modernos típicos de los centros turísticos, como hoteles elegantes y campos de golf, así como una excelente variedad de bares y restaurantes de ambiente informal junto a la playa.

La playa de la Roca, o praia da Rocha en portugués, es el principal centro turístico de los alrededores de Portimão, la mayor ciudad costera del oeste del Algarve. El paisaje se compone de un amplio tramo de arena dorada, salpicado de formaciones de roca caliza y escarpados acantilados estratificados. A lo lejos se alcanza a ver la silueta de los altos edificios del casco urbano.

Te recomendamos subir a la fortaleza de Santa Catalina, en el extremo oriental de la playa, para contemplar unas vistas fantásticas del bello litoral y el puerto deportivo ubicado al lado, con casas pintadas de distintos colores. Al atardecer, el lugar es verdaderamente mágico.