Las 11 mejores playas de Lagos

Meia Praia, llamada también Praia de São Roque, es la franja de arena más grande de Lagos. Técnicamente, São Roque se encuentra separada de la primera por un arroyo que hace tiempo que ya no está. Meia Praia se extiende a lo largo de unos cinco kilómetros desde la ciudad hasta el río Odiáxere.

Su amplia bahía está bañada por un mar de aguas tranquilas, lo que la convierte en el sitio perfecto para las familias. Bordeada por unas dunas, este gigantesco tramo de costa es una meca para los aficionados al sol, al kitesurf y al surf. También puedes practicar otros deportes como parapente, navegación o vóley-playa, y cargar las pilas en uno de los numerosos bares y restaurantes.

A Praia Dona Ana se la suele considerar la mejor playa de todo el Algarve. Y es que esta cala de arena dorada acurrucada entre acantilados de piedra caliza es, ciertamente, un regalo para la vista. Protegida de la brisa, está lo suficientemente expuesta como para poder tomar el sol durante todo el día.

Para llegar, debes bajar por unas largas escaleras de madera, pero, si no te apetece visitarla, podrás contemplarla desde el mar con una excursión en barco desde Lagos. Da igual desde dónde la veas, su ubicación de postal, con pilas de rocas que salen de aguas color turquesa, convierte este rincón en una opción excelente para un día de verano.

Praia da Batata es una verdadera solana, sobre todo por las mañanas. Se trata de la playa más próxima al centro de Lagos, por lo que es tan cómoda como popular. Accesible desde la avenida de los Descubrimientos, en ella podrás refrescarte en el agua mientras te vigila la estatua de san Gonzalo de Lagos.

La ubicación oriental de Praia da Batata la protege de los persistentes vientos del oeste que azotan el Atlántico y, en ocasiones, traen fuertes rachas hasta la costa. Se podría decir que, en esas condiciones de calma, los socorristas estacionales aquí son innecesarios, pero estamos seguros de que a las familias les tranquilizará contar con ese nivel adicional de seguridad.

Praia de Porto de Mós es una playa de un kilómetro de longitud que se haya protegida por acantilados de la piedra caliza en tonos rojizos que caracteriza a la región. Sus aguas de color celeste bañan una orilla de arena dorada muy fina, por lo que, aunque se encuentra menos céntrica que otros tramos costeros de la ciudad, merece la pena el viaje. Además, puedes ir sin problemas en autobús.

Se trata de un lugar que siempre suele estar bastante tranquilo, a pesar de la facilidad del acceso y de la cantidad de cafeterías, restaurantes y otras instalaciones que rodean la zona. Eso sí, como no tiene promontorios que la protejan, queda un poco expuesta cuando hay viento. No obstante, esto la convierte, precisamente, en el rincón ideal para practicar surf o disfrutar de más espacio sin necesidad de renunciar a la comodidad de una playa en la que puedes comer o tomar algo en los alrededores.

Praia dos Estudantes es una de las mejores playas de Lagos, sobre todo en lo que respecta a belleza natural. El pequeño puente de piedra que une un saliente rocoso con el cabo contiguo es una de sus características más conocidas. Para contemplar esta estampa, deberás atravesar un túnel de techo bajo que lleva hasta el extremo sur de la franja. Si la marea es baja, podrás atravesar un arco natural y continuar hasta la Praia do Pinhão.

Por cierto, este lugar recibe dos nombres: Praia dos Estudantes y Praia do Formosa. Su belleza natural es espectacular e incluye las bonitas formaciones de roca y los acantilados de piedra caliza que adornan todos los rincones de la costa de Lagos.

Praia dos Pinheiros es una franja de costa apartada y completamente silvestre, sin instalaciones ni servicios. Es una de las pocas que se agrupan tras Ponta da Piedade, y la única forma de llegar a ella es bajando un empinado tramo de peldaños excavados en los acantilados de piedra caliza. Comprobarás que las rocas salpican toda la zona, la cual también incluye un par de cuevas abiertas por la acción de las olas que se inundan con la subida de la marea.

Aunque los imponentes acantilados de Praia dos Pinheiros aumentan el esfuerzo que requiere acceder a ella, también la protegen del viento y, como suele ocurrir en estos casos, atraen a los nudistas que buscan un rincón apartado para tomar al sol como Dios nos trajo al mundo.

Praia da Balança recibe su nombre por una roca de los alrededores que, según se dice, tiene forma de un conjunto de básculas. Situada muy cerca de Ponta da Piedade, se trata de una bella playa virgen flanqueada por acantilados de piedra caliza.

El acceso desde tierra es accidentado y puede ser peligroso, por lo que la mayoría de visitantes prefiere venir en barco o kayak. Si eliges llegar por mar, disfrutarás además de un bonito viaje, ya que esta parte del Algarve está salpicada de cuevas, arcos, pilas y tocones de rocas que son el resultado de siglos de acción de las olas.

La playa de Barranco do Martinho es una pequeña cala que se abre en un estrecho hueco cerca de Ponta da Piedade. Aquí las aguas son muy tranquilas, y la orilla de arena se abre paso entre las rocas que las fuertes olas han ido sacando del mar o las que se han desprendido de los acantilados que se elevan sobre la playa. El lugar también está adornado con una gigantesca pila de piedras varadas junto al mar y con un arco natural que puedes contemplar desde el este.

Barranco do Martinho Beach no deja de cautivar a sus visitantes y, si tienes alma exploradora, disfrutarás incluso del esfuerzo que lleva llegar hasta ella. Además, gracias a la falta de instalaciones turísticas, seguramente sea tu playa privada durante ese día.

El acceso a Praia do Canavial se realiza por unas toscas escaleras hechas de madera y terreno arenoso. Esta franja de costa está situada al oeste del Puente de la Piedad, aunque no tiene las formaciones rocosas que adornan a su famoso vecino. En su lugar verás una amplia curva de ondulados acantilados amarillos que se extiende por la bahía.

Al estar tan expuesta a los elementos, en esta playa las olas rompen a toda velocidad hasta chocar sobre la arena dorada, coronando con sus crestas blancas un entorno ya de por sí espectacular. Te recomendamos visitarla con la marea baja, cuando toda la playa sale a la superficie y es posible sentarse más lejos de los amenazantes acantilados.

La idílica Praia da Luz, que se traduce como "playa de la luz", está situada en la zona occidental de Faro y se extiende frente a las explanadas peatonales y las palmeras de la localidad turística del mismo nombre. El amplio tramo de arena cubre aquí una plataforma rocosa tatuada con fósiles de anémonas, lapas, caracolas y percebes.

Se encuentra a unos 3,4 kilómetros al este de Praia de Porto de Mós. Un paseo entre las dos sería una actividad muy popular si no fuera por la Rocha Negra, un promontorio de basalto volcánico que quedó expuesto cuando se erosionó la piedra caliza que lo envolvía.

Praia do Camilo se encuentra a los pies de un elevado desnivel rocoso sobre un océano que aquí adquiere los matices de las esmeraldas. Para llegar deberás bajar unas escaleras sinuosas que salvan pilas y salientes rocosos antes de alcanzar una cala de fina arena dorada a menos dos kilómetros al sur del centro de Lagos.

Junto con el resto de calas que se entretejen a lo largo de la espectacular Ponta da Piedade, esta playa cuenta con todos los imponentes acantilados y promontorios que aparecen en los folletos del Algarve. Esta accidentada geografía garantiza la ausencia de vientos en Praia do Camilo, lo que la convierte en un rincón ideal para perderse con un buen libro, tomar el sol y practicar buceo de superficie.