10 consejos para ahorrar dinero en Lagos

Al igual que ocurre con el resto del sur de Portugal, Lagos es una localidad estacional. Durante los sofocantes meses de julio y agosto, tanto esta ciudad como todo el Algarve se llenan hasta la bandera de visitantes de Europa y el resto del mundo que vienen en busca del sol. Y con esta repentina entrada de turistas con dinero para gastar, suben considerablemente las tarifas de los vuelos y el alojamiento.

Lo bueno es que Lagos disfruta de unas 3000 horas de buen tiempo al año, y sus playas siguen siendo apetecibles desde mayo hasta mediados de octubre. Si viajas fuera de la temporada alta, conseguirás mejores ofertas y evitarás las multitudes sin renunciar al buen clima. Todo son ventajas.

Pasa de los lujosos complejos turísticos de Meia Praia y elige una zona más asequible. Arracimado entre murallas de piedra del siglo XVI, el casco viejo de Lagos está adornado con bonitos edificios encalados que se suceden a lo largo de callejuelas laberínticas. Aquí las tarifas de los hoteles son bastante más bajas y tendrás siempre a mano numerosas atracciones históricas y una animada oferta de ocio nocturno.

¿Buscas chollos aún más baratos? En ese caso, te recomendamos el relajado barrio de Santa Maria, repleto de alojamientos económicos y muy cerca de Praia de Porto de Mós. Como ocurre en todas partes, cuanto más te alejes de la costa, más bajos serán los precios que encuentres.

El aeropuerto internacional más próximo a Lagos es el de Faro, a unos 100 kilómetros al este. Los taxis que se alinean en la salida son famosos por cobrar de más, e incluso los expertos en regateo no consiguen rebajarlas por debajo de los 100 EUR. Por su parte, los traslados privados reservados con antelación cuestan un 25 % menos, pero aun así son caros si quieres viajar sin dejarte el presupuesto.

Con todo ello, la forma más barata de llegar a Lagos desde el Aeropuerto Internacional de Faro es coger el autobús 16 hasta la estación Terminal Rodoviário Faro. Desde allí, puedes cambiar a otro autobús que te deje en tu destino o ir hasta la estación de tren de Faro, en los alrededores. En total tardarás unas tres o cuatro horas, pero habrás ahorrado un buen pico en el empeño.

Lagos tiene algunas de las playas más hermosas del Algarve, y poner tu toalla en su arena prístina no te costará ni un céntimo. La opción más cómoda es Praia da Batata, a poca distancia a pie del casco viejo. Muy popular entre los jóvenes más modernos, esta bulliciosa franja de costa alberga unos cuantos bares que no te puedes perder y promontorios rocosos que están esperando a que los explores.

Si buscas algo más amplio, la gigantesca Praia de Porto de Mós está situada al oeste de la ciudad, por lo que tendrás que coger un autobús local para llegar a ella sin gastar mucho. Los surfistas eligen Meia Praia, al este, por sus vertiginosos rompientes.

Una forma económica de descubrir detalles sobre el fascinante pasado de esta ciudad es realizar un recorrido por sus museos. El Museo Municipal Dr José Formosinho ocupa una bella iglesia barroca y expone la arqueología, arte sacro e historia de la localidad, un auténtico chollo por solo un par de euros. Quizá quieras comprar una entrada combinada y aprovechar para visitar el lúgubre Antiguo Mercado de Esclavos, donde se relata el legado de Lagos más oscuro.

Por su parte, el Centro Ciência Viva cautivará a grandes y pequeños con exposiciones interactivas y una entrada familiar supereconómica. Y una última recomendación: el Museo de Cera de los Descubrimientos, donde podrás contemplar réplicas realistas de los principales personajes de la Era de los Descubrimientos.

Lagos cuenta con una abundante selección de coquetos miradores de acceso gratuito, y es que contemplar las playas doradas, los acantilados rojizos y las aguas esmeralda del Algarve desde las alturas es una actividad imprescindible en cualquier viaje a la ciudad.

El escarpado promontorio rocoso del Puente de la Piedad, por ejemplo, está situado en el extremo de la península, al sur de la localidad, y ofrece panorámicas espectaculares. Te recomendamos aprovechar la visita para conocer también la bella Praia do Camilo. Aunque este mirador es gratuito, merece la pena invertir algo del presupuesto en una excursión en barco para poder explorar las cuevas marinas que se esconden debajo. Al oeste de Porto de Mós se encuentra Rocha Negra, un acantilado de granito negro erosionado que permite disfrutar de mágicas vistas de la playa.

Uno de los mejores pasatiempos que puedes disfrutar en Lagos sin gastarte un euro es realizar una ruta de senderismo por sus prístinas playas y sus escarpados acantilados. Solo tienes que preparar el almuerzo, meter también un buen protector solar y ponerte unas botas resistentes antes de lanzarte a recorrer los bellísimos senderos costeros sin casi gastar un céntimo.

¿El trayecto más popular de Lagos? Hay varios, pero el del Puente de la Piedad es, sin duda, de los mejores. Dirígete hacia Praia da Batata y sigue el sendero de tierra rojiza en dirección sur por los acantilados. Tras alcanzar el extremo de la península, deberás retomar la ruta en dirección oeste hasta llegar a Praia de Porto de Mós. Si te ves con ganas, puedes seguir caminando por la arena otros seis kilómetros hasta Praia da Luz y visitar Rocha Negra de camino.

El Mercado Paseo Maritimo es una apuesta segura si buscas llevarte artículos de recuerdo tirados de precio. En este mercadillo al aire libre de ambiente relajado se vende de todo, desde vestidos veraniegos hasta objetos hechos de corcho o sombreros panamá de ala ancha, y los precios pueden ser bajísimos si los regateas. No importa que no tengas previsto comprar nada, merece la pena recorrer el paseo por las bonitas vistas del puerto deportivo, situado justo al lado.

¿Buscas un lugar más auténtico? Tu sitio es el Mercado Municipal de Lagos, aunque esta vez seguramente no quieras acercarte demasiado a la mercancía, ya que se trata de toneladas de pescado y marisco crudo. Los pescadores descargan la captura del día cada mañana a tiempo para que los vendedores la pregonen a los compradores más golosos. Un animado espectáculo que siempre merece la pena ver.

Lagos alberga varios edificios religiosos interesantes cuya entrada es gratuita o conlleva el pago de una tarifa simbólica. La bella iglesia barroca de San Antonio es, probablemente, uno de los lugares más visitados, seguramente por su deslumbrante interior dorado. Las de Santa María y San Sebastián, más pequeñas, no son tan grandiosas, pero sigue mereciendo la pena ir a verlas.

Por su parte, el castillo de Lagos, en el casco viejo, es otra excelente atracción gratuita en Lagos. Con vistas al canal, esta construcción medieval conserva sus murallas almenadas originales y sus ventanas de estilo manuelino. Algo más lejos, el castillo de Alvor, el castillo de São João do Arade y el castillo de Silves son lugares muy económicos para visitar durante un viaje a este destino portugués.

El frondoso jardín de la Constitución rodea el castillo de Lagos y resulta perfecto para dar paseos tranquilos o disfrutar de un pícnic. Puedes sentarte bajo la sombra de una palmera gigante y refugiarte del sol mientras contemplas las bellas vistas, ya que el recinto está situado entre las aguas deslumbrantes del canal y el ornamentado castillo.

¿No sabes qué llevarte para disfrutar de una sabrosa comida al aire libre? Los portugueses son famosos por sus pasteles, tanto salados como dulces, que además de saciar, no son nada caros. Padaria Central, en el casco viejo, es célebre por sus productos horneados a precios razonables.