Los 10 pueblos más pintorescos de Surrey

La bella Betchworth se caracteriza por callejuelas estrechas bordeadas de árboles que serpentean por toda la localidad y por las ruinas del castillo medieval de Betchworth, el cual, si hacemos caso a la leyenda, se encuentra embrujado por su antiguo propietario, lord Henry Hope. Si vienes a tiempo para la Noche de Guy Fawkes, a principios de noviembre, podrás ver otro de sus principales atractivos, un asombroso espectáculo de fuegos artificiales con hoguera incluida que atrae a miles de personas a los alrededores de la iglesia de Brockham.

Te recomendamos aprovechar para visitar la iglesia de San Miguel, que aparece en la célebre película de 1994 Cuatro bodas y un funeral. También merece la pena acercarse a la herrería y el pub situados justo al lado. Por último, a pocos minutos en dirección este tienes otra bonita localidad, Buckland, con un parque público lleno de encanto.

Ripley es el mejor lugar de Surrey para disfrutar de un paseo tranquilo junto a las aguas de un río. Y es que el tranquilo curso del Wey serpentea por la región acompañado de numerosos arroyos y afluentes. La localidad cuenta también con una estupenda selección de coquetas cafeterías, destilerías y bed and breakfasts que dan lugar a una atmósfera cordial y acogedora.

Si te gusta el blues quizá te interese saber que el legendario Eric Clapton creció en estas calles. De hecho, la tienda de música Ripley Guitars rinde homenaje a su carrera. También estarás de enhorabuena si te gusta el críquet: el histórico Ripley Cricket Club cuenta con los campos más grandes de todo el país. Te recomendamos visitar la localidad el segundo sábado del mes para poder asistir al mercado agrícola, en el que se venden productos de temporada y especialidades.

Godstone es un lugar fantástico para traer a los niños, ya que cuenta con una granja repleta de cabras, vacas y ponis a los que acariciar, y ofrece la oportunidad de montar en un tractor. A los mayores tampoco le faltarán actividades, puesto que la zona incluye iglesias de interés, grandes viñedos y bonitas construcciones antiguas de madera aquí y allá.

Si quieres pasar un rato al aire libre, no te pierdas el parque público, con un estanque de patos, mientras que si te apetece ver hermosos ejemplos arquitectónicos históricos, incluye Titsey Place entre las visitas. Por último, puedes dedicarle un ratito al pasado en Chartwell, el antiguo hogar de Winston Churchill, que ahora acoge un interesante museo.

La pequeña Shamley Green acoge una de las casas que más tiempo lleva habitada de todo Surrey, la casa de Lee Crouch, un edificio protegido de grado II. La mayoría de los visitantes, sin embargo, vienen sobre todo por sus bonitos paisajes y por el espectacular conjunto de construcciones de ladrillo y piedra. Si eliges este destino en junio, no te pierdas su Village Fete & Dog Show, un concurso canino muy popular en el pueblo.

Para tomar algo, la localidad tiene dos pubs de ambiente acogedor: el Bricklayers Arms y el Red Lion. Si prefieres bebidas sin alcohol, te recomendamos el salón de té The Speckledy Hen, con una excelente selección de infusiones y sabrosos refrigerios.

Peaslake está escondida en el corazón de Surrey, rodeada de bosques y atravesada por un laberinto de calles y rutas de senderismo. Esta pequeña población cuenta solo con 1400 habitantes y, probablemente, no veas a casi nadie durante tu visita.

Aquí se viene a montar en bici, caminar y disfrutar de pícnics con el buen tiempo, sobre todo cerca de las brillantes aguas de los lagos de Coverwood. Que este destino tenga pocos residentes no quiere decir que le falten actividades: el Peaslake Memorial Hall acoge animados conciertos y eventos, mientras que el Hurtwood Inn Pub es un elegante local de fachada blanca perfecto para tomar una copa de vino y cenar.

Shere es una de las localidades más pobladas de Surrey, y sus hileras de edificios con vigas de madera le dan, por momentos, un aire muy cosmopolita. En su interior encontrarás acogedores pubs en los que los lugareños consumen las consabidas pintas que rebosan de espuma, mientras los visitantes curiosean la oferta de tiendas de regalos, galerías y museos.

Te recomendamos visitar la iglesia de Santiago, una estructura del siglo XII con fachada de piedra y ladrillo, y vidrieras policromadas. El edificio se menciona en el Domesday Book y, en el pasado, alojó a una enigmática ermitaña religiosa llamada Christine Carpenter. A las afueras de la ciudad, podrás visitar una destilería junto a las tranquilas aguas del lago Silent Pool y, si te apetece caminar, Newlands Corner es una zona maravillosa para practicar senderismo.

En el pasado, Chiddingfold fue una población de vidrieros que, cada mañana, se concentraban en el parque público de la localidad para vender sus productos artesanales, entre los que destacan las vidrieras de la iglesia de Santa María. Hoy los principales ingresos de sus gentes derivan de la agricultura y el turismo, y la ciudad cuenta, en consecuencia, con un buen puñado de bed and breakfasts y pubs con encanto que atraen a los visitantes que vienen hasta aquí.

Te recomendamos dar un paseo por las afueras al atardecer. ¿Quién sabe? Quizá te encuentres con algún que otro zorro, ciervo o tejón en los bosques de los alrededores. A poca distancia al sur del centro se encuentran los verdes campos del Chiddingfold Golf Club y el Jardín Ramster.

La opulenta Oxshott no recibe demasiado turismo, quizá porque sus adinerados residentes acordonan sus calles para disuadir al pueblo humilde de frecuentar la zona. Conocida como "la localidad más cara de Inglaterra", aquí residen varios famosos y futbolistas (aquí entrena el Chelsea, por ejemplo) que la escogen para llevar una vida anónima y tranquila.

Aunque algunas áreas de Oxshott estén cerradas al paso, sigue siendo un lugar fascinante para visitar, ya que, a las afueras, es posible disfrutar de las rutas que cruzan las zonas verdes de Esher Commons y Prince's Coverts, a las que los lugareños se refieren como "los bosques de Oxshott".

Mickleham es el pueblo más cercano al Área de Destacada Belleza Natural de Surrey Hills, lo que lo convierte en un lugar muy popular entre los aficionados a las actividades al aire libre. El extenso parque nacional esté repleto de rutas de senderismo, ciclismo e incluso equitación de distintos niveles para que todo el mundo pueda disfrutar de ellas. Asegúrate, como mínimo, de realizar la senda Box Hill and Stepping Stones Walk, preferiblemente con el almuerzo en la mochila.

Ya de vuelta en la localidad, te recomendamos visitar la iglesia de San Miguel y Todos los Ángeles, y el bonito cementerio en su parte posterior. Justo enfrente, el elegante Running Horses ofrece deliciosos platos y un alojamiento exclusivo.

La localidad de Leigh es tan pequeña que no sería de extrañar que la pasaras por alto durante un viaje por carretera. En su centro puedes contemplar la iglesia de San Bartolomé, un edificio de piedra Reigate con una bonita entrada cubierta y coronado por un capitel rústico de madera. Durante tu visita, presta atención porque la zona acoge un enorme roble que, según parece, tiene más de 500 años.

Justo enfrente de la iglesia se encuentra el Plough, un pub del siglo XV que lleva con el mismo simpático propietario los últimos 20 años. Otra buena opción es el Seven Stars Inn, cerca de allí, que ofrece platos que reinterpretan la gastronomía tradicional británica. Si no buscas pintas fresquitas ni comida casera, sino actividad física, la región ofrece también numerosas posibilidades para caminar o montar en bicicleta.