Las 10 mejores playas de Dorset

La playa de Chesil es una maravilla de la naturaleza. Técnicamente, es un tómbolo separado de tierra firme por una laguna, lo que permite contemplar el mar a un lado y la laguna y el resto de la región al otro. En este bello paisaje se desarrolla la célebre novela de Ian McEwan En la playa de Chesil, y es que la agreste naturaleza de esta franja de costa de guijarros es el rincón perfecto para una historia rebosante de romanticismo y dramatismo.

La playa se extiende a lo largo de 28 kilómetros de extremo a extremo y ofrece numerosas oportunidades para pasear por un entorno verdaderamente espectacular. Seguramente te encuentres con algún que otro pescador en la zona y, si tienes hambre, también verás bastantes establecimientos para tomar algo mientras disfrutas de las vistas. No dejes pasar la oportunidad de probar los populares platos de pescado.

Swanage hunde sus raíces en la era victoriana. La localidad se convirtió en un famoso destino costero tras la inauguración de su estación de ferrocarril en el siglo XIX, una popularidad que aún conserva gracias a su amplia oferta de deportes acuáticos. Si te apetece practicar alguno de ellos, podrás hacerlo con vistas a unas pintorescas casetas de puertas de colores que, por cierto, también puedes alquilar.

¿No te apetece hacer ejercicio? En ese caso, quizá prefieras alquilar una tumbona y aprovechar al máximo el sol de los largos días estivales. O puedes practicar una actividad más relajada, como montar en hidropedal o en kayak, o participar en las excursiones de buceo que salen con regularidad de la playa. Por si todo esto fuera poco, la zona cuenta con un paseo marítimo repleto de tiendas, restaurantes y galerías.

La playa de Weymouth era una de las favoritas de Jorge III, quien la consideraba ideal para el descanso de la realeza y disfrutar de baños saludables. Cuando pruebes de primera mano sus tranquilas aguas, perfectas para nadar gracias a la bahía protegida en la que se encuentran, comprenderás rápidamente por qué le gustaba tanto.

Al igual que ocurre en muchas playas de Gran Bretaña, Weymouth sabe aprovechar su legado costero victoriano. Su oferta de entretenimiento incluye espectáculos de guiñoles clásicos para los niños o el típico paseo en burro. Detrás de la playa se extiende un paseo marítimo bordeado de características viviendas adosadas georgianas, que acentúan el encanto histórico del lugar.

Lyme Regis es una de las playas más peculiares de Gran Bretaña gracias a sus maravillas geológicas: se trata de un rincón fantástico para salir a descubrir fósiles del periodo jurásico. A este respecto, una de las hazañas más célebres la protagonizó una mujer llamada Mary Anning durante la primera mitad del siglo XVIII. Mary encontró aquí, en Lyme Regis, el primer ejemplar completo de ictiosaurio, un reptil marino parecido al delfín actual.

En la actualidad, aún es posible descubrir ictiosaurios completos, pero la mayoría de los visitantes se contentan con llevarse los icónicos amonites con forma de caracola u objetos brillantes diversos. Este tramo de costa se extiende desde la orilla de arena de Cobb Gate hasta los guijarros de la playa de Monmouth.

La cala de Lulworth es uno de los lugares más pintorescos de Dorset, y eso que la zona está repleta de ellos. Esta franja de litoral adopta una forma circular casi perfecta y se halla rodeada de guijarros blancos que se abren al inmenso mar. El agua aquí adopta un espectacular tono turquesa en verano que contrasta con el azul oscuro de la masa que se extiende más allá.

Es un lugar perfecto para dar un bonito paseo, ya sea por la playa o por las colinas que dan a ella, y para nadar. Además, verás piscinas de roca repletas de vida marina.

La playa de Boscombe es un bullicioso tramo de arena blanca que se llena de visitantes en los meses estivales, entre otras cosas, gracias a su encantador muelle, a las coloridas casas y a una ubicación muy próxima a la animada ciudad de Bournemouth.

Además de una excelente oferta de deportes acuáticos y sus condiciones perfectas para nadar, este tramo de costa también es ideal para pasear al atardecer. Si te gusta la fotografía, créenos, no te arrepentirás.

La puerta de Durdle suele aparecer en numerosos souvenirs de Dorset, como postales e imanes para la nevera, pero, obviamente, poco tienen que ver con la experiencia de verla en directo. Célebre por su arco de piedra caliza, esta playa fue el primer escenario natural del país que la Unesco clasificó como Patrimonio de la Humanidad (en 2001).

Comprobarás que se trata de una franja de guijarros en la que se permite el baño, aunque con mucho cuidado porque la zona no cuenta con servicio de socorristas. La mejor forma de disfrutar de la espectacularidad del paisaje es contemplarlo desde el mirador en lo alto del acantilado, donde también hay una pequeña tienda de alimentos y recuerdos.

Alum Chine se encuentra al oeste de Bournemouth y es perfecta para aquellos que buscan escapar de las multitudes de esta ciudad y de Boscombe o quieren llevar a los niños a un sitio divertido. Y es que esta playa cuenta con un parque infantil de temática pirata y numerosos puestos de helados.

Para los mayores, hay un jardín tropical en la zona y coquetas casetas de colores que se pueden alquilar. Por cierto, los atardeceres son espectaculares en Alum Chine.

La playa de Avon es especialmente adecuada para los aficionados a la natación, ya que incluye una zona señalizada para esta actividad separada de la sección de deportes acuáticos. Además, cuenta con vigilancia por parte de socorristas durante el periodo de mayor afluencia, en julio y agosto.

Al igual que muchas playas de Dorset, la de Avon está bordeada de casetas de estilo victoriano que se pueden alquilar. También encontrarás un restaurante y una cafetería en las proximidades.

La playa de Southborne es una de las más tranquilas de Bournemouth, y a los residentes de la zona les encanta por su hermosa arena blanca y por sus perfectas condiciones para disfrutar en familia con los peques. Está bordeada de casetas que se pueden alquilar y ofrece distintas posibilidades para comer, incluidos numerosos pubs.

El mejor acceso a la playa de Southborne es el sendero natural Fisherman’s Walk, una bella ruta que discurre en zigzag por un entarimado de madera hasta la orilla. Si lo prefieres, también hay un ascensor. Este camino pasa junto a arbustos, zonas verdes y fauna silvestre, y es una forma muy bonita de llegar a tu destino bajo el sol.