Las 13 mejores maravillas naturales de la isla de Man

El valle Glen Mooar está situado justo al sur de Kirk Michael, hacia la costa oeste de la isla de Man. Este hermoso bosquecillo es alargado, estrecho y muy frondoso. Si sigues el suave borboteo del arroyo que lo atraviesa, pasearás entre helechos, musgo y altos árboles centenarios que tejen un frondoso techo sobre tu cabeza. En el centro del valle encontrarás las ruinas de una capilla construida entre los siglos VIII y X.

Sin duda, la estrella de Glen Mooar es la cascada del nacimiento del arroyo: Spooyt Vane. No es extraño que, en gaélico manés, su nombre signifique "chorro blanco". Aunque técnicamente queda fuera de las fronteras del valle, el dueño del terreno permite a los visitantes ver los dos niveles de la cascada. Es una de las atracciones naturales más conocidas de la isla de Man, así que recibe muchos visitantes.

El Glen Maye es, sin duda, uno de los valles más accesibles de todos las que salpican la isla de Man, ya que se encuentra justo al lado del pueblo con el que comparte nombre, a casi cinco kilómetros al sur de Peel. También puedes llegar dando un paseo por el sendero Raad ny Foillan, que recorre la costa. Su accesibilidad no impide que sea uno de los más bonitos de la isla.

Los protagonistas en este bosque de 4,6 hectáreas lleno de helechos son la cascada y el puente. Quizás te interese saber que a la entrada, muy cerca de las cascadas, encontrarás el The Waterfall Hotel, un recomendable pub. Muy cerca de aquí también se ubica la noria de agua Mona Erin, que se usaba para proporcionar energía a las cercanas minas de plomo.

Glen Helen es un valle alargado y salpicado de árboles que sigue el trazado del río Rhenass, cerca de St John's. Antes se llamaba como el río, pero este espacio de 27 hectáreas también acoge otras aguas, como el riachuelo de Lambfell o los ríos Blaber y Neb, además de incluir parte de las laderas sur de la montaña de Lambfell.

Aquí, como sucede en el resto de valles destacables de la isla de Man, las cascadas son las estrellas; en Glen Helen hay dos: la más espectacular es la cascada de Rhenass, rodeada por un impresionante despliegue de secuoyas, píceas, abetos, robles, sicomoros, hayas y tuyas. Hay varios senderos y puentes que lo convierten en un valle fácil de recorrer.

Dhoon Glen es una de las reservas naturales nacionales más grandes de las muchas que encontrarás en la isla de Man, además de una de las más populares por su gran belleza. Cómo no, su punto fuerte son las cascadas. Aproximadamente en el centro del valle encontrarás la llamada Inneen Vooar ("chica grande" en gaélico manés), una de las más altas de la isla de Man, con una caída de más de 39 metros en dos etapas.

Este valle es uno de los más exigentes para los visitantes, ya que algunos senderos son abruptos e incluso hay tramos en los que es necesario escalar. Sobre todo, presta especial atención a las zonas húmedas, ya que podrías resbalar. Eso sí, si quieres hacer las fotografías más espectaculares de los paisajes de la isla, tendrás que superar este reto.

Ballaglass Glen se encuentra al norte de Laxey y tiene un toque especial de fantasía que fascina a los niños. En parte, se debe a la escultura de madera que muestra a un sabio anciano, conocido como el mago de Mann, así como a la casa de hadas en miniatura. Puedes llegar a este valle en el tranvía de Manx Electric Railway, un viaje cómodo y divertido.

A los artistas y aficionados a la fotografía les gustan especialmente las construcciones de las antiguas minas al sur del río Cornaa, rodeadas de alerces, pinos, sauces, abedules y fresnos centenarios. Aún puedes ver el emplazamiento de la noria de agua que se usaba en la mina.

Groudle Glen seguramente es uno de los valles más bellos de la isla de Man y, al estar justo al norte de Douglas, resulta muy fácil llegar hasta aquí. De hecho, esta es la primera parada del tranvía de Manx Electric Railway después de la terminal del castillo de Derby, y la estación conecta con el tren del Groudle Glen Railway. Este tren en miniatura recorre aproximadamente un kilómetro en temporada alta y es una manera divertida de disfrutar del paisaje.

El punto fuerte del valle es una noria de agua llamada Little Isabella, que es otra miniatura, pero en este caso inspirada en otra de las atracciones más conocidas de la isla de Man: la noria de agua de Laxey. Quizás te preguntes cómo llegó hasta aquí. Pues muy fácil: se creó como atracción turística cuando el valle era una especie de parque temático victoriano. Por cierto, antes de irte, no te olvides de visitar la playa de Groudle.

Tholt-y-Will Glen se encuentra entre el monte Snaefell y el embalse de Sulby, y es la única reserva natural nacional manesa en el montañoso centro de la isla. La hermana pequeña de Sulby Glen es un valle especialmente escarpado que sigue la serpenteante ruta de un riachuelo por la montaña. En el extremo inferior encontrarás una zona de pícnic y un centro de artesanía que abre en temporada alta.

Tholt-y-Will Glen está rodeado de otros atractivos naturales notables, como la montaña y el embalse que ya hemos mencionado. También tiene una plantación, la de Tholt-y-Will, que ocupa más de 100 hectáreas de laderas con árboles, sobre todo distintas especies de coníferas. Es una plantación, no un bosque, así que los árboles están organizados en hileras regulares y no de forma natural, como en el valle.

The Chasms consisten en varias formaciones rocosas a lo largo de la costa sudeste de la isla de Man. Su nombre significa "los abismos" y se debe a su emblemática apariencia: las enormes grietas formadas por milenios de erosión que atraviesan la piedra caliza del litoral. No te vayas sin acercarte a Cronk Karran, un círculo de piedra del Neolítico que se encuentra bastante cerca.

Para llegar a The Chasms, puedes caminar por el sendero costero Raad ny Foillan en dirección sur desde Port St Mary o conducir hasta el pequeño aparcamiento. Elijas lo que elijas, no te vas a librar de caminar un poco, ya que incluso si decides llegar en coche hasta la zona de estacionamiento aún tendrás por delante casi medio kilómetro hasta el rocoso litoral. El esfuerzo merece la pena, pero ten en cuenta que es una parte muy ventosa de la isla, así que ponte ropa adecuada. También debes saber que los acantilados son altos y han sufrido mucha erosión, así que extrema las precauciones durante la excursión.

La reserva natural nacional de Ayres es una inmensa extensión de terrazas costeras y dunas de arena en la costa noroeste de la isla de Man. En la zona de tierra encontrarás un hábitat de hondonales de dunas, matorrales costeros y líquenes, mientras que en el mar te esperan focas y marsopas muy cerca de la orilla.

En mitad de la reserva hay un pequeño centro de visitantes con aparcamiento. Por lo demás, es una zona casi completamente llana y desierta hasta el faro Point of Ayre, en el punto más septentrional de la isla de Man, o el comienzo de la playa de Smeale, más al oeste. Este lugar puede ser desolado y ventoso, pero su belleza cautiva a quienes se acercan hasta aquí.

Niarbyl es un bello lugar aislado y con una bahía escondida, casas de campo con tejados de paja, colinas ondulantes y espectaculares senderos por la costa. Está situado en la costa occidental de la isla de Man y, en días despejados, incluso podrás ver las montañas de Mourne de Irlanda. Si no tienes esa suerte, no habrás hecho el viaje en balde, ya que la panorámica de la costa manesa hasta la isla Calf of Man es magnífica.

Uno de los lugares más curiosos de la zona es la falla de Niarbyl, que, tal como su nombre indica, es una sutura en la corteza terrestre en el punto donde chocaron dos placas tectónicas. Estas rocas resultan interesantes tanto para los geólogos como para los aficionados a la pesca, ya que es un lugar estupendo para practicar esta afición.

La pequeña isla Calf of Man está muy cerca del extremo meridional de la isla de Man. Tiene unas 250 hectáreas y en ella solo hay un par de faros y una granja. De hecho, solo la habitan dos personas y ni siquiera viven allí a todo el año. Eso sí, entre sus vecinos encontrarás las grandes colonias de focas y pardelas manesas.

Esta isla rocosa, escarpada y ventosa tiene un litoral muy bonito que también es el hogar de la fauna del lugar. Puedes visitarla en barco, desde Port Erin o Port St Mary, o reservar una cama en el diminuto observatorio de aves de la fundación Manx National Heritage.

Port Soderick Glen está a poco más de seis kilómetros al sur de Douglas y termina en una pequeña playa de guijarros en mitad de la nada. Resulta muy fácil llegar a este valle, porque tiene una parada propia en el tren de vapor de la isla y una carretera que la atraviesa.

Quizás no es de los más interesantes de la isla, ya que solo destacaríamos algunas flores silvestres autóctonas, pero cuando cae la noche es cuando te darás cuenta de por qué merece un lugar en nuestra lista de las maravillas naturales que no deberías perderte en la isla de Man. Se trata de uno de los lugares desde donde observar el firmamento en total oscuridad y con apenas contaminación lumínica. Esto significa que, en las noches despejadas y en la época adecuada del año, se ve un hermoso manto estrellado desde la playa, con la Vía Láctea cubriendo el firmamento. Con las condiciones ideales, puedes llegar a ver la aurora boreal.

Snaefell es la montaña más alta de la isla de Man, con 620 metros de altura sobre el nivel del mar. Desde esta altura, los días despejados verás los llamados siete reinos de Man: Inglaterra, Irlanda, Escocia, Gales, la isla de Man, el cielo y Manannán, que es el nombre que dan al mar. Hay versiones de este dicho popular que omiten este último y hablan de solo seis.

Alcanzar la cumbre es mucho más fácil de lo que crees. Hay un camino despejado desde la carretera de la montaña Snaefell (la A18) que se recorre en unos 45 minutos. Sin embargo, resulta mucho más fácil, rápido y divertido llegar con el tren eléctrico de la Snaefell Mountain Railway, un medio de transporte de la época victoriana que sale de Laxey y llega a la cumbre en unos 30 minutos. Después de este agradable viaje, quizá quieras disfrutar de un café ante las vistas impresionantes del restaurante Snaefell Summit.