Las 11 mejores cosas que hacer en la Isla de Man

La Great Laxey Wheel, conocida también como Lady Isabella, es el mayor molino de agua en funcionamiento del mundo, con un espectacular diámetro de casi 22 metros. Esta llamativa rueda roja gira tres veces por minuto en el interior de su armazón de color blanco. Puedes subir a la parte superior de dicho armazón para comprobar de cerca el impresionante tamaño de esta pieza de ingeniería y contemplar vistas espectaculares del valle de Laxey.

El molino se construyó en 1854 para bombear 946 litros de agua por minuto de Glen Mooar y las minas de Great Laxey, una tarea que desempeñó hasta que estas últimas cerraron en 1929. Hay otro molino más pequeño y menos conocido a 800 metros en dirección sur, Snaefell Wheel, o Lady Evelyn, que también merece una visita.

Snaefell es la montaña más alta de la isla de Man, con 620 metros de altura sobre el nivel del mar. Desde esta altura, los días despejados verás los llamados siete reinos de Man: Inglaterra, Irlanda, Escocia, Gales, la isla de Man, el cielo y Manannán, que es el nombre que dan al mar. Hay versiones de este dicho popular que omiten este último y hablan de solo seis.

Alcanzar la cumbre es mucho más fácil de lo que crees. Hay un camino despejado desde la carretera de la montaña Snaefell (la A18) que se recorre en unos 45 minutos. Sin embargo, resulta mucho más fácil, rápido y divertido llegar con el tren eléctrico de la Snaefell Mountain Railway, un medio de transporte de la época victoriana que sale de Laxey y llega a la cumbre en unos 30 minutos. Después de este agradable viaje, quizá quieras disfrutar de un café ante las vistas impresionantes del restaurante Snaefell Summit.

Castletown es una pequeña localidad histórica en el sur de la isla de Man que es conocida, sobre todo, por su castillo. De ahí el nombre. La fortaleza de Rushen domina todo el centro y se construyó para un rey vikingo en el siglo XVI. Comprobarás que la estructura se ha conservado extraordinariamente bien y que ahora acoge un museo con interesantes exposiciones.

Castletown fue la capital de la isla hasta el año 1869 y, en la actualidad, ofrece al visitante una impresionante selección de tiendas y restaurantes escondidos en sus estrechas callejuelas. En torno a un encantador puerto de reducidas dimensiones encontrarás varios museos y lugares de interés históricos, entre los que destacan la Antigua Casa de las Llaves y el Museo Náutico. Durante tu recorrido, busca las puertecitas de las hadas, hay más de 70 en los rincones más inesperados.

El castillo de Peel es una fortificación del siglo XI en la isla de San Patricio, muy próxima a la costa oeste de la isla de Man. La isla está conectada con el territorio principal y la ciudad de Peel por una carretera elevada, y protege la entrada al puerto y el extremo occidental de la playa de Peel.

Aunque la fortaleza no ha resistido el paso de los años tan bien como la de Rushen, en Castletown, es un lugar mucho más grande e igualmente imponente. No pierdas la oportunidad de visitar la iglesia de San Patricio y la Torre Redonda, las partes más antiguas de la fortificación, así como la fantasmal cripta del siglo XIII que se esconde bajo tierra en la catedral de San Germán.

Desde el año 1907, las carreras del TT Isla de Man han sido el centro de numerosos festivales y eventos relacionados con el mundo del motor en la isla. Y es que toda ella se sumerge en una auténtica pasión por las motos la primera semana de junio, en la que prácticamente cada hotel y cada ferri o vuelo que llega se ha reservado con mucha antelación.

El circuito callejero comienza en Douglas, sigue la A2 en dirección sur hasta Quarterbridge y gira hacia el noroeste en Peel Road. Después, vuelve a girar, esta vez hacia el norte para entrar en la A3 en St John's, vía que sigue hasta Ramsey antes de torcer para entrar en la A18, en la cual se encamina en dirección sur por las pendientes de Snaefell para volver a Douglas. ¿Demasiado confuso? Pues no te preocupes, limítate a seguir las indicaciones pintadas en blanco y negro en las cunetas. El recorrido, de poco más de 60 kilómetros, se puede realizar en unos 17 minutos, pero para eso tendrías que ir a una velocidad media de 217 kilómetros por hora. Asegúrate de parar junto a la estatua de Joey Dunlop, en Snaefell, para rendir homenaje a esta leyenda irlandesa de las carreras, un personaje muy célebre entre los habitantes de la isla.

El Douglas Bay Horse Tramway es exactamente lo que indica su nombre en inglés: un tranvía tirado por caballos que recorre toda la costa de la localidad de Douglas. El vehículo opera desde el año 1876 y sale desde el muelle de Victoria, cerca de la terminal de la isla de Man. Desde allí se dirige hacia el castillo de Derby, la estación de término más meridional de la línea Manx Electric Railway, la cual sigue el litoral hasta Laxey y Ramsey. El recorrido total es de unos 2,5 kilómetros.

Los caballos, muy bien atendidos, son todos de raza Shire y Clydesdale, y tiran de una flota de tranvías que tienen más de 100 años y cuentan con capacidad para entre 30 y 42 personas. Se trata de un medio de transporte divertido y cómodo para llegar de un extremo a otro de la ciudad.

Inaugurado en 1873, el ferrocarril Isle of Man Steam Railway aún opera un servicio regular entre Douglas y Port Erin con nueve paradas en el camino, tales como el aeropuerto, Castletown y Port St Mary. El trayecto de ida por esta vía férrea de casi 25 kilómetros de longitud tarda en torno a una hora.

Aunque montar en un tren de vapor es una experiencia divertida y original, lo que convierte a esta actividad en algo imprescindible es el paisaje que te permite contemplar, el cual incluye estampas inolvidables como los bosques de Crogga, el castillo de Rushen y el cabo de Bradda. A tu llegada a Port Erin, te recomendamos visitar el Museo del Ferrocarril de la Isla de Man.

El faro de la Punta de Ayre es una espectacular estructura del siglo XIX que aún funciona y que está situada en el lugar más septentrional de la isla de Man. Al igual que ocurre con muchas de las atracciones históricas de la región, la construcción conserva gran parte de sus características originales, incluida su lente Fresnel de primer orden, la cual se instaló en 1890 y cuya luz puede verse con claridad en el suroeste de Escocia.

A casi 30 metros de altura, el faro de la Punta de Ayre es prácticamente el único elemento destacable en esta zona de la isla azotada por el viento. Eso sí, es un lugar fantástico para ver el atardecer, y encontrarás un práctico aparcamiento en los alrededores.

El puente de las Hadas atraviesa un pequeño arroyo en la carretera principal que une el aeropuerto de la isla de Man y la ciudad de Douglas. Si no fuera por el cartel que lo anuncia y las piedras blancas que delatan su presencia, casi ni te darías cuenta de que lo estás cruzando y, sin embargo, hacerlo sin saludar a las hadas que habitan en las pequeñas vaguadas forestales de la zona es muy arriesgado: se dice que trae mala suerte.

Esta superstición parece tener su origen a mediados del siglo pasado y te sorprenderá comprobar lo en serio que se la toman. Los corredores del TT Isla de Man y del Gran Premio de Manx suelen respetar esta tradición antes de los primeros entrenamientos, e incluso los autobuses públicos que pasan por allí invitan a los pasajeros a decir "¡Hola, hadas!" con un mensaje automático que se escucha a través de los altavoces. Existe un segundo puente de las Hadas, que hay quien dice que es "el de verdad", a poco más de cinco kilómetros al noreste. Se trata de una estructura muy hermosa que bien merece una visita y, al no acoger ninguna carretera, es menos conocido.

Cregneash es uno de los últimos bastiones de las tradiciones de la isla de Man. Aquí podrás conocer antiguas costumbres, prácticas de cultivo y ganadería, y el característico idioma local. Este pueblo histórico se caracteriza por casas antiguas con fachadas encaladas que ofrecen una fascinante ventana a la vida de un empresario agrícola del siglo XIX con demostraciones de técnicas y habilidades domésticas, así como historias de sus toscos estilos de vida.

Fuera, en los campos, podrás ver especies autóctonas únicas, incluido el borrego loaghtan manés, con cuatro cuernos. En el interior de las viviendas, tendrás la oportunidad de acariciar un gato manés, una raza que no tiene cola, y entrar en calor junto a un hogar tradicional en las cocinas. Te recomendamos visitar la aldea a finales de octubre para participar en las celebraciones tradicionales de Hop-tu-Naa, la versión local de Halloween.

Los arenques ahumados de Manx destacan en la gastronomía de la isla de Man. Los métodos de curación tradicionales que se emplean en todo el arenque le dan un característico color bronce intenso y un sabor salado y ahumado.

Aunque los puedes encontrar en numerosos restaurantes de toda la isla, en Moore's Traditional Curers, en la localidad de Peel, es donde quizá los preparan mejor. El establecimiento abrió sus puertas en 1884, por lo que han tenido tiempo más que suficiente para ir perfeccionando su técnica. Aquí podrás comprar arenques a precios de granel y también recorrer las instalaciones. Eso sí, para ello debes visitarlas los lunes entre mayo y mediados de septiembre.