10 restaurantes que adoran los residentes de Lyon

La Cocagne es un restaurante de Lyon con un acogedor interior decorado con madera donde podrás degustar una cocina generosa de lo más original. Los platos se inspiran en la gastronomía lionesa, mediterránea y francesa, y se elaboran con mucho mimo y, a menudo, con un toque de imaginación. No dejes pasar la ocasión de probar el tartare aux épices du Sichuan (tartar con una salsa densa, dulce y especiada), una receta secreta del chef.

El menú cambia cada tres meses, lo que pone de manifiesto la creatividad y la frescura de las propuestas de este restaurante. Uno de los clásicos habituales es el pain perdu au caramel au beurre salé, una especie de torrijas con salsa de caramelo de mantequilla salada. La Cocagne es un lugar agradable para todo tipo de ocasiones, ya sea una comida sin prisas o una cena romántica en un rincón íntimo. El restaurante hace gala en todo momento del espíritu de la quartionomie, lo que vendría a ser la gastronomía de barrio, y procura usar productos locales para todos sus platos.

Les Fines Gueules es un magnífico ejemplo de bouchon, como se conoce a los restaurantes tradicionales de Lyon, pero no se trata de uno cualquiera. El edificio en el que está ubicado, de fachada renacentista, se alza en una bonita callejuela de adoquines en pleno casco antiguo de Lyon. En 2009, se hizo cargo de la gestión del local Joël Salzi, director del restaurante Paul Bocuse durante varios años. La decoración es muy sofisticada y ofrece un entorno ideal para los platos que se sirven aquí, que combinan a la perfección la tradición y la modernidad.

Aprovecha para probar algunas de las especialidades de Lyon, como los œufs pochés en meurette (huevos escalfados en vino tinto) o la crépinette de pieds de cochons panés (manitas de cerdo en redaño empanadas), así como pescado fresco de temporada acompañado de sabrosas guarniciones. Si te queda un hueco para el postre, no dudes en probar el vacherin maison, un bizcocho casero en capas con merengue, helado de vainilla y fruta cubierto de nata. En verano, no hay nada como disfrutar de la comida en la terraza que se instala en la zona peatonalizada situada a la entrada del restaurante.

La Tête de Lard presume de servir una cocina "del campo en la ciudad", y lo hace tan bien que deja a todos los clientes con ganas de volver. Este restaurante situado en pleno corazón de Lyon está envuelto en una atmósfera muy agradable que te hará sentir como en casa mientras disfrutas de una increíble variedad de platos de la gastronomía local. No dudes en probar la langue de veau en ravigote (lengua de ternera en una salsa cremosa de hierbas aromáticas y vinagre), el tablier de sapeur nappé d'une sauce gribiche (tripa de vacuno con salsa emulsionada a base de huevo duro), la quenelle de brochet (pastel de lucio) o la andouillette en croûte (hojaldre relleno de salchicha de cerdo).

El restaurante hace un hincapié especial en el respeto de la tradición y el uso de productos de temporada de la región, como resulta evidente en los sabores de los platos. Los aficionados al Beaujolais Nouveau no se pueden perder el evento anual que se organiza cada año para celebrar su lanzamiento. Este día, un grupo de música acompaña a los comensales durante la comida y les muestra cómo divertirse al estilo de Lyon.

L'Étage es un restaurante ubicado en un antiguo edificio de Lyon que rebosa historia por todas partes, puesto que albergaba una fábrica de seda. En su interior íntimo y sosegado podrás disfrutar de refinada comida gourmet. Sube las escaleras hasta el segundo piso y adéntrate en una burbuja acogedora decorada con revestimiento de madera y unas bonitas vistas de la plaza des Terreaux.

Puedes elegir entre tres opciones: el menú de almuerzo (con entrante, plato principal y postre), el menú degustación (con varias raciones pequeñas para probar) y el menú de langosta y caviar. Estos dos últimos incluyen cuatro platos y dos postres, y son una auténtica experiencia de cata que te sorprenderá por su refinamiento y su innovación. Los platos son deliciosos y se preparan con mucho mimo a partir de ingredientes frescos de primera calidad, en ocasiones con un toque exótico. Si quieres disfrutar de una velada romántica, celebrar una comida de empresa o simplemente saborear unos platos excelentes, no dudes en elegir este restaurante.

La Limonade de Marinette es un local que enamorará a los más nostálgicos. Este restaurante tradicional de Lyon, ubicado en una tienda de ultramarinos, está envuelto en una atmósfera que evoca los años sesenta en todos los rincones, desde la caja registradora antigua y las mesas y sillas de formica hasta los vasos Duralex auténticos y la música de esta década. Tiene un menú fijo con platos sencillos, tradicionales y muy sabrosos que evocan una infancia típica en Francia, como la tortilla de jamón y queso, las patatas y la quiche casera, todo ello acompañado de un buen vaso de limonada.

En caso de que no te venga bien pasarte por aquí a la hora de comer, también puedes ir en otro momento para disfrutar de un rouge limé (vino tinto con un chorrito de limonada) o un petit crème (un café pequeño con nata) en este ambiente fuera de lo común, fruto de la imaginación de un ávido coleccionista. Si te apetece llevarte una cajita de recuerdo o una placa esmaltada, en la tienda de al lado encontrarás de todo.

Le Bouchon des Cordeliers ofrece unos altísimos estándares de calidad que realzan al máximo los sabores típicos de Lyon. Aquí encontrarás paredes de ladrillo visto, manteles a cuadros blancos y rojos, platos generosos y, sobre todo, una carta que da protagonismo a los ingredientes, que suelen ir acompañados de salsa lionesa, elaborada a base de caldo de carne, cebolla, vino blanco y vinagre. Esto es lo que te espera cuando abras la puerta de este recomendable restaurante, ubicado en una calle tranquila de un barrio céntrico muy animado, cerca de la zona de Presqu'île.

Le Bouchon des Cordeliers es un auténtico paraíso para los aficionados a la cocina de proximidad. Los ingredientes proceden de los mejores agricultores tradicionales de la zona. Con materias primas de excelente calidad elaboran platos típicos, como la famosa quenelle lyonnaise sauce Nantua (pastel de carne acompañado de salsa blanca con cangrejo) o el tatin de pieds de cochon et escargots (pastel de manitas de cerdo y caracoles). Además, disponen de diversos vinos que maridan a la perfección con cada uno de los platos del menú, desde los entrantes hasta los postres. No dudes en pedir consejo a los atentos camareros, que, con la simpatía característica del sur del país, se asegurarán de que pases una velada inolvidable.

Les Culottes Longues es un restaurante que lleva desde 1995 haciendo las delicias tanto de los visitantes como de los residentes en Lyon. El uso de los mejores productos de temporada, combinado con un toque de inspiración, da lugar a una carta excelente con algunas de las mejores propuestas de la gastronomía local. En su agradable interior con decoración de madera podrás disfrutar de magníficos patés, rognons (riñones), ris de veau (lechecillas de ternera) y la especialidad de la casa, carne de buey con Saint Marcelin, un queso blando elaborado a base de leche de vaca.

Los pantalones bombachos enmarcados y la bonita escalera de caracol le dan un encanto especial al lugar y acentúan el placer que supone degustar estos platos, lo que equivaldría a la emoción de descorchar una botella de una bodega de calidad. Además, los platos están elaborados con mucho cariño y no podrás evitar rendirte a sus encantos.

El famoso chef Paul Bocuse, una pieza clave de la gastronomía gourmet y la cocina tradicional de Lyon, fundó un instituto con su nombre como original laboratorio de pruebas para formar a una nueva generación de grandes chefs franceses. La buena noticia es que el público en general puede comer aquí a un precio más que asequible para la calidad y el servicio que se ofrecen. Los aprendices de chef, todos ellos con una sólida formación, presiden el comedor y la cocina, y se dividen en grupos de cuatro para deleitar a los comensales con sus conocimientos gastronómicos y su indudable savoir-faire.

Para que la experiencia sea lo más completa posible, puedes ver a los cocineros mientras preparan los platos a través de amplias cristaleras, lo que hace que la velada resulte todavía más inmersiva. Cuando te sirvan los platos, seguramente te sorprenderán el refinamiento, la elegancia y, sobre todo, los sabores. Eso sí, te recomendamos que reserves mesa, sobre todo los fines de semana.

En Le Café du Peintre, todos y cada uno de los platos que se sirven están enraizados en lo más profundo de las tradiciones de Lyon. Esto resulta más que evidente en los caracoles de gran tamaño procedentes de los montes de Lyonnais y en la quenelle de brochet Sibilia, un pastel de lucio bautizado en honor a una famosa charcutería. En la carta también destaca el paté casero, elaborado según las preferencias del chef y los productos disponibles en el mercado, una muestra más de la importancia que conceden a la frescura de los alimentos.

Con sus más de 350 variedades, la bodega del restaurante no se queda atrás, y es que su oferta de vinos podría definirse como emocionante, atrevida, fresca y sincera. Muchos de estos están producidos a partir de métodos biodinámicos y se sirven en jarras de cristal tradicionales de Lyon, de 46 centilitros. Si te gusta alguno de los vinos en especial, puedes comprarlo en Au P'tit Peintre, una tienda que se halla justo al lado.

Le Bouchon des Filles es un restaurante tradicional de Lyon (en francés, bouchon) que destaca por su estilo moderno que reinventa los clásicos en un intento de hacerlos algo más ligeros. En su interior decorado con flores, puedes probar el feuilleté de boudin aux fines herbes (milhojas relleno de morcilla a las finas hierbas) y el pot-au-feu (estofado de ternera) acompañado de verduritas.

Una de las señas de identidad de este restaurante son los boles de entrantes tradicionales de Lyon, como la salade de lentilles (ensaladas de lentejas), las rillettes de hareng fumé (paté de arenque ahumado finamente picado) y la verrine carotte, gingembre, crème fraîche (vasito de zanahoria, jengibre y crema agria). En cuanto tomes asiento, te servirán uno de inmediato para que vayas abriendo boca. Eso sí, deberás tener algo de paciencia, puesto que lo más probable es que tengas que esperar un poco a que te traigan el resto de la comida. Además de hacer hincapié en el aspecto saludable de los platos, lo cual insufla un aire fresco a esta cocina tradicionalmente sencilla y vigorizante, el equipo cien por cien femenino que se encarga de la gestión del restaurante procura restablecer las relaciones sociales, igual que las madres lionesas que, en el pasado, imprimían su personalidad en los pequeños restaurantes del barrio. La calurosa bienvenida y la simpatía del servicio son otro distintivo de la casa y garantizan una velada de lo más agradable.