10 formas baratas de disfrutar de Saint-Tropez

Las playas de Saint-Tropez son un auténtico derroche de glamur, al menos durante las horas de luz, pero no hay ninguna más famosa entre los turistas acomodados que Pampelonne. Podría decirse que ni siquiera pertenece propiamente a Saint-Tropez, sino al cercano pueblo de Ramatuelle, y está repleta de clubes, restaurantes y bares cuya entrada no es apta para todos los bolsillos. No es de extrañar que el aparcamiento esté siempre lleno de coches de lujo.

Aunque Pampelonne dispone de algunas partes donde podrás colocar tu toalla sin pagar, una buena opción es quedarse en las playas públicas que hay por todo Saint-Tropez, como la playa de los Graniers, una de las más apartadas y tranquilas.

Los restaurantes económicos de Saint-Tropez ofrecen los clásicos gastronómicos del sur de Francia, aunque lo cierto es que no todos los sitios están al mismo nivel. En esta localidad cualquier plato modesto puede salirte por un pellizco más que en otros destinos populares de Francia.

Pero todo tiene solución en esta vida: la clave es conocer los locales favoritos de la zona que ofrezcan delicias gastronómicas a precios más realistas. Por ejemplo, L'Aroma es un restaurante pequeñito e informal donde te esperan unas pizzas excelentes preparadas en horno de leña. Otro local que merece la pena es Basilic Burger, que ofrece populares menús de hamburguesas, carne y pescado, además de diversas opciones vegetarianas. Si no quieres renunciar a la cocina francesa durante tu estancia en Saint-Tropez, puedes ir al tradicional restaurante Le Sporting, que ofrece platos muy económicos en un ambiente agradable.

Si has reservado un alojamiento con cocina en Saint-Tropez y no te importa remangarte para ponerte con los fogones, puede ser una buena idea comprar ingredientes en los mercados locales, sobre todo a la hora de ahorrar en la comida. De hecho, aunque no tengas acceso a una cocina, los mercados son el lugar ideal para llenar el estómago por muy poco mientras curioseas por entre las hileras de puestos.

No te olvides de acercarte al mercado diario Place aux Herbes, que tiene lugar todas las mañanas a primera hora. ¿Se te han pegado las sábanas? El mercado bisemanal Place des Lices es una gran alternativa.

Ir de compras por Saint-Tropez es una de las actividades favoritas de los turistas más acomodados que lo eligen como su destino vacacional, pero los precios de algunas tiendas pueden hacerte sangrar los ojos. Si bien es cierto que siempre podemos soñar ante los escaparates de los emporios más prestigiosos de la moda, también podemos centrarnos en las tiendas locales y encontrar artículos estupendos a precios que se ajustan a todos los bolsillos.

En las calles más habituales de La Ponche descubrirás tiendas que siguen cumpliendo con los gustos locales y, aunque no venden gangas precisamente, siempre puedes llevarte algún capricho sin riesgo de quedarte en números rojos.

Saint-Tropez es uno de los destinos más caros de Francia en cuestión de alojamiento, así que no es de extrañar que el precio de algunos hoteles pueda colmar buena parte de tu presupuesto de viaje.

Si eliges hospedarte en las fuera de la ciudad, podrás reducir el gasto enormemente sin alejarte demasiado de sus playas y atracciones. En concreto, el cercano pueblo de Grimaud y alrededores resultan un lugar mucho más asequible donde descansar tras la jornada turística. Los centros vacacionales con cocina como Les Restanques también son una opción estupenda.

Aunque Saint-Tropez suele recibir decenas de miles de visitantes todos los veranos para disfrutar de sus maravillas, la variedad de atracciones es menor de lo que puedes esperar.

Cuando ya hayas retozado en la playa, contemplado algunos escaparates y paseado por los mercados locales, pon rumbo a las afueras de la ciudad para embarcarte en tu próxima aventura y ahorrar algo de dinero sin dejar de divertirte. Un ejemplo estupendo es Port Grimaud, también conocido como la "Venecia francesa". Se trata de un pueblo provenzal de estilo medieval donde podrás pasar un día estupendo con la familia.

Cuando visites Saint-Tropez, lo mejor es ahorrar dinero siempre que puedas. Como se encuentra a unos buenos 105 km del aeropuerto de Niza-Costa Azul, llegar hasta la ciudad puede suponer todo un desembolso, pero una vez allí, puedes aprovechar la estupenda red de autobuses para reducir costes.

Los horarios de las rutas de Varlib no son muy regulares, pero te permitirán ahorrar un buen pellizco en taxis y aparcamiento. Una de las más prácticas es la 7705, que te llevará de Saint-Tropez hasta la playa de Pampelonne en Ramatuelle. También puede interesarte la 7801 si vas a usar el aeropuerto de Toulon Hyères, ya que realiza un trayecto de dos horas y media desde Saint-Tropez hasta Toulon.

Tanto Saint-Tropez como la Costa Azul ofrecen unas vistas al mar de primer nivel sin que tengas que vaciarte los bolsillos. Para ello, tendrás que poner rumbo a La Ponche y visitar Les Tours, que son tres de las cuatro torres defensivas de los siglos XV y XVI que todavía quedan en la zona.

Las torres de piedra Tour du Portalet y Tour la Vieille se encuentran en un muelle y formaban parte de la línea de defensa de la costa. Aunque sus días de proteger la zona contra los ataques han terminado, en la actualidad permiten disfrutar de las mejores vistas del mar gracias a su ubicación en primera línea.

Saint-Tropez cuenta con varias atracciones culturales que no son ninguna ruina. La ciudad es heredera de un orgulloso legado cultural y su deseo de mostrárselo a los visitantes se ve reflejado en el asequible precio de la entrada en muchas atracciones.

La visita a enclaves como el Museo de Historia Marítima, el Museo de la Gendarmería y del Cine, y el Museo de las Mariposas no solo conseguirá que conozcas mejor Saint-Tropez, sino que además te permitirá ahorrar unos euros.

Si hay algo que hace que Saint-Tropez sea tan famoso, además de por estar en los corazones y mentes de los más ricos, es por su aparición en la gran pantalla. Brigitte Bardot fue la primera en poner el foco en la ciudad con Y Dios creó la mujer (1956), lo que catapultó a la pequeña población al estrellato y convirtió este refugio exclusivo de artistas en el glamuroso destino para celebridades que es hoy.

Una de las mejores formas de hacer turismo, sobre todo si viajas con un presupuesto ajustado, es seguir los pasos de las películas que se rodaron aquí a lo largo de los años y visitar sus famosos decorados. No obstante, siempre puedes contemplar el oleaje de la archiconocida playa de Pampelonne, o hacer una parada en el cementerio de marinos de Saint-Tropez y en el edificio de la gendarmería que alberga el Museo de la Gendarmería y del Cine.