10 restaurantes increíbles de Mallorca

El restaurante Toque es un establecimiento familiar donde las gastronomías belga y española se combinan con resultados deliciosos. El local cuenta con un comedor acogedor y sencillo en el que solo destacan los vivos manteles de color rojo, para que aquí la estrella indiscutible sea la comida. En su menú encontrarás opciones como filete de lubina con salsa romesco, steak tartare al estilo belga con patatas fritas y fritura de verduras mallorquinas con hinojo. Los postres son todos de elaboración casera, desde el pastel de piñones caramelizados hasta el fondant de chocolate negro con helado de galleta.

Si te gusta la buena cerveza, aquí estarás en el paraíso, ya que su carta incluye variantes de trigo, cervezas trapenses y todo tipo de especialidades belgas. ¿Eres más de vino? No hay problema: la carta incluye opciones de toda España y Francia, con algunos vinos dulces portugueses para darle aún más variedad.

Vagabundos by Balagan es un restaurante bohemio y elegante que sirve tapas imaginativas de todo el mundo. Los platos llevan el nombre de ciudades o países, como las empanadillas crujientes de gambas con chutney de mango, que se llaman Hong Kong by Night; Kremlin, que es un carpaccio de remolacha con alcachofas fritas; o In The Caribbean, un manjar a base de gambas, mejillones y pulpo en leche de coco. Si te gusta la gastronomía fusión, no te pierdas From China to Peru, una original combinación de panceta crujiente, canela y arroz chaufa.

El interior del restaurante es tan atrevido como su filosofía culinaria, con sofás de piel, paredes en tonos joya y sorprendentes toques de arte pop. La terraza cuenta con pocas mesas, así que te recomendamos reservar con antelación si quieres cenar al aire libre.

La Paloma es uno de los establecimientos más antiguos y venerables de Palma. Se encuentra en un elegante edificio del siglo XV que forma parte del corazón histórico de la ciudad y que se reformó con mucho tacto para aprovechar al máximo su suelo de piedra y las murallas arqueadas. También está decorado con biombos metálicos ornamentados y lámparas de cobre. Por su parte, la iluminación cálida y los cómodos asientos añaden un innegable encanto a la atmósfera de otra época.

La Paloma es célebre por sus tapas, en particular el pa amb oli, una especialidad mallorquina compuesta por pan de ajo y tomate. Otras opciones de pequeños platos son las gambas al ajillo, las patatas bravas, el tartar de salmón y una tentadora tabla de quesos, mientras que el menú de raciones completas incluye pulpo mallorquín con salsa de bravas, solomillo con puré de patatas trufado y raviolis de calabaza caseros.

El Celler Sa Premsa es un restaurante mallorquín tradicional que sirve antiguas recetas locales en una taberna de piedra igual de añeja. Entre los platos destacan lengua con alcaparras, berenjenas rellenas y arròs brut, un plato típico de arroz caldoso con verduras. De postre, te recomendamos probar una de las especialidades de la casa, el gató o bizcocho de almendras con helado de dicho fruto seco.

El interior de Celler Sa Premsa es espacioso y está decorado con pesadas lámparas de araña de hierro y vigas de madera, y sus paredes están bordeadas de grandes barricas de vino. Se trata de un lugar fantástico para pasar la tarde con una copa de vino mallorquín y buen ambiente. Por su parte, en el Bar del Celler podrás disfrutar de un excelente menú de aperitivos y tapas.

Comer en Es Coll d'Os se parece más a que te inviten a cenar a casa que hacerlo en un restaurante. Y esto se debe, sobre todo, a su ubicación: una antigua finca rural con altas ventanas arqueadas y una decoración interior de piedra. También cuenta con una zona al aire libre, donde la terraza está cubierta por hojas de parra y bañada por una iluminación cálida.

Este establecimiento familiar cocina con verdura fresca de su granja y con pescado local, y sus platos cambian según la temporada. Podrás mimarte con delicias como sabrosas crepes, pimientos rellenos y cochinillo, todo presentado con creatividad y gusto. Te recomendamos ponerte totalmente en manos del chef, ya que el menú sencillo de Es Coll d'Os se compone de entrante, un plato de pescado, otro de carne y un postre. Y ninguno de ellos decepciona.

En Béns d'Avall se sirve la gastronomía típica balear con el espectacular telón de fondo de la costa mallorquina. Gran parte de los ingredientes se cultivan en el propio huerto del restaurante con técnicas agrícolas sostenibles. Sus exquisiteces incluyen raya con brotes cultivados en el huerto, pasta casera con verduras de temporada, cordero mallorquín asado a la leña y chocolate Ocumare con guindilla Capsicum frutescens picante.

También te recomendamos probar las raoles de pescado, una receta que lleva generaciones en la familia. Además, algunos postres, como los profiteroles de hojaldre y el brioche de almendra, se preparan al momento con harina local de trigo orgánico. El establecimiento se encuentra en un rinconcito de Alconáser, y la excursión merece la pena sin duda alguna por la comida, la atmósfera tranquila y las inolvidables vistas.

El Restaurant Puig de Santa Magdalena ofrece un impresionante panorama del paisaje natural mallorquín gracias a su privilegiada ubicación en lo alto de una montaña. Puedes elegir entre sentarte en la terraza cubierta y disfrutar de las vistas, o contemplarlas junto a los grandes ventanales del interior, que van del suelo al techo. El menú es tan soberbio como su entorno, e incluye auténtica carne Kobe japonesa, langosta servida con ensalada de frutas tropicales, paella de marisco y una amplia gama de platos tradicionales mallorquines.

Por su parte, la extensa carta de vinos acoge algunos de los mejores de la isla, así como destacados ejemplares de bodegas españolas y europeas. No dudes en preguntar al amable personal; saben de lo que hablan y estarán encantados de recomendarte el maridaje perfecto. Quizá quieras aprovechar para dar un paseo por la bella ermita situada al lado, la de Santa Magdalena, fundada en el siglo XIII.

Saranna es una cafetería luminosa con mucho encanto que sirve almuerzos ligeros inspirados en el Mediterráneo y en Latinoamérica. El menú presenta una serie de hamburguesas jugosas, sustanciosos bocadillos, gruesas patatas fritas, tacos que rebosan de ingredientes, falafel picante con yogur, calamares fritos y tartar de atún. Quizá quieras acompañar algunas de estas exquisiteces con una cerveza o una copa de vino locales, o probar su delicioso café orgánico.

La selección de postres es, sin duda, la protagonista estrella en Saranna, y en ella encontrarás brownies con helado de Baileys, tarta de zanahoria, pastel de queso estilo Nueva York y pastel de manzana caliente, todo preparado y horneado allí mismo. Por su parte, la decoración de piedra y madera en tonos claros realza el ambiente agradable y tranquilo, con cómodas sillas perfectas para descansar sin mirar el reloj.

Terrae es un restaurante con conciencia medioambiental cuya filosofía se basa en cocinar recetas con productos exclusivamente locales. Solo utilizan alimentos que se cultivan en la isla en un menú que ajustan constantemente para tener en cuenta los ingredientes de temporada disponibles. Aquí los chefs ponen en práctica toda su creatividad para aprovechar cada uno de ellos de manera que no se tire nada.

En su menú verás platos que van desde los tacos de cochinillo y la caballa frita hasta los huevos revueltos con patata y ricota de cabra. Los vegetarianos también encontrarán numerosas opciones fantásticas. Quizá quieras maridar tu comida con una copa de vino local o, si prefieres evitar el alcohol, acompañarla de kéfir casero.

El restaurante Marc Fosh está tan dedicado al uso de productos frescos y locales que incluso cuenta con su propio huerto de verduras y yerbas, llamado Granja Fosh. En su carta verás fantásticos ingredientes de toda la isla, que se cocinan con métodos tradicionales en los que se emplea un fuego abierto para añadir complejidad y sabor a sus carnes, pescados y verduras.

Para almorzar, podrás elegir entre un menú que varía cada semana y uno de degustación. Te recomendamos probar la pintada con remolacha asada y la caballa marinada con consomé de pimiento rojo. No obstante, su selección de platos es muy amplia y también acoge manjares como terrina de pichón ahumado, cochinillo local y lenguado Véronique. Marc Fosh está situado en un antiguo convento del siglo XVII decorado con obras de arte y esculturas contemporáneas.