9 cosas que hacer en Santander

El paseo de Pereda va en paralelo al mar y recorre los 800 metros que separan el barrio de Puertochico de la catedral de Santander. Además de ofrecer unas vistas maravillosas, el paseo alberga elegantes edificios residenciales del siglo XIX que alojan bares y restaurantes con terrazas en sus bajos. Algunos de los elementos más famosos del paseo son los jardines de Pereda y el Centro Botín, una moderna instalación cultural dedicada a la investigación, formación y divulgación artística. Recorrer esta zona a pie es una manera magnífica de adentrarse en el ambiente de la capital cántabra.

Este palacio, construido entre 1908 y 1912, puso a Santander en el mapa como destino vacacional. Esta majestuosa edificación de estilo clásico en forma de T, que cuenta con una superficie de 2500 metros cuadrados y en la que se combinan con elegancia influencias arquitectónicas francesas, inglesas y locales, es el lugar más visitado de Santander. Su ubicación en la península que lleva el mismo nombre hace las delicias de todo aquel que disfrute dando un paseo o contemplando las fascinantes vistas del mar.

El parque de la Magdalena abarca más de 300 000 metros cuadrados de la península en la que está situado. Se trata de uno de los lugares más apreciados por los santanderinos. El parque delimita al sur con la playa de los Bikinis, y las zonas norte y oeste delimitan con pedregosas costas de roca. Dentro del recinto encontrarás un enorme parque infantil, un zoológico, un museo que exhibe unas réplicas a tamaño real de las tres carabelas de Cristóbal Colón y unos baños públicos. El parque de la Magdalena alberga cada mes de agosto el festival Santander Music.

El Sardinero es una playa de 1300 metros de inmaculada arena blanca que está dividida en dos partes por la colina rocosa en la que se encuentra el parque de Piquío. A lo largo de su trazado encontrarás restaurantes, heladerías, escuelas de surf y baños públicos, así como un paseo marítimo que va en paralelo a la costa y que resulta ideal para salir a pasear o correr. Al este de la playa del Sardinero se encuentran las penínsulas del Cabo Menor y de la Magdalena, lo que hace que sus aguas sean muy tranquilas y que los más pequeños puedan nadar en ellas de forma segura.

Puertochico es un barrio situado cerca del centro de Santander, justo al norte del puerto. Esta zona fue el antiguo embarcadero de la ciudad hasta el posterior desarrollo del Barrio Pesquero, al que se trasladaron muchos pescadores que antes vivían y trabajaban en Puertochico, el verdadero casco antiguo de la capital cántabra. A pesar de que hubo que reconstruir la mayoría de la ciudad tras el gran incendio de 1941, este barrio aún alberga varios edificios que datan de los siglos XVIII y XIX y, además, está repleto de bares de tapas y restaurantes, así que no puedes dejar pasar la oportunidad de dar un paseo por la zona.

El mercado de la Esperanza es un inmenso mercado cubierto que se construyó a finales del siglo XIX y que destaca por ser uno de los pocos ejemplos de arquitectura en hierro de su siglo. Además, es un sitio ideal para ver de cerca el ir y venir de los santanderinos. Aquí encontrarás productos frescos de todo tipo, desde pescado y marisco hasta otros alimentos que quizá quieras llevarte a casa, como miel, queso o anchoas típicas de la región.

En la bahía de Santander encontrarás una gran variedad de barcos pensados para recorrer su trazado y ver de cerca sus playas, dunas, bancos de arena e islas. Las distintas compañías que realizan estos paseos por la preciosa costa cántabra se encuentran a lo largo del paseo de Pereda y alrededor del puerto de Santander, y ofrecen trayectos que duran medio día o toda la jornada. También puedes optar por dar un paseo en los ferris de Los Reginas. Un billete de ida y vuelta a Somo o Pedreña cuesta unos pocos euros; si no te bajas en ninguna de las paradas intermedias, completarás el recorrido en unos 45 minutos.

Las 750 hectáreas de este interesante entorno natural antes pertenecían a una mina de hierro al aire libre, pero actualmente son el hogar de animales como bisontes europeos, jaguares y rinocerontes blancos, que viven de forma parecida a como lo harían en sus hábitats naturales. Conduce tu vehículo por las rutas ya trazadas y recorre las distintas estaciones para ver de cerca y sin ningún tipo de peligro a los distintos animales que campan libremente por este espacio. La entrada al parque incluye un paseo en un teleférico que recorre toda su extensión. Además, en este espacio natural también encontrarás cafeterías, tiendas de regalos e incluso instalaciones para primeros auxilios.

La plaza de Cañadío es la mejor opción para salir por la noche en Santander. Situada en pleno centro de la ciudad, a unos 200 metros al norte del paseo de Pereda, esta plaza está repleta de acogedores bares y restaurantes. El Canela, el Loft Art, el Bogart o el Ventilador son algunos de los establecimientos más míticos de la ciudad para tomarse una copa. La mayoría de ellos cuentan con terraza, de modo que podrás disfrutar de la agradable temperatura que acompaña las noches de verano en la capital cántabra.