No vale lo que cuesta. El concepto del hotel es interesante, pero la relación calidad-costo es pésima. La habitación no es muy comoda, el baño separado de la habitación quita la privacidad ya que si sales desnudo del baño te podrian ver los huéspedes vecinos. No todas las ventanas tienen blackout, así que en la mañana entra la luz y es molesto. Se escucha la caída del drenaje del piso superior (no tiene aislamiento acustico). Difícilmente puedes pedir servicio a la habitación ya que no hay donde desayunar/comer cómodamente. Si quieres habitación con hamaca en la azotea, además de que te van a ver los de las habitaciones de abajo porque no tiene privacidad, te debes asegurar de que sea esa la que reservas, ya que no es muy claro en el sistema ni en la descripción y te pueden dar una habitación del nivel bajo.
Llovió un poco durante el día, así que había lodo en diversas áreas del hotel ya que no cuenta con pavimentos, además de provocar goteras en restaurante y baños públicos.
La comida es más bien insípida y escasa, nada espectacular ni abundante, por los precios, podrías esperar mucho más.
Por la cena de fin de año, nos avisaron que el restaurante cerraba a las 6, llegamos 5:15 y el mesero nos apresuró ya que necesitaba meter la orden urgentemente. El desayuno incluido es un chiste, si pides un burrito, te dan una miniatura de 10 cm, y su café es malo. Pedí un poco de miel y no pudieron conseguirla. Otro hotel con la misma tarifa o hasta menor hubiera sido mucho mejor.