10 actividades para hacer en Nápoles

La plaza del Plebiscito es un lugar lleno de historia ubicado al oeste del puerto de Nápoles. Se construyó a principios del siglo XIX junto al Palacio Real y está rodeada de majestuosos palazzi (mansiones elegantes), una iglesia y el Palacio de la Prefectura. Al ser la plaza más grande de Nápoles, se ha convertido en un punto de encuentro popular. Gracias a ello, la zona de plaza del Plebuscito es la mejor zona para alojarse en la ciudad. Los bares y restaurantes de los alrededores, como el famoso Gran Caffè Gambrinus, son ideales para disfrutar de una de las bebidas favoritas de los lugareños, el café ristretto, antes de explorar el centro histórico de Nápoles. 

El Museo Capilla Sansevero es una de las salas de arte más sorprendentes de la ciudad. Alberga una impresionante colección de obras de arte en cierto modo inquietantes de artistas italianos del siglo XVIII, como la magnífica estatua de mármol del Cristo velado o las misteriosas Máquinas Anatómicas. Aunque no está permitido realizar fotografías en el interior, es uno de los museos más visitados de Nápoles por la enorme curiosidad que suscita. Se halla a unos 800 metros al norte del puerto de Nápoles. 

Entre la plaza Dante, al norte, y los alrededores de la plaza del Plebiscito, al sur, se encuentra una de las arterias comerciales más concurridas del centro de Nápoles: la Via Toledo. Aquí encontrarás prácticamente de todo, desde tiendecitas de recuerdos a precios imbatibles hasta boutiques de diseñadores de lujo. Afortunadamente, incluso en las tiendas más exclusivas los precios son más asequibles que en Milán o Roma. Si te apetece hacer una pausa, encontrarás numerosos bares y restaurantes entre la infinidad de comercios que flanquean esta bulliciosa calle de aproximadamente un kilómetro de largo. Asimismo, podrás encontrar numerosos hoteles para reservar en esta zona.

La parte más antigua del centro histórico de Nápoles se extiende en torno a Spaccanapoli, una calle que va desde la plaza del Gesù Nuovo hasta la Via Duomo. Se encuentra a 600 metros al norte del puerto de Nápoles. Spaccanapoli es una vía de cinco metros de ancho que está flanqueada por altos edificios antiguos, boutiques, bares y restaurantes. El barrio histórico es todo un estereotipo napolitano, con su laberinto de espléndidos palazzi, edificios religiosos y pequeñas plazas muy animadas hasta altas horas de la noche. No hay mejor lugar para experimentar los sabores y el ritmo de Nápoles. Si quieres conocer el lado auténtico de Nápoles te recomendamos que reserves un hotel en el centro histórico.

A 30 minutos en coche al sudeste del casco antiguo de Nápoles se halla el parque arqueológico de Pompeya, una atracción emblemática declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Esta ciudad romana se quedó literalmente congelada en el tiempo cuando la sepultó una capa de cenizas de entre cuatro y seis metros como consecuencia de la erupción del monte Vesuvio en el año 79 d. de C. Puedes contratar un guía o unirte a una visita guiada para conocer mejor este enorme yacimiento, aunque también puedes explorarlo por tu cuenta con una de las audioguías disponibles en el mostrador de venta de entradas. 

La experiencia bajo tierra conocida como Napoli Sotterranea te lleva de viaje por la historia a 40 metros de profundidad bajo las callejuelas del casco antiguo para conocer desde un acueducto grecorromano hasta un teatro romano. Existen diversas entradas por todo el centro histórico de la ciudad, desde las que tendrás acceso al laberinto de túneles excavados en las rocas volcánicas sobre las que se construyó la ciudad. No dudes en dirigirte a plaza San Gaetano, una de las entradas más famosas a este impresionante yacimiento subterráneo. El recorrido también incluye una visita a los refugios antiaéreos de la segunda guerra mundial.

La plaza Bellini, a un kilómetro al norte del puerto, es un lugar muy popular de día y de noche. Tanto la plaza como las callejuelas cercanas están repletas de bares y restaurantes pintorescos, muchos de ellos con terraza, donde se puede tomar algo mientras se contempla el bullicio del entorno. Este lugar de reunión popular entre los estudiantes ofrece un decorado de película para los paseos al anochecer, con vistas a las ruinas del siglo IV de la muralla griega de la ciudad, las calles de adoquines y los edificios antiguos del casco histórico. No dudes en visitar la plaza para mezclarte con los lugareños y conocer mejor la animada vida nocturna de Nápoles. Puedes comenzar la noche tomando algo en el Bar Lemme Lemme, en la plaza Bellini, para dirigirte después a Slash Art Music o a Bourbon Street, un club de jazz de moda. Ambos se encuentran en Via Vincenzo Bellini.

Todos los jueves por la mañana en el Viale Virgilio, a cuatro kilómetros al sudoeste del casco antiguo de Nápoles, se celebra el mercado al aire libre de Posillipo, donde encontrarás una enorme variedad de prendas de vestir, calzado, artículos para el hogar y ropa de segunda mano a precios de ganga. Vale la pena visitarlo no solo porque se halla en un barrio encantador de la ciudad, a escasa distancia a pie de un parque desde el que se puede disfrutar de unas vistas panorámicas del golfo de Nápoles y la isla de Capri, sino porque ofrece la oportunidad de perderse entre los lugareños y maravillarse ante la manera apasionada y ruidosa en que se realizan las transacciones comerciales en los mercados del sur de Italia. Y si lo que buscas es alojamiento, podrás encontrar numerosos hoteles en la zona de Posillipo para reservar.

En el casco antiguo, en torno al puerto de Nápoles, se encuentra un sinfín de pequeños restaurantes de primera donde puedes probar la gastronomía napolitana más genuina. Entre las especialidades locales destacan los espaguetis con almejas y los ñoquis a la sorrentina (con salsa de tomate y mozzarella).

Te recomendamos que pruebes estas delicias en restaurantes populares como la Trattoria da Nennella, en Vico Lungo Teatro Nuovo, o Il Ristorantino dell'Avvocato, en Via Santa Lucia. Para que la experiencia sea inolvidable, acompaña los platos con un vino local, como el tinto Lacryma Christi del Vesuvio o el blanco Fiano di Avellino.

Puesto que Nápoles es la cuna de la pizza, no puedes irte de la ciudad sin haber probado al menos una porción. Fue a lo largo del siglo XVIII cuando se agregó salsa de tomate sobre pan romano, lo que dio lugar a su nacimiento oficial. La pizza napolitana, realizada con tomates San Marzano y auténtica mozzarella de búfala campana, es una delicia que no puedes dejar de probar. De hecho, la Unesco la ha declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Obviamente, encontrarás pizzerías excelentes por toda la ciudad, pero una muy recomendable es la Pizzeria Brandi, en Salita Sant'Anna di Palazzo, al norte de la plaza del Plebiscito. Aquí fue precisamente donde nació la clásica pizza margarita en 1889… o al menos eso cuenta la leyenda.