Las 10 mejores cosas que hacer en Cornualles

La orientación de la playa de Fistral hacia el oeste la expone permanentemente al oleaje del Atlántico, que aquí es intenso y constante. Tanto si eres surfista principiante como si cuentas con años de experiencia, esta playa, que es la más famosa del Reino Unido entre los amantes de este deporte, no te decepcionará. Los residentes se suelen reunir en el extremo norte, donde las olas llegan pronunciadas y rápidas. En el caprichoso escollo de Cribbar, el mar rompe peligrosamente cerca de las rocas y solo es apto para los más expertos.

Para coger práctica, lo mejor es acudir a la zona media de la playa, donde las condiciones son más predecibles. Si te estrenas sobre la tabla, recomendamos calcular una o dos horas antes o después de la marea, ya sea alta o baja, para disfrutar de crestas uniformes. Es en estas franjas horarias cuando las olas suaves desafían a los niveles intermedios.

Sigue la ruta del rey Arturo en Cornualles y visita el lugar donde nació una leyenda que nos fascina desde hace siglos. Según cuenta la historia, Excalibur, la espada del monarca, cayó al lago de Dozmary Pool en los páramos de Bodmin. En Slaughterbridge, una losa de piedra señala el lugar donde Arturo dio por finalizada la hermandad de la mesa redonda.

Pero es el castillo de Tintagel, cuyas ruinas ocupan el espacio que separa la tierra firme de un promontorio rocoso, el que mejor encarna la quintaesencia de la historia del rey Arturo. De hecho, en el siglo XII, el escritor Geoffrey de Monmouth lo identificó como su lugar de nacimiento. Esta asociación con la leyenda artúrica impulsó al conde de Cornualles a construir la estructura allí en el año 1230, un rincón al que no han dejado de acudir los curiosos visitantes hasta el día de hoy.

Si lo contemplas desde la playa de Marazion, St. Michael’s Mount parece elevarse en la bahía hasta tocar las nubes. A medida que se va retirando la marea, emerge un sendero adoquinado que tienta a los caminantes a cruzar las piedras mojadas a pie. La isla está dominada por un castillo que, en su momento, fue una abadía del siglo XII, obra de los monjes benedictinos.

Si viajas en familia, a los niños les encantarán las historias de Jack el caza gigantes. Según cuentan, un gigante llamado Cormoran solía deambular por los bajíos para llevarse el ganado de la zona. Jack se deslizó sigilosamente hasta la isla y cavó un profundo pozo. Después, sopló fuerte un cuerno para engañar al gigante, conseguir que bajara corriendo el monte y se precipitara hacia el pozo. Dejando a un lado las entretenidas leyendas, lo mejor de este sitio es recorrerlo sin prisas. Y, si sube la marea, siempre puedes volver en ferri.

Aunque elegir una sola playa entre un sinfín de excelentes opciones no es tarea fácil, Kynance es verdaderamente una maravilla. El lado occidental de la península de Lizard inspiró en su momento al poeta Alfred Lord Tennyson, quien describió sus aguas como gloriosas olas monstruosas de intenso verde.

La arena, de un blanco resplandeciente, contrasta con los tonos oscuros de la roca y el azul turquesa del mar para crear una escena que, en el pasado, hacía las delicias de los botánicos y los artistas victorianos de la misma forma que ahora enamora a los amantes de la playa. La cala acoge también la isla de los Espárragos, llamada así por la abundancia de ejemplares de esta planta silvestre que crecen en ella. The Parlour y The Drawing Room, que pueden sonar a nombres de bares, son en realidad accidentes geográficos de la zona, aunque puedes estar tranquilo si te apetece picar algo porque hay una cafetería en los alrededores.

La B3306 conecta St. Ives con el pueblo de Sennen y da lugar a una de las rutas más espectaculares del Reino Unido. El trayecto ofrece vistas amplias del canal de Bristol al norte y los páramos al sur, y abraza el litoral a lo largo de kilómetros y kilómetros, motivo por el cual también se lo conoce como la ruta costera de Cornualles occidental.

Algo más allá de St. Just verás un giro a la derecha que te permitirá incorporarte a la A30 y contemplar la espectacular estampa de los acantilados de granito de Land’s End bañados por el intenso azul del Atlántico. ¿Demasiado turístico? Si buscas una opción menos concurrida, te recomendamos el cercano cabo Cornualles.

El Ferrocarril de Bodmin & Wenford abre una ventana a la era del vapor a través de una línea de interés cultural de casi 10 kilómetros, que conecta Bodmin General con Boscarne Junction. Se admite el transporte de perros y bicicletas y también se organizan eventos periódicos, que incluyen noches de misterio detectivesco y campañas de temporada.

Aunque las vistas desde los asientos ya son un auténtico regalo, merece la pena bajar en Colesloggett Halt y dar un paseo por los cercanos bosques de Cardinham o parar en Bodmin Parkway y recorrer los terrenos de Lanhydrock Estate. Boscarne Junction es la puerta de entrada a la Camel Trail, una ruta que recorre los viñedos del valle homónimo en Nanstallon, a las afueras de Bodmin.

Los Jardines Perdidos de Heligan han sido calificados como "la mejor restauración paisajística del siglo", un proyecto que lideró Tim Smit con el objetivo de devolver a los terrenos su antiguo esplendor. Cuando el ejército de jardineros que los cuidaban se vio obligado a partir para luchar una batalla bien diferente en el año 1914, las plantas y los senderos que con tanto mimo habían conservado acabaron degenerando en una maraña de hiedra y maleza.

Estos "jardines olvidados" formaron parte en su momento de la finca de la familia Tremayne y volvieron a abrir sus puertas en 1992. En la actualidad, es posible ver ejemplares de plantas exóticas como helechos arborescentes, elevados tallos de bambú, plantaciones de plátanos y camelias de intensos colores.

El Proyecto Edén supo insuflar una nueva vida a los restos del pasado industrial de Cornualles convirtiendo una antigua cantera en una serie de cúpulas climatizadas con plantas de todo el planeta. En su interior, podrás recorrer estructuras que se asemejan a boles invertidos fabricados con papel de burbujas.

Protegidas de las inclemencias del tiempo, estas cúpulas acogen especies de todos los rincones del globo. Prepárate para disfrutar del aroma de los limoneros y los olivos en el bioma mediterráneo, o de la frondosidad del bioma tropical, considerado el invernadero más grande del mundo. Te recomendamos traer una botella de agua reutilizable para resistir las elevadas temperaturas y preparar un pícnic para disfrutar al máximo de los terrenos del recinto.

Minack es un anfiteatro ubicado en la cima de un acantilado que comparte muchas características con las construcciones al aire libre de los antiguos griegos y romanos. Sin embargo, este espectacular recinto tiene unos orígenes mucho más humildes: es la creación de Rowena Cade, una apasionada del teatro de aficionados que se mudó a Minack Point y construyó allí su hogar. Cuando supo que la compañía de teatro local buscaba un lugar más adecuado para sus producciones que las zonas verdes del pueblo, les ofreció su jardín.

El resultado fue el Teatro Minack, construido con piedra de granito a principios de los pasados años treinta. Desde entonces, los artistas representan allí obras clásicas de autores como Shakespeare o Dickens, que compiten con otro espectáculo de índole natural: las soberbias vistas panorámicas de la bahía de Porthcurno.

Cornualles lleva años atrayendo a distintas celebridades del mundo de la gastronomía, pero ninguna como Rick Stein, que hizo de este condado su hogar allá por mediados de los setenta. En la actualidad, nada más y nada menos que diez restaurantes llevan su nombre en la región, incluido The Cornish Arms en St. Merryn, donde se sirven los clásicos imprescindibles de un típico pub inglés.

Su local estrella, The Seafood Restaurant, se encuentra en pleno corazón de Padstow, motivo por el cual los más chistosos de la zona llaman a la ciudad "Padstein". Pero, si de verdad quieres hacerte pasar por uno de ellos, llámala "Padster". Independientemente del nombre que elijas, y volviendo a la comida, aquí es imprescindible disfrutar del pescado, siempre fresco, una delicia local tan célebre como la empanada de Cornualles.