Las 9 mejores actividades en Biarritz

Ubicada a bastante altura sobre el nivel del mar, la plaza Bellevue, como su nombre sugiere, ofrece unas vistas preciosas sobre el océano Atlántico y la arena dorada de la Grande Plage. Este lugar resulta perfecto para orientarse y empezar a recorrer esta popular localidad costera.

Puedes llegar hasta Bellevue a pie desde el Passage Bellevue, o bien cogiendo el sinuoso sendero que sube desde la Grand Plage. Y ya que estás aquí, quizá quieras combinar las insuperables vistas con un café en la terraza de Le Café de Paris.

En el pasado, el puerto viejo de Biarritz fue el núcleo de la ciudad; hoy, en su lugar, acoge una minialdea llena de encanto que frecuentan tanto visitantes como lugareños. Además de histórico, es un lugar curioso, pues un paseo por sus bonitas callejuelas te revelará los antiguos crampottes, las pequeñas casas en las que vivían los pescadores.

Si visitas la localidad con la familia, quizá queráis aprovechar para ir a la tranquila y apartada playa del puerto viejo. Esta coqueta cala se encuentra protegida por las rocas, lo que la convierte en el lugar ideal para chapotear en aguas tranquilas. Y si os apetece comer algo, estaréis a tiro de piedra de la bulliciosa Rue du Port-Vieux.

La conocida como "roca de la Virgen" es una formación escarpada muy popular, uno de esos lugares de Biarritz que todo el mundo quiere ver. Los pescadores locales decidieron levantar la estatua blanca de la Virgen en 1865, después de que una misteriosa luz blanca salvara a un barco de naufragar durante una tormenta.

Para llegar a la roca de la Virgen, debes cruzar el puente de Eiffel, una estructura diseñada, efectivamente, por Gustave Eiffel, el responsable de la emblemática torre parisina. Quizá te alcance algo de la espuma del mar durante la visita, pero merece la pena por las vistas que ofrece de Biarritz, e incluso de las montañas del País Vasco español.

En el extremo más septentrional de la ciudad se encuentra el elevado faro de Biarritz. Esta estructura de 74 metros de altura está situada en un acantilado, con unas vistas incomparables en todas direcciones: al mar y a Biarritz, Anglet y la costa infinita.

Construido en 1834, el faro aún funciona en la actualidad y está abierto al público para que todo el mundo pueda acceder a tan privilegiado mirador. Eso sí, ten en cuenta que la única forma de subir es salvando un tramo de escaleras de 248 peldaños. Quizá quieras visitarlo durante el atardecer, ya que la experiencia de contemplar el ocaso hace que sea todavía más espectacular.

Espectacular tanto por dentro como por fuera, la iglesia de Santa Eugenia es un bello ejemplar de estructura románico-bizantina construido entre 1898 y 1903. Sin embargo, su principal atractivo, aquello que suele atraer a numerosos visitantes hasta ella, es su increíble ubicación junto al mar, con vistas al puerto de los pescadores, en la zona del puerto viejo de la ciudad.

Después de examinar todos los detalles de la fachada, quizá quieras dedicar tiempo a pasear la vista por el caleidoscopio de colores que componen las impresionantes vidrieras policromadas del interior. Además, durante el verano, en la cripta se llevan a cabo una gran variedad de exposiciones, y en el exterior también se organizan conciertos con frecuencia.

Dado que su traducción es "la gran playa", no te sorprenderá comprobar que este gigantesco tramo de arena dorada sea el más popular y amplio de toda Biarritz. A pesar de su tamaño, siempre se llena en verano, cuando visitantes y lugareños buscan refrescarse entre las olas del Atlántico.

Si quieres algo más de actividad, puedes alquilar una tabla para todo el día y unirte a los surfistas que vienen de todos los rincones del mundo para descubrir las fantásticas posibilidades que La Grande Plage ofrece a los amantes de este deporte. Y si prefieres quedarte en tierra y protegerte del sol, por una módica tarifa podrás disfrutar de las tradicionales y singulares casetas a rayas, un complemento ideal para un día de playa inolvidable.

En un viaje a Biarritz, ubicada en el corazón del País Vasco francés, tiene que haber tiempo para mimarse con sus espectaculares manjares locales. La gastronomía vasca se caracteriza por carnes suculentas y pescado fresco cocinados a la brasa, así como por las brochetas, los deliciosos platos de alubias de Tolosa y, por supuesto, los pintxos, esa variante local de las tapas que resulta tan cómoda y divertida de compartir.

Si quieres mimarte con la mejor comida tradicional de Biarritz, durante el día lo mejor es acudir al espectacular mercado de Les Halles e ir probando los deliciosos bocados que llenan los puestos. Por la noche, es hora de descubrir los mejores restaurantes de la ciudad, como LTB-La Table Basque o La Humade.

Ningún viaje a esta localidad costera está completo sin una visita al extraordinario Casino Barrière, uno de los mejores ejemplos locales de arquitectura art déco. No importa si lo que buscas es probar suerte en la ruleta o si solo quieres ver apostar a los expertos y a los más atrevidos: te encantarán el brillo, el glamur y el neón de este casino repleto de diversión cuya bella silueta destaca en el litoral de la ciudad.

Si prefieres no tentar al azar, te gustará saber que los atractivos del Barrière van más allá de las máquinas tragaperras y el póker. El recinto cuenta con un restaurante y un bar, y también puedes asistir a los conciertos en directo que se celebran en ocasiones especiales.

La oferta de ocio nocturno de Biarritz es variada y muy divertida, pero, de todos sus barrios, las animadas calles del puerto viejo son las que concentran el mayor número de bares. Le Bar Jean, La Tireuse y Ventilo Caffé son imprescindibles en esta zona de la ciudad.

Si te apetece ir más allá, también encontrarás una buena selección en torno a la Rue Gambetta y la Place Georges Clemenceau. ¿Has venido a Biarritz a trasnochar? Entonces tu lugar es el paseo marítimo. Una vez allí, solo tienes que seguir el ritmo de la música hasta las mejores discotecas.