10 cosas que hacer en París

Esta torre de hierro inconfundible es una parada obligada de cualquier visita a París. Ciertamente no pasa desapercibida con su altura de 324 metros, sus tres niveles y su escalera de 674 peldaños. En el segundo nivel se encuentra un restaurante de una estrella Michelin y una tienda de macarrones franceses, mientras que en el tercer nivel hay una champañería. La fama mundial de la que goza la torre Eiffel hace que suela estar abarrotada, por lo que conviene que reserves en línea una entrada con antelación suficiente si quieres subir a la cima en ascensor. Ten cuidado con los timadores que suelen merodear por la plaza.

La avenida de los Campos Elíseos, con una extensión de casi dos kilómetros entre la plaza Charles de Gaulle y la plaza de la Concordia, es una calle emblemática de París famosa por la elegancia de sus restaurantes, cafeterías, boutiques de lujo, tiendas de grandes marcas y teatros. No dudes en subir al Arco del Triunfo en la plaza de Charles de Gaulle para contemplar unas vistas inigualables de la avenida bordeada de árboles y de la Vía Triunfal. La calle forma una línea recta entre el Arco del Triunfo del Carrusel, el obelisco de la plaza de la Concordia y el Gran Arco de la Defensa.

Todo parece desmesurado en este antiguo palacio real, reconvertido en el famoso museo que conocemos en la actualidad. El Louvre cuenta con 35 000 obras de arte y más de 350 000 objetos en exposición, desde pinturas y esculturas hasta hallazgos arqueológicos y dibujos. Las colecciones permanentes ocupan una superficie de 60 600 metros cuadrados. Dado que se trata de uno de los museos más grandes del mundo, te recomendamos que te hagas con un plano y una audioguía en el mostrador de venta de entradas antes de comenzar tu visita.

La catedral de Notre-Dame domina el río Sena en el extremo sudeste de la Isla de la Cité. Es una de las iglesias más grandes del mundo y un ejemplo excepcional de arquitectura gótica francesa. Todos los elementos de Notre-Dame harán que te sientas transportado al pasado, desde las importantes reliquias católicas del tesoro de la catedral hasta las fantásticas gárgolas y esculturas de las torres. Para evitar las aglomeraciones, te recomendamos que la visites alrededor de las 17:30.

Montmartre es uno de los distritos más pintorescos de la ciudad, un singular barrio en el que te sentirás como en un pueblo en plena ciudad. Fue construido sobre una colina y está presidido por la espléndida basílica del Sagrado Corazón. Montmartre es famoso por su ambiente artístico que aún hoy atrae a pintores, músicos y escritores, y es también una zona con bastante vida nocturna. Aquí encontrarás discotecas, salas de música en directo y, en el lado suroeste de la colina, el famoso cabaret Moulin Rouge.

Aprovecha que el río Sena pasa por la capital para disfrutar de muchos de los monumentos más destacados de París desde un punto de vista diferente. Las embarcaciones estilizadas y descubiertas conocidas como Bateaux Mouches (literalmente, “barcos mosca”) te permitirán admirar desde el agua la torre Eiffel, la catedral de Notre-Dame, el Museo del Louvre, el Ayuntamiento y muchos otros lugares de interés en un crucero de poco más de una hora por el quinto río más largo de Francia. Si quieres darte un capricho, vale la pena pagar un cargo adicional para disfrutar de una cena durante el crucero, ya que los monumentos lucen todavía más bonitos cuando están iluminados de noche.

Disneyland Paris, situado en Marne-la-Vallée, a tan solo 32 kilómetros al este del centro de la capital, es una parada obligada para todas las familias. Este parque temático de 20 kilómetros cuadrados alberga numerosas atracciones inspiradas en los personajes y las franquicias de Disney, incluidas Star Wars y Marvel. No te pierdas las montañas rusas temáticas, la casa encantada y el barco pirata, por mencionar algunas atracciones. El parque también cuenta con más de 50 restaurantes y siete hoteles en las instalaciones. Incluso puedes jugar al golf en los campos de nueve y 18 hoyos del divertido Golf Disneyland.

El Palacio de Versalles no se encuentra exactamente en París, sino a unos 20 kilómetros al sudoeste del centro de la ciudad. Aun así, esto no debería disuadirte de visitar este edificio excepcional. Hoy en día, este símbolo de la monarquía absoluta a la que puso fin la Revolución francesa en 1789 se ha convertido en un museo y en uno de los lugares históricos más visitados de Francia. Se ha restaurado por completo para que luzca el aspecto que tenía durante el siglo XVII, por lo que te sentirás realmente transportado al pasado cuando visites la Galería de los Espejos y los aposentos del rey. Los jardines que rodean el edificio son un magnífico ejemplo del típico jardín francés. Puedes pasarte un día entero visitando el Palacio de Versalles, pero no te preocupes porque existen varios restaurantes y bares junto al parque.

Los macarrones franceses se han convertido en uno de los dulces predilectos de los parisinos. Aunque se cree que esta delicia rellena de merengue tiene sus orígenes en el siglo VIII en el Véneto, puede decirse que se reinventó por completo a principios del siglo XX en Francia. Una de las tiendas más famosas para comprarlos es Ladurée Paris, en la avenida de los Campos Elíseos, pero los encontrarás en un sinfín de establecimientos. También son excelentes los macarrones de Pierre Hermé en la rue de la Sainte-Croix-de-la-Bretonnerie, La Maison du Chocolat en la rue du Faubourg Saint-Honoré y Pierre Marcolini en la rue Saint-Honoré.

La historia de la viticultura y la producción de vino en París se remonta al Imperio romano. Aunque no es tan famoso como los cercanos viñedos de Borgoña y de Champaña, puedes visitar un viñedo de Le Clos Montmartre y probar un vino producido en París. En este viñedo de 1550 metros cuadrados, a escasos 300 metros de la basílica del Sagrado Corazón, se produce un vino de calidad a base de uva gamay y pinot noir. Todos los años en octubre se le dedica la Fiesta de la Vendimia de Montmartre.