París es una ciudad tan famosa que todo el mundo lo sabe todo sobre ella, ¿verdad? Bueno, puede que te sorprendas. Al ser una ciudad tan antigua e importante, enclavada en el corazón de la historia europea durante siglos, París cuenta con más de un secreto insólito y detalles poco conocidos. Aquí tienes algunos de los más interesantes.
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"París" no es el nombre original de la capital gala
Hace muchos siglos, cuando los primeros colonos se asentaron en París y comenzaron a lavar su ropa en las orillas fangosas del Sena, la ciudad que se desarrollaría aquí no se llamaba así. Su nombre original era Lutetia Parisiorum ("Lutèce" en francés) y sus habitantes celtas se llamaban "parisii". Se cree que "Lutetia" viene del término latino "lutum", que significa "suciedad", por lo que la elegante y deslumbrante metrópolis que todos conocemos y adoramos comenzó su andadura como la morada fangosa de los parisii.
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París nació en la Isla de la Cité
Cuando pasees por la Isla de la Cité contemplando la Santa Capilla y la catedral de Notre Dame, o cruzando el Pont Neuf, echa un vistazo a tu alrededor e intenta imaginar el aspecto de la zona en el año 53 a. C., cuando Julio César y sus tropas romanas se unieron a los celtas que ya habitaban esta pequeña formación insular. En lugar de la bella estructura de piedra del Pont Neuf o el puente St. Michel, que conectan el área con ambas orillas del Sena, había dos puentes de madera.
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Aún quedan ruinas romanas en París
Durante sus primeros tiempos (aproximadamente del 53 a. C. al 212 d. C.), París era romana y contaba con un acueducto, baños públicos, fuentes de piedra y un anfiteatro con capacidad para 10.000 personas en el que los galorromanos se reunían para ver cómo se masacraba a los cristianos. Y todavía se conservan algunos restos de este periodo, como las arenas de Lutecia, un anfiteatro de piedra en ruinas en el V distrito que hunde sus raíces en el siglo I. También puedes ver parte de los baños públicos en el Museo Cluny y fragmentos de la antigua ciudad romana en la cripta arqueológica que se esconde bajo la explanada de la catedral de Notre Dame, en la Isla de la Cité.
foto de Carole Raddato (CC BY-SA 2.0) modificada
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Pont Neuf no significa "puente nueve"
Y hablando de la Isla de la Cité, el bonito puente de piedra que hay que cruzar para llegar a ella, el Pont Neuf, no es el noveno puente de París. A pesar de su nombre, no tiene nada que ver con ese número. Pont Neuf significa "puente nuevo" y fue Enrique IV, responsable de su construcción en 1578, el que lo bautizó así puesto que contaba con todos los elementos más innovadores de su época. Por ejemplo, era el primero de su clase que no tenía viviendas encima, el más ancho de la capital (durante un tiempo al menos) y el primero que contaba con aceras, lo que lo convirtió rápidamente en lugar de reunión. En la actualidad, es el puente más antiguo de la ciudad.
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La toma de la Bastilla fue un acto simbólico
Una de las festividades más importantes de Francia es el Día de la Bastilla, que se celebra el 14 de julio. La Torre Eiffel se ilumina con los brillantes colores de los fuegos artificiales, tanques armados pasean por los Campos Elíseos en un desfile militar y aviones a reacción surcan el cielo a baja altura dejando una estela de humo azul, blanca y roja a su paso; todo para celebrar la toma de la prisión de la Bastilla, en 1789, y la liberación de sus presos. La Bastilla era conocida por albergar en sus celdas a prisioneros políticos, sobre todo aquellos que se oponían abiertamente a la monarquía. Sin embargo, el día de la toma no había ninguna persona relevante de este tipo en ella. De hecho, allí dentro solo tenían a siete presos, y el delito de cuatro de ellos era la falsificación de cheques.
foto de Yann Caradec (CC BY-SA 2.0) modificada