Las 10 mejores playas de Mallorca

En Es Trenc te va a resultar fácil pensar que esta isla de prístina arena blanca y aguas turquesas poco profundas se encuentra en pleno Caribe. Esta gloriosa franja de costa es sencillamente impresionante, y la zona interior de pinos, dunas y salinas tampoco se queda corta.

La playa se encuentra entre las localidades de Ses Covetes y Colonia de Sant Jordi, al sur de Mallorca. También se beneficia de no estar directamente conectada a ningún complejo turístico y tendrás la sensación de estar en una zona aún más apartada. Además, encontrarás diversos chiringuitos frente al mar y no te faltarán sitios donde sentarte y disfrutar de una bebida refrescante.

Son muchos los motivos por los que las familias acuden en masa a la playa de Alcudia. Este tramo de costa de 7 kilómetros de longitud es la playa más grande de la isla y los niños tendrán muchísimo espacio para corretear. Además, la playa está galardonada con la bandera azul y ofrece opciones de ocio para grandes y pequeños, como distintos toboganes de agua, bananas acuáticas e hidropedales. Los adolescentes también pueden tener su buena dosis de adrenalina practicando windsurf o paravelismo.

Si todo esto te suena demasiado cansado, puedes alquilar una tumbona y una sombrilla para relajarte mientras los niños juegan en la arena. Cerca de la playa encontrarás distintos restaurantes familiares, socorristas de servicio y espacio de aparcamiento.

La playa de Calviá es el núcleo fiestero de Mallorca y pone de manifiesto que Ibiza no tiene el monopolio de las Baleares cuando se trata de pasarlo bien. Si buscas una playa salvaje, colorida y bulliciosa, esta zona de Magaluf es lo que necesitas. Date un chapuzón en la piscina por la mañana y, cuando anochezca, sube el volumen y baila hasta que salga el sol.

En esta playa encontrarás algunos de los clubes más glamurosos de la zona, como Zhero Boathouse, donde podrás disfrutar de un cóctel dentro de la piscina o bañarte en el mar. A poca distancia se encuentra el sofisticado Nikki Beach, que ofrece bonitas vistas de la bahía hasta la isla de sa Porrassa. Sus cabañas de lujo y elegantes tumbonas son el sueño de cualquier Instagrammer.

En Can Pere Antoni podrás disfrutar de lo mejor de ambos mundos: la playa y la interesante historia de Palma de Mallorca. Recorre la encantadora capital de la isla para visitar impresionantes monumentos, como la catedral del siglo XIII y la fortaleza de estilo árabe de La Almudaina.

Tampoco puedes perderte su playa enmarcada entre palmeras, a tan solo 1 kilómetro de la catedral. Sitúa la tumbona de forma que puedas admirar esta obra maestra gótica a lo lejos. Eso sí, te avisamos de que la playa no es muy grande y, debido a su cercanía a la ciudad, es probable que tengas que compartirla con otros bañistas. En cualquier caso, con unas vistas así, no supondrá demasiado problema.

La cala Llombards se encuentra al sureste de Mallorca. Esta cala queda recluida prácticamente fuera de la vista y, con sus pronunciados acantilados y la estrecha playa, se asemeja a un fiordo noruego, aunque con un tiempo mucho más agradable. El tramo de arena tiene una extensión de 150 metros desde la costa, donde los pinos forman una barrera natural.

El contorno de la bahía bloquea las olas de mayor tamaño, gracias a lo cual las aguas que llegan del cabo son tranquilas y puede practicarse el submarinismo. Además, bajo este mar turquesa te esperan peces tropicales de todos los tipos. No es de extrañar que la cala Llombards sea una de las principales favoritas de los residentes de la ciudad.

En el encantador puerto de Sóller se encuentran algunas de las mejores playas de la costa occidental de Mallorca, como la deliciosa Es Traves o la playa d'en Repic, de menor tamaño. Esta zona, situada en plena sierra de Tramontana, está conectada por un túnel que se excavó a finales de los pasados años 90 y se ha librado de buena parte del turismo de masas que abunda en otras partes.

Puedes llegar hasta allí por la vía tradicional a bordo del ferrocarril de Sóller, un tren antiguo que recorre las montañas entre esta ciudad y Palma. Desde aquí, toma el tranvía que comunica la ciudad con el puerto. Te recomendamos abrir las ventanas para disfrutar del aroma a naranja que inunda el aire. Realiza tu última parada en el mar Balear y admira la panorámica de las montañas.

La cala Mondragó se encuentra dentro del parque nacional homónimo, en el extremo sureste de Mallorca. Este rincón virgen de la isla es uno de los más atractivos gracias a las dunas de arena, las calas rocosas y los bosques de pinos. Además, su fina arena y la suave forma descendiente de la orilla la convierten en una de las playas favoritas de las familias.

Pasea por la costa hasta la cala próxima, la playa de S'Aramador, que es algo más espaciosa. Visitantes de todas las edades disfrutan practicando submarinismo en sus cálidas aguas transparentes o simplemente observando la vida marina a través del fondo de cristal de un barco de paseo. Las instalaciones son adecuadas y encontrarás aseos, duchas y socorristas durante los meses de temporada alta.

Se puede disfrutar del verano en libertad de muchas formas y nadar sin ropa en la cala Torta es una de ellas. Las rocas y las dunas de una reserva natural cercana al complejo turístico de Cala Ratjada protegen esta impresionante playa. Además, es un lugar idóneo para que los nudistas disfruten de un bronceado completo.

El fondo de la playa desciende rápidamente y esto puede desanimar a las familias, aunque hay un socorrista. Así no tendrás que responder a las incómodas preguntas de los niños sobre el paradero de los bañadores de los demás. Si lo que te apetece es practicar submarinismo o bucear, la accesibilidad de esta zona de aguas profundas te parecerá una auténtica maravilla.

Sa Calobra ofrece un paraje paradisíaco desde donde disfrutar de la puesta de sol mientras escuchas el arrullo de las olas. La playa se comprime en un estrecho hueco entre los impresionantes acantilados y la boca del Torrente de Pareis, un cañón tallado durante siglos de erosión fluvial.

Eso sí, tardarás algún tiempo en llegar a Sa Calobra, ya que la carretera discurre a lo largo de un enrevesado camino de montaña hasta alcanzar esta costa aislada. Cuando llegues, te aliviará comprobar que tu destino no se parecerá en nada a la decepcionante playa llena de piedras que tienes junto al aparcamiento. Sigue el camino asfaltado y el túnel para llegar hasta un tramo de arena más vistoso, donde de verdad merece la pena sacar la cámara de fotos.

Caló des Màrmols es un tranquilo rincón del paraíso alejado de las abarrotadas playas y los complejos turísticos de Mallorca. Esta playa de arena y grava solo tiene 40 metros de largo y la flanquean altos acantilados. Tienes dos opciones para llegar a ella: una difícil travesía de 5,5 kilómetros desde el faro de Cap de Ses Salines o echar el ancla en la bahía. Como podrás observar, son sus condiciones geográficas las que mantienen alejados a los visitantes.

Para quienes consiguen llegar, la recompensa es increíble. Como es una de las pocas playas de Mallorca sin explotar, no encontrarás ningún sitio para comprar comida o bebida, así que será buena idea traer de casa lo necesario. En cuestión de deportes acuáticos, solo podrás nadar o hacer submarinismo en sus atractivas aguas cristalinas.