Las 10 mejores actividades para el verano en Menorca

Cala Mitjana es el mejor ejemplo del ambiente sosegado de las calas por las que Menorca es tan famosa. Se oculta entre la brisa aromática de los pinares del suroeste de la isla. Para llegar, deberás recorrer algunos encantadores caminos rodeados de árboles desde la carretera que lleva a la playa contigua de Cala Galdana.

El principal atractivo: el agua cristalina del mar. Es justo lo que la convierte en el rincón favorito de buceadores y bañistas, que se adentran entre las pequeñas grietas de las rocas en busca de vida marina. Incluso tal vez avistes a los lugareños más valientes saltar desde las rocas. Eso sí, hay quienes prefieren acampar bajo el cobijo de los árboles y pasar el día leyendo, disfrutando de alguna cabezadita y, simplemente, viendo la vida pasar. Opciones para todos.

Mahón, la capital de Menorca, también es conocida como Mao-Mahón. Goza de una ubicación privilegiada sobre las colinas que emergen del puerto en el extremo oriental de la isla. Sus majestuosas mansiones y edificios del siglo XVIII se extienden a lo largo de los diferentes tramos de estas colinas, hasta desembocar en una zona portuaria repleta de yates.

En verano, Mahón se llena de vida más que nunca. Las cafeterías se despliegan por las calles empedradas del casco antiguo y las bodegas descorchan sus vinos más frescos durante las cálidas tardes de agosto. Además, a principios de septiembre se celebran las fiestas de la Virgen de Gracia, con divertidos y elaborados pasacalles que no te querrás perder. Déjate contagiar por el ambiente y que la alegría (y, por qué no, su poquito de sangría) corra por tus venas.

Desde 2015, Splash Sur atrae a los veraneantes con múltiples toboganes que rebosan adrenalina. Se ubica en la costa sur de la isla, a unos 15 minutos de Mahón. Es difícil no verlo, ya que algunas de sus atracciones, como el Black Hole y el Kamikaze, se pueden divisar desde lejos.

Dale a tus días ese toque de emoción que se consigue tan fácilmente cuando te deslizas por los toboganes más extravagantes; o, si prefieres relajarte un poco, también tienes opciones a mano, como el jacuzzi al aire libre y el río lento. Tú eliges qué prefieres.

Las Fiestas de Sant Joan son el evento cultural más emblemático de comienzos del verano menorquín. Se celebran todos los años a finales de junio, y comienzan con grandes desfiles de caballos en Ciutadella de Menorca, en el extremo occidental de la costa.

El culmen del espectáculo llega con el Caragol del Born, una tradicional danza ecuestre balear en la que los majestuosos corceles se alzan sobre sus patas traseras. Además, también disfrutarás de juegos medievales ecuestres, música en directo y flamantes trajes que te transportarán a otra época. Las festividades duran dos días, y comienzan el 23 de junio.

Si quieres empaparte de la auténtica esencia de un municipio histórico menorquín, Sant Lluís es tu sitio. Se encuentra en el centro del conocido como triángulo dorado de la isla, entre las impresionantes playas y calas del sudeste costero. Sin duda alguna, uno de los lugares más hermosos de Menorca, salpicado de las típicas iglesias encaladas y tradicionales cantinas catalanas.

El trazado de sus calles y plazas se mantiene desde que el pueblo fue fundado por los franceses allá por el siglo XVII. Aprovecha para recorrerlas y dale un capricho a tu paladar en alguno de los muchos restaurantes que decoran la calle principal de San Lluís; y, por supuesto, no te vayas sin visitar la iglesia de San Lluís, uno de los templos más hermosos de toda la isla.

La Naveta des Tudons se ubica justo en el centro de un antiquísimo círculo compuesto por piedras. Se encuentra a tan solo 15 minutos en coche del ajetreado puerto de Ciutadella, pero el contraste entre estos dos enclaves no podría ser mayor. De hecho, los historiadores remontan los orígenes de la naveta al año 1200 a. C.

Se descubrió durante una serie de excavaciones que tuvieron lugar en los años 50, y se cree que debió de ser un importante edificio funerario. Los arqueólogos han desenterrado numerosas tumbas en el interior de la estructura principal, formada por piedras megalíticas que se alzan sobre el herboso terreno menorquín. Si bien los visitantes ya no pueden acceder al interior de este yacimiento, puedes pasear por su alrededor y admirar la particularidad de su diseño. Además, ¡el acceso a los alrededores es gratis si realizas tu visita en invierno!

Macarelleta es una de las calas más destacadas de la costa de Menorca, al sur de Ciutadella. Para llegar, configura Macarella como tu destino en el navegador y, cuando llegues, desciende el precioso sendero costero hasta llegar a la playa, que será una caminata de unos 900 metros.

Eso sí, el final del camino merece la pena: una impresionante cala de guijarros de roca blanca y arena fina con la que darle a tu Instagram su foto estrella. Es una cala protegida, por lo que la naturaleza es la protagonista del lugar, perfecto para llevarte algo de comida y bebida y disfrutar de un día bajo el sol en el paisaje más idílico. Eso sí, cuando vayas, intenta llegar pronto, y es que Macarelleta es cada vez más popular, lo que es normal, ¡teniendo en cuenta que ha llegado a aparecer hasta en anuncios!

No hay duda de que el monte Toro se encuentra entre las mejores actividades veraniegas de Menorca, y es un imprescindible si tienes sed de aventuras. A nada más y nada menos que 358 metros sobre el nivel del mar, es el pico más alto de la isla. Las rutas a pie tienen su dificultad, y es que muchos de los terrenos escarpados son zonas privadas. Pero no te preocupes, también hay una carretera mediante la cual ascender en zigzag que ofrece unas vistas inigualables de las costas norte y sur.

¿Has llegado a la cima? Entonces ha llegado el momento de visitar el precioso santuario de la Virgen del Toro. Se trata de un lugar de peregrinación, y su historia está ligada al proceso de conversión al cristianismo que se vivió hace varios siglos en el país. Aprovecha que has llegado hasta aquí arriba para explorar la capilla del siglo XVI y los hermosos patios arbolados de su interior.

Cala Turqueta recibe su nombre por los tonos azulados de las aguas turquesas del Mediterráneo que bañan su playa. Se trata de un bonito rincón perfecto para un día junto al mar menorquín, a tan solo 20 minutos al sur de Ciutadella. El aparcamiento está a unos 900 metros al norte, pero el paseo hasta la orilla es una agradable caminata a través de pinares.

Como era de esperar, este lugar es todo un templo de relajación. Obvio, ¿verdad? Y es que esta es una de las playas más recónditas de la isla, ideal para desconectar y bucear durante las típicas jornadas calurosas de esta isla. Simple y sencillo, el mejor destino para desconectar.

Los orígenes de la viticultura en Menorca se remontan al año 1200, cuando habitantes del norte de África comenzaron a cultivar uvas en los fértiles suelos autóctonos. Cuando los británicos llegaron en el siglo XIX, la bebida local ganó aún más popularidad. Tras un cierto tiempo a la sombra, ahora es una tradición que se está recuperando poco a poco.

Las prestigiosas bodegas Binifadet constituyen uno de los lugares más destacados a los que asistir a una cata. Se sitúan entre los olivares y las colinas del lado sur de la isla. Además, los paquetes incluyen paseos por los viñedos y catas en un precioso patio sombreado. Por otra parte, también tienes la bodega de Sa Forana, más al oeste, cuyos vinos ofrecen un marcado matiz mineral.