10 cosas que hacer en Barcelona en un solo día

Esta obra maestra del Modernismo es el emblema de la ciudad por antonomasia. La construcción del templo diseñado por el influyente arquitecto Antoni Gaudí se inició en el año 1882, aunque las obras aún no se han acabado. Resulta inspirador observar la atención que se le ha prestado a cada detalle, tanto en el interior como en el exterior de la basílica y, a pesar de sus muchos visitantes, sigue preservando esa magia que la hace única. Todos y cada uno de los elementos que conforman su diseño contienen algún simbolismo religioso, por lo que si no te quieres perder detalle, lo mejor es que recurras a una visita guiada.

Sube al metro y baja en la parada de Sagrada Familia para dedicarle un par de horas a esta obra de arte. Tras la visita, ha llegado el momento de relajarse en alguno de los cafés de la avenida Gaudí y disfrutar de unas vistas privilegiadas. El legado de Gaudí sigue palpable en toda la ciudad, pero probablemente se hace más evidente a la sombra de las torres que hacen tan especial la Sagrada Familia.

El Park Güell, inicialmente concebido como ciudad jardín, es un parque público que exhibe el arte surrealista y lleno de simbolismo propio de Antoni Gaudí. Se halla situado en lo alto de una colina y ofrece espectaculares vistas panorámicas de Barcelona. Durante tu recorrido, también encontrarás las señas de identidad del artista, como los mosaicos multicolor o las amplias terrazas. Durante el verano, el parque rebosa vitalidad al son de los músicos que se resguardan a la sombra de los árboles, mientras que el invierno supone todo un remanso de paz donde refugiarse del ritmo frenético de la ciudad.

Si te interesa conocer más cosas sobre la vida de este visionario arquitecto catalán, pásate por la Casa-Museo Gaudí, ubicada dentro de las instalaciones. La entrada al parque es gratuita, pero sí que es necesario pagar una entrada para acceder al conjunto monumental.

Esta avenida de poco más de un kilómetro de longitud es el epicentro turístico de Barcelona, y vertebra el centro de la ciudad desde la plaza Cataluña hasta la estación de metro de Drassanes, en el extremo sur. El famoso teatro del Liceu es un perfecto punto de referencia para los recién llegados a la Ciudad Condal, pues se encuentra a medio camino de un paseo donde encontrarás tiendas, restaurantes, artistas callejeros, músicos y mucha vida en general. A lo largo de la Rambla, vas a encontrar mil motivos por los que desviar tu atención, pero no olvides que puede haber carteristas en la zona.

Los barceloneses suelen quejarse a menudo de que los restaurantes de la Rambla tienen los precios algo inflados, pero es imposible negar que es un auténtico placer tomarse un café o un cóctel mientras te impregnas del ambiente distendido de la zona. ¿Es lo que suelen hacer los turistas? Sí. ¿Es una experiencia imprescindible? Por supuesto.

La Barceloneta es, con toda seguridad, una de las playas más populares de las que salpican el frente marítimo barcelonés, por lo que es una buena opción si te apetece pasar un buen rato a orillas del Mediterráneo. Coge el metro y baja en la parada del mismo nombre, aunque también puedes llegar andando, pues un referente como la Rambla se encuentra a solo veinte minutos a pie.

Este extenso arenal rebosa actividad a cualquier hora del día, ya sea de bañistas deseosos de alquilar una tumbona o de visitantes que optan por refrescarse en alguno de los numerosos chiringuitos que resiguen la costa bajo el sol de la tarde. Desde la arena, observa el ir y venir de los vendedores ambulantes ofreciendo bebidas, comida o artículos de playa, aunque si prefieres relajarte en una playa más tranquila, la de la Nova Icària satisfará todos tus deseos a tan solo diez minutos de distancia.

Esta ajetreada plaza de abastos situada en la Rambla es la más grande y famosa de la ciudad. Aquí podrás comprar todo tipo de fruta fresca y otros productos alimentarios, aunque su principal atractivo radica en poder probar los distintos bares de tapas que se distribuyen entre las distintas paradas del mercado. Visita la Boqueria con el estómago vacío para poder llenarlo a base de sabrosas raciones de chipirones, gambas al ajillo o con tablas de quesos y embutidos. Y, cómo no, ayuda a bajar el banquete con una copa de cava.

La mañana es el mejor momento del día para visitar el mercado, suele estar más vacío y la atmósfera que se respira es más auténtica. De todos modos, no olvides que esta no es una atracción turística más, pues los barceloneses siguen acudiendo a este punto emblemático de la ciudad para abastecer sus despensas.

El barrio Gótico es la zona más pintoresca de Barcelona. Sus estrechas y concurridas calles junto a edificios medievales hacen de este barrio un sitio ideal para pasear. Además, es un lugar donde resulta imposible aburrirse dada la gran variedad de tiendas y restaurantes que dan vida a las plazas del distrito.

Coge el metro hasta la estación Jaume I y admira la bella catedral de Barcelona, o dirígete hacia la plaza Real, donde podrás relajarte en la terrazas de cualquiera de sus bares o restaurantes. Si te apetece ir de compras, la calle Avinyó, situada en el corazón del Gótico, ofrece una amplia variedad de tiendas de moda masculina y femenina.

Cataluña cuenta con una larga historia a sus espaldas, algo que le ha conferido ese carácter tan especial. El Museo de Historia de la Ciudad de Barcelona te transportará a las épocas pasadas en las que los romanos decidieron fundar una colonia llamada Barcino. Uno de sus principales reclamos son los restos del mayor asentamiento romano descubierto en Europa, del que destacan sus cámaras antiguas y piezas de cerámica que se remontan a la antigua Roma.

El museo se encuentra en la plaza del Rey, que seguramente sea la plaza medieval más auténtica de la ciudad. Si tienes pensado visitar otros museos, te recomendamos que adquieras el Barcelona Pass para varios días, que te permitirá acceder de forma gratuita a más de 20 atracciones de la ciudad.

Las bodegas son parte de la vida cotidiana de los barceloneses. En estos comercios de barrio, se vende vino a granel, pero también es un estupendo lugar donde sentarse a disfrutar de una copita o de alguna tapa. Durante años, el concepto de bodega quedó algo obsoleto, pero poco a poco están volviendo a ganar terreno.

La mayoría de estos comercios son bastante pequeños, por lo que vas a tener que hacerte hueco antes de pedir tu bebida y cualquiera de las tapas que ofrezcan ese día, escritas sobre una pizarra. No importa si te decantas por una ración de cap i pota o por una tostada con sardinas: tu elección será un acierto. Hay bodegas repartidas por toda Barcelona, pero las mejores son las que se encuentran en barrios residenciales como Gracia, que aún preservan ese encanto genuino. El Bar Bodega Quimet es un magnífico ejemplo y además premia a sus clientes con una exquisita selección de vinos.

El FC Barcelona es un equipo de fútbol legendario que, además, representa el alma de la ciudad. Bajo el lema "Más que un club", los blaugrana demuestran su compromiso para con la sociedad, un compromiso que casi se vio truncado durante la dictadura. Este estadio de fútbol era uno de los pocos lugares en los que los locales aún podían comunicarse en catalán.

Hoy en día, el Barça es uno de los clubes más poderosos del mundo, y no cabe duda de que su estadio está a la altura de las circunstancias. El ambiente de los partidos en el Camp Nou es espectacular, ya que este recinto deportivo puede reunir a casi 100 000 espectadores. Las entradas más baratas para la zona superior del campo cuestan 50 EUR aproximadamente, aunque cuando el Barça disputa un partido importante, como el clásico contra el Real Madrid, los precios pueden dispararse. Si no se celebra ningún encuentro durante tu estancia en la Ciudad Condal, siempre puedes visitar el Museo del Fútbol Club Barcelona. La entrada cuesta unos 25 EUR y puedes echarle un vistazo a su sala de trofeos.

Si algo sabe Barcelona es cómo montar una fiesta. En la plaza Real, encontrarás la mayor concentración bares y clubes de moda para bailar hasta altas horas en pleno corazón del barrio Gótico: una plaza pública que se llena de vida al caer la noche.

En la plaza Real, hay muchos lugares emblemáticos que visitar: el Rei de Copes es perfecto para tomar algo mientras te empapas del ambiente y decides cuál será tu próxima parada. Si te apetece escuchar música en directo, el Jamboree es tu destino, un bar de jazz que a partir de las 02:00 se transforma en un club de hip-hop, pero existen otras muchas opciones que bien seguro que saciarán tus ganas de fiesta. La plaza Real está muy próxima a la Rambla, solo tienes que bajar en la parada de Liceu y descender la emblemática vía en dirección al mar.