8 cosas que hacer en Gijón

Empápate del encanto de la histórica ciudad de Gijón en su plaza principal. El ayuntamiento preside esta plaza empedrada y adoquinada que está coronada en el centro por una farola, y que cuenta con altos edificios en cuyos soportales se encuentran tiendas, boutiques, cafeterías, restaurantes y las típicas sidrerías que hay en su esquina noroeste. 

Si sales por la entrada oeste, llegarás a la plazuela del Marqués, situada junto al puerto y, si sales por la del este, llegarás directamente a la playa. 

Si andas durante cinco minutos desde el casco antiguo por la calle Camín de la Fontica, llegarás al cerro de Santa Catalina, un espacio verde muy bien conservado que resulta ideal para salir a dar un paseo a pie o en bici. Aquí podrás observar la escultura de diez metros de altura Elogio del Horizonte, una obra de hormigón formada por dos pilares sobre los que se apoya una elipse abierta que corona el horizonte gijonés sobre las aguas azules de la bahía de Vizcaya. En el extremo noroeste de este promontorio hay un parque de patinaje desde el que se divisan unas magníficas vistas del océano. 

Esta preciosa playa de fina arena blanca de un kilómetro y medio de extensión está considerada una de las más bonitas del norte de la península ibérica. Recorre su paseo marítimo y aprovecha para sacar fotos del impresionante paisaje, o dirígete directamente a la arena y relájate en las zonas equipadas con sombrillas y tumbonas de alquiler. 

La mayoría de los clubes de la playa se encuentran en el extremo este de la costa, mientras que en otras zonas encontrarás pintorescas cuevas y rocas donde incluso anidan tortugas marinas. 

Este enorme yacimiento subterráneo del siglo I se encuentra en el extremo oeste de la playa de San Lorenzo, pero es posible que si pasas por Campo Valdés sin fijarte demasiado no te des cuenta de que están allí, ya que a simple vista resultan difíciles de ver. La entrada al museo que las alberga está entre los frondosos jardines que hay enfrente de la parroquia de San Pedro Apóstol, y pasar a visitarlas cuesta alrededor de 2,5 EUR, aunque los domingos podrás acceder de manera gratuita. En este espacio, iluminado con luz tenue, podrás recorrer unos impresionantes baños de piedra, así como paredes decoradas que se han conservado a la perfección. La información sobre el lugar está disponible en distintos idiomas.

Este precioso y divertido museo, que organiza exposiciones tanto dentro de su edificio como en el exterior (siempre que el tiempo lo permita), se encuentra en la zona más urbana de Gijón. Su extensa colección de obras de arte explica a la perfección la historia y la cultura del pueblo asturiano. En este edificio de tres plantas, que se encuentra en una zona tranquila y sin tráfico, se exponen objetos de valor etnográfico, como utensilios tradicionales y ropa. En sus alrededores encontrarás otras edificaciones de estética más tradicional que te harán retroceder en el tiempo. Hay entradas disponibles desde 2,50 EUR. 

Este museo muestra la evolución del ferrocarril en Asturias y cuenta con locomotoras de vapor de tamaño real, así como con motores de vapor y archivos históricos. El Museo del Ferrocarril de Asturias también dispone de un vagón de ferrocarril en el que podrás subirte y que hará las delicias de los más pequeños, que aprenderán cómo funcionan las diferentes locomotoras y las redes ferroviarias. 

Además de trenes de verdad, este espacio también muestra reproducciones a escala de modelos míticos y vídeos explicativos. Si puedes ir un domingo, la entrada te saldrá gratis. 

Aunque las fechas pueden variar, el mercado artesano suele celebrarse la segunda semana de cada mes en la zona norte de la Plaza Mayor. En los numerosos puestos, propietarios y artistas muestran a los visitantes sus mejores obras y artículos; también suele ser habitual la celebración de distintas actuaciones y exposiciones. 

Aprovecha la ocasión para ver el proceso de creación de algunos escultores, que hacen de la plaza su propio taller. En otros puestos se venden productos alimenticios a precios locales, como vinos y aceite de oliva. 

Mientras que la playa de San Lorenzo es ideal para bañarse y tomar el sol mientras disfrutas de las vistas, la playa de Poniente es la más indicada para practicar deportes de agua. Esta bahía, más pequeña, también tiene una extensión de arena bastante amplia, pero la verdadera diversión empieza al meterse en el agua. El principal operador de deportes acuáticos está al lado del puerto y alquila motos acuáticas, tablas de paddle y también ofrece actividades terrestres, como conducir un Lamborghini por unos 120 EUR.