10 rincones increíbles de Asturias

A veces en Asturias no hace tiempo de playa. Pero da igual, este es uno de los lugares que bien merecen una visita, aunque el tiempo no acompañe del todo.

Quizás no se piense en Asturias precisamente como un lugar de playas paradisíacas, pero esta en particular lo es. Aguas turquesas, pequeños cantos rodados blancos y una tranquilidad increíble acompañarán a quien ose bajar a su orilla. Y es que hay que atreverse, porque el acceso es algo complicado. Por supuesto, el esfuerzo queda ampliamente recompensado por las fabulosas vistas de esta playa salvaje, sin servicios y rodeada de escarpadas rocas que hacen que su paisaje sea tan especial.

No hace falta ser un fan del necroturismo para disfrutar visitando cementerios. Porque hay algunos que son auténticos monumentos, como el cementerio situado en el pueblo de Luarca.

Cuando te acerques a dar un paseo entre sus tumbas más antiguas (el cementerio se inauguró en 1813, ¡nada menos!), aprovecha para  visitar el faro de Luarca, que se encuentra muy cerca. La panorámica desde el cementerio y el faro es preciosa, y Luarca es un pueblito encantador en el que hacer una parada para comer alguno de los deliciosos platos típicos asturianos o beber un par de sidras.

Hay rincones en Asturias que parecen sacados de un cuento. Uno de ellos es la misteriosa playa de Gulpiyuri. Encontrarla no es fácil, ya que se sitúa literalmente detrás de una ladera entre las localidades de Llanes y Ribadesella (ambas muy turísticas). 

La llaman la playa secreta y su nombre significa literalmente “círculo de agua” (si ves una foto, sabrás por qué). El único inconveniente es que a veces no hay playa, porque si baja la marea el agua desaparece. El motivo es que, en realidad, a esta playa llega el agua debido a una apertura entre dos rocas que dan al mar. Por eso conviene informarse bien de los horarios de las mareas antes de acercarse, para no llevarse una sorpresa.

En resumidas cuentas, los bufones son grietas que conectan el mar con la tierra. En estas grietas, cuando hay oleaje, el aire y el agua salen con mucha presión, formando una especie de géiser o surtidor de agua a presión.

Es un espectáculo bastante impresionante que no te puedes perder cuando estés de vacaciones por la zona. Eso sí, ten cuidado con donde pisas para no ponerte justo encima de ninguno de ellos. Disfrutar de una ruta de senderismo por los escarpados acantilados de la zona es una razón adicional para visitarlos, aunque no consigas verlos en todo su esplendor. 

Lo primero: la Cuevona es la cueva de acceso, y Cuevas del Agua, el pueblo. Parece increíble que para acceder a un pueblo tengamos que atravesar una cueva, pero es así, y ahí está gran parte del encanto.

Tiene tanto un acceso peatonal como un acceso para tráfico rodado y en su interior encontrarás estalactitas, estalagmitas, columnas, coladas… Todo un espectáculo de la naturaleza, una vez más.

Y cuando ya estés dentro del pueblo podrás ver unos cuantos hórreos típicos asturianos, un tipo de construcción muy peculiar de la zona.

Al pensar en Asturias y montaña, lo primero que se nos viene a la mente es la Ruta del Cares, en los Picos de Europa. Pero Asturias tiene otras muchas rutas y espacios igualmente impresionantes para disfrutar de la naturaleza.

Una de ellas es este puerto de montaña: Angliru. Es especialmente recomendable para amantes del ciclismo, pero ¡atención!, porque es una subida muy exigente. La cima está a 1573 metros y las vistas son de las mejores que puedes encontrar en la zona.

El Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer, diseñado por el arquitecto brasileño, es uno de los lugares más interesantes a nivel cultural de toda la región asturiana. Música, cine, teatro, danza y exposiciones que protagonizan una amplísima oferta cultural para todos los públicos, de grandes a pequeños, incluyendo a todos los miembros de la familia.

Asturias tiene atractivos para todos los gustos, y este es uno de los más destacados en relación con el arte y la arquitectura. El edificio en sí es una obra digna de admirar, y tiene, además, una gran variedad de exposiciones que puedes consultar con anterioridad, e incluso comprar las entradas de los que más te interesen. 

Los hórreos son construcciones típicas de la zona que se utilizaban para guardar las cosechas y la carne de la matanza. Su estructura en alto, sostenida por varias vigas, era precisamente para conservar estas cosechas y alimentos en un lugar seco y seguro.

Los hórreos de Espinaréu cuentan con una característica especial, y es que están perfectamente conservados y tienen distintas decoraciones talladas para proteger lo que había en su interior.

A tan sólo 3 kilómetros del centro de Oviedo, la capital asturiana, se encuentra esta joya del arte prerrománico del norte de España. Fue pensada como un palacio en primer lugar (residencia de Ramiro I) pero más tarde se convirtió en iglesia, y en todo un icono de arte prerrománico en la Península.

Muchos turistas se acercan a verla desde la salida de Oviedo hasta la subida al monte Naranco para disfrutar también de las vistas de la ciudad. Consejo: al atardecer el monte se tiñe de un color muy especial.

Hay un rincón perfecto para pararse simplemente a admirar el mar Cantábrico y respirar aire puro. Este sitio es el cabo Vidio, muy cerca del pintoresco y abarrotado pueblo de Cudillero.

Pasear por la zona y visitar su faro son dos opciones si se tiene algo más de tiempo para invertir para hacer slow travel.

Como bonus track, una recomendación es seguir a la cuenta de Instagram de Turismo de Asturias, en la que se publican fotos preciosas de la zona y buenas recomendaciones locales.