Las 10 mejores actividades en Viena

Con su cubierta de tejas de colores y sus elevadas agujas, la catedral de San Esteban es una de las estructuras góticas más bonitas del mundo. Además, es fácil de encontrar, ya que se encuentra en pleno corazón de la ciudad. Cuando accedas al interior, la impresionante nave central, decorada con elementos barrocos y las coloridas vidrieras, seguramente te dejará sin aliento. Tampoco te pierdas las peculiares esculturas del púlpito gótico, situado en la parte central. El autorretrato de piedra de su escultor anónimo asomando por una ventana, conocido popularmente como Fenstergucker, añade una nota desenfadada a un espectáculo bastante melancólico en general.

La noria de Viena, más conocida como Wiener Riesenrad, destaca por su pintoresco pasado. Su diseño, que data de 1897, fue obra de ingenieros británicos, pero hubo de reconstruirse debido a los daños que sufrió durante la Segunda Guerra Mundial y las 30 cabinas originales se redujeron a la mitad. Como curiosidad, apareció en 007: Alta tensión (1987), una película clásica de James Bond. Cuando una cabina alcanza la parte superior, a unos 65 metros de altura, se puede disfrutar de unas vistas impresionantes de toda Viena.

Cuando visites este magnífico palacio barroco de Viena, te harás una idea muy aproximada de cómo vivía la realeza europea entre los siglos XVII y XIX. El palacio de Schönbrunn cuenta con unas 1400 habitaciones con la decoración y el mobiliario originales, 40 de las cuales están abiertas al público. También se pueden contemplar los aposentos reales y otras galerías ornamentadas con unos frescos realmente excepcionales. Te recomendamos que reserves un tiempo para pasear por los extensos jardines privados, rebosantes de parterres, o por el parque conocido como Schönbrunner Schlosspark.

El zoo de Schönbrunn, conocido como Tiergarten Schönbrunn, es un oasis de 17 hectáreas situado cerca del palacio del mismo nombre, al sudoeste del centro de Viena. El dato más curioso es que data de 1752, lo que lo convierte en el zoológico más antiguo del mundo. De hecho, la arquitectura barroca original todavía se conserva perfectamente, por lo que es una visita todavía más especial. Aquí habitan más de 8000 animales de más de 700 especies, y es uno de los pocos zoos del planeta donde se pueden contemplar pandas gigantes. No te pierdas el invernadero de la selva amazónica, donde podrás admirar ejemplares de este interesante bioma del otro lado del planeta.

El palacio de Schönbrunn está rodeado de cuatro exuberantes oasis botánicos. La Casa de las Palmeras, o Palmenhaus Schönbrunn, es el más llamativo, ya que consiste en un enorme invernadero de estilo art nouveau de finales del siglo XIX que alberga miles de especies vegetales procedentes de todo el mundo. La parte exterior del armazón de acero está muy acertadamente pintada de color verde, mientras que las enormes columnas de hierro fundido que sustentan las secciones centrales de la estructura de vidrio y acero están diseñadas con forma de árboles. Después de admirar flores exóticas de todos los colores, te animamos a disfrutar de la sabrosa gastronomía vienesa en el restaurante ubicado en las instalaciones.

El Museo de Historia Natural de Viena alberga una maravillosa colección de más de 30 millones de ejemplares y artefactos procedentes de todo el mundo. Cuenta con unas 39 salas de exposición repartidas en dos plantas, en las que se exponen desde minerales, meteoritos y fósiles de dinosaurios, hasta vertebrados e instalaciones antropológicas. El museo también tiene un planetario en el que podrás emprender viajes alucinantes por el sistema solar, gracias a una serie de proyecciones a cúpula completa. La entrada cuesta en torno a 12 EUR por persona y es gratis para jóvenes de 19 años y menores.

El Volksgarten de Viena (literalmente, el "jardín del pueblo") está surcado por unos agradables senderos que llevan a una serie de jardines de rosas y parterres bellamente cuidados. Cuando pasees por este espacio verde, te rodearán más de 3000 rosales de 200 cultivares diferentes. Además, aquí descubrirás varios monumentos dedicados a personalidades vienesas, como el de la emperatriz Isabel, del escultor austríaco Hans Bitterlich. El jardín forma parte del palacio de Hofburg, en el distrito de Innere Stadt, que sirve como residencia oficial del presidente de Austria.

En pleno corazón de Viena se halla Stephansplatz, la gran plaza en la que se alza la catedral de San Esteban. Este centro neurálgico está rodeado de calles peatonales muy frecuentadas, por lo que es ideal para pasear. Del extremo sudoeste de la plaza sale la animada arteria comercial de Graben, junto a la estación de metro de Stephansplatz. Te recomendamos que tomes un café tranquilamente en una de las terrazas a la sombra que ocupan la calle. Además, probablemente amenizará tu estancia alguna de las bandas callejeras que suelen tocar junto a la emblemática Pestsäule, una columna monumental barroca coronada por una estatua de un color dorado deslumbrante.

Durante tu estancia en la capital austríaca, no puede faltar una visita a la Ópera Estatal de Viena. Su construcción data de la década de 1860, aunque sigue siendo tan majestuosa como entonces. Desde el instante en el que pongas pie en el vestíbulo, decorado profusamente con frescos, y en las elegantes salas de descanso, comprenderás por qué asistir a una ópera en el pasado era mucho más emocionante que ir al cine hoy en día. Como ya te imaginarás, los mejores asientos salen más caros que el último éxito de taquilla.