Los 10 canales más espectaculares de Ámsterdam

El canal de Singel es el primero de Grachtengordel (el Cinturón de Canales) si empiezas a contar desde el mismo centro de la ciudad hacia fuera. Data del siglo XV y conectaba el río Ámstel con la bahía del IJ.

El canal está decorado por pintorescos hogares de comerciantes y un par de monumentos destacados. Uno de ellos es la imponente Munttoren, una torre del siglo XVII ubicada justo donde el Singel desemboca en el río Ámstel. La casa del número 7 puede ser un tanto extraña, pero merece la pena visitarla, y es que es conocida por ser la casa más estrecha, ¡con un ancho de apenas 1 metro! Cuando estés por la zona, aprovecha para acercarte a la Ronde Lutherse Kerk, una llamativa catedral circular con un tejado en forma de cúpula.

El Keizersgracht (el canal del emperador) se remonta a principios del siglo XVII, cuando se trataba de una avenida repleta de residencias lujosas. Poco a poco, fue convirtiéndose en un canal rebosante de monumentos históricos. Entre algunos de los más destacados se encuentra la Embajada de la Mente Libre, un museo de arte medieval oculto tras la fachada de una imponente casa mercantil en el número 123.

Los Groenlandpakhuizen (almacenes de Groenlandia) son únicos, y es que se tratan de algunos de los últimos edificios que se usaban para almacenar aceite de ballena u otros productos similares. Ya te vamos avisando de que sus fachadas escalonados y sus ventanas ornamentales te fascinarán. El canal de Herengracht se encuentra entre Keizersgracht y Singel, por lo que contarás con la comodidad de poder explorar las tres zonas mientras paseas.

El Prinsengracht comienza en Westerdok, al norte, y se extiende a lo largo de más de 3 kilómetros por el río Ámstel. Gracias a la construcción del canal, Ámsterdam consiguió expandirse aún más, llegando a ser una de las mayores ciudades del mundo a comienzos del siglo XVII. A lo largo de este canal se emplazan algunos de los puntos más atractivos de la capital, como la Casa de Ana Frank, el Museo de Barcos y el Museo de los Tulipanes.

La iglesia Westerkerk y su despampanante campanario tampoco tienen pérdida, y es que es un punto de referencia para el Prinsengracht y el barrio Jordaan. Si mientras visitas la zona (ya sea a pie o en bicicleta) te entra un poco de hambre, aprovecha para visitar Papeneiland, un encantador bar que data de 1641. Sin duda, un lugar formidable para probar la cocina holandesa mientras disfrutas de unas espectaculares vistas del canal.

El Brouwersgracht (el canal de los cerveceros) suele considerarse como uno de los más pintorescos de la ciudad gracias a sus preciosos puentes y casas de mercaderes construidas durante la Edad de Oro holandesa. Tal y como su propio nombre sugiere, este canal estuvo una vez repleto de cervecerías en las que descansaban los comerciantes después de la faena.

Los monumentos culturales que han sobrevivido a lo largo de los siglos incluyen el que se encuentra en el número 20, una casita de una sola planta, o las casas de los números 188 y 196, con sus preciosas contraventanas granates. La destilería artesanal A Van Wees - de Ooievaar es una de esas experiencia culturales que no puedes perderte si visitas Ámsterdam. Ofrece excursiones y catas de sus ginebras y licores de autor, los cuales se destilan en auténticas calderas de cobre tal y como marcan sus centenarias recetas.

El Herengracht (el canal de los señores) debe su nombre a las ricas gentes de negocios que ocupaban sus residencias, y solía ser un lugar tanto para ver como para ser visto en Ámsterdam. Muchos de sus habitantes originales trabajaron para la Compañía Holandesa de las Indias Orientales. Gracias a ello, pudieron levantar las casas más elegantes de Herengracht. En la plaza Herenmarkt hallarás la antigua sede de la compañía.

Hoy en día, Herengracht es hogar de multitud de museos y de más de 400 viviendas consideradas monumentos nacionales. Si lo tuyo es la moda y el diseño, no puedes perderte el Museo de Bolsos y Monederos. El Museo de los Canales en el número 386 es la oportunidad perfecta para descubrir la historia y los usos de la intrincada red de canales.

La extensión del Oudezijds Voorburgwal es tan solo de 750 metros, pero le sobran tesoros arquitectónicos y monumentos antiguos. Su encanto te atrapará en cuanto te adentres en la calle. Una visita obligada es Het Wapen van Riga, una llamativa casa de comerciantes construida en 1605 con una fachada escalonada perfectamente ejecutada. Otro monumento simbólico es Oude Kerk, la iglesia más antigua de Ámsterdam. Como siguiente parada en tu itinerario te recomendamos Agnietenkapel, una capilla gótica cuyos orígenes se remontan a 1470.

Adéntrate en una parte menos conocida de la historia de la ciudad en el museo Nuestro Señor en el Ático, una recóndita iglesia católica erigida en una época en la que los oficios estaban prohibidos.

El Singelgracht fue antaño el anillo exterior de Ámsterdam, y servía como línea defensiva. Hoy en día, el canal serpentea a través de varios distritos y pasa por algunos de los lugares de interés más destacados del lugar. Por ejemplo, el Rijksmuseum, con exposiciones de obras de artistas holandeses de renombre, como Rembrandt van Rijn y Vincent van Gogh.

Desde las orillas del Singelgracht puedes adentrarte en el parque Vondelpark, ver la torre de defensa de Muiderpoort o visitar el impresionante Tropenmuseum y deslumbrarte con sus magníficas exposiciones etnográficas. Y, para rematar, si tiene apetece un poco de fauna, a tan solo un paseo del museo hallarás el Artis Royal Zoo, para que no le falte nada a tu viaje.

Con una longitud de solo 550 metros, el Kloveniersburgwal es el canal más corto del centro de la capital. Sin embargo, es también uno de los más originales, y, junto con los de Singel y Geldersekade, constituyó la primera línea defensiva allá por el siglo XV.

La majestuosidad de las estructuras que se alzan sobre sus calles empedradas no tiene parangón, tales como la mansión Trippenhuis en el número 29, o la estrechísima casa del número 26. Muchos de los edificios históricos que se elevan a lo largo del Kloveniersburgwal se han convertido hoy en día en un campus universitario, como el magnífico Bushuis y el Oudemanhuispoort. Además, este canal también cuenta con una excelente selección de cafeterías, restaurantes internacionales y heladerías. Vamos, que lo tiene todo.

Las raíces del Entrepotdok no son tan antiguas como las de otros canales de Ámsterdam. Eso sí, sigue siendo una vía fluvial significativa, sobre todo desde el punto de vista de los turistas. Lo más notable es la hilera de casas de mercaderes que se extiende a lo largo de toda la parte norte del canal, lo que hace de esta zona el mayor complejo habitado de casas de mercaderes de la ciudad.

En cuanto cruces el Nijlpaardenbrug (el puente del hipopótamo) y llegues a la orilla sur, podrás visitar el Museo de la Resistencia. Sus paredes te transportarán al pasado a través de la historia de la resistencia, la persecución de los judíos y el día a día en la ciudad entre 1940 y 1945. Además, cerca del museo tienes Artis Zoo, un famoso zoológico situado en Entrepotdok.

El Nieuwe Herengracht es una prolongación del Herengracht: comienza al otro lado del río Ámstel y finaliza en el puente levadizo de Scharrebiersluis. Si bien es cierto que este canal no cuenta con tantas casas históricas como otras avenidas, sí que alberga algunos parques encantadores y un impresionante monumento. El museo Hermitage es el primer lugar que atisbarán tus ojos desde el río, y sus exposiciones de cultura, historia y arte no te defraudarán.

No olvides recorrer el Hortus Botanicus de Ámsterdam, un enorme jardín botánico con miles de especies de plantas y flores exóticas. Desde el jardín puedes adentrarte en Wertheimpark, donde relajarte tras las visitas que tuvieras en mente para el día. En este parque podrás ver además el monumento a Auschwitz, un recordatorio aleccionador del sombrío pasado de la ciudad.