La carretera de Trollstigen, también conocida como la Ruta 63, atraviesa algunos de los paisajes más impresionantes de Noruega. Aunque en prácticamente todos los rincones de este país del norte de Europa se pueden contemplar unas vistas espectaculares, merece la pena visitar esta carretera que serpentea entre valles exuberantes, cascadas estruendosas, fiordos plácidos y pueblecitos encantadores.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que solo está abierta en verano, ya que incluye algunos pasos de montaña con curvas cerradas a gran altura. Eso sí, esto no impide que sea una de las vías más frecuentadas de Noruega, salpicada de miradores espectaculares prácticamente a cada paso.
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Andalsnes
Una localidad con reminiscencias alpinas en plena Noruega
Andalsnes se encuentra en la desembocadura del río Rauma, a orillas del fiordo de Romsdal. Es una de las poblaciones más grandes de la región y un importante centro de transportes gracias a su puerto, de proporciones considerables. Lo cierto es que no es un lugar que destaque, pero su emplazamiento, sí: resulta ideal para disfrutar de la espectacular naturaleza que lo rodea.
El fiordo de Romsdal es uno de los valles más románticos de Noruega gracias a las altas laderas y al paisaje impresionante que lo rodean. Las numerosas montañas de los alrededores atraen a escaladores y artistas desde hace siglos, lo que le ha valido a Andalsnes una reputación semejante a la de muchas ciudades alpinas del centro de Europa.
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Trollstigen
Una carretera que serpentea por un empinado valle
Los cinco kilómetros de asfalto más famosos de Noruega son, sin lugar a dudas, el tramo conocido como la "escalera del trol". Debido al riguroso clima invernal del país solo está abierta seis meses, pero eso no impide que más de 150 000 vehículos la visiten cada año, a lo que hay que sumar todas las personas que se acercan a pie desde los caminos cercanos.
Aunque la experiencia de conducir por esta carretera con 11 curvas de 180 grados ya es emocionante de por sí, los miles de conductores y ciclistas que acuden hasta aquí lo hacen para disfrutar de las vistas. Trollstigen se abre paso por la ladera del valle de Valldal, en el que también se puede admirar una cascada espectacular junto a la carretera.
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Valldal
El paraíso de las caravanas
La pequeña localidad de Valldal, también conocida como Sylte, se concentra en torno a la desembocadura del río Valldola, en la orilla norte del fiordo de Norddal. Contiene un gran parque de caravanas, que ocupa aproximadamente un cuarto de la pequeña superficie de la población, y cuenta con otros parques en las cercanías.
Valldal es un lugar que podría definirse como funcional, ya que es la capital administrativa del municipio. Si bien las vistas del sinuoso valle de Valldal y del espectacular fiordo de Norddal son las principales atracciones, también merece la pena visitar la encantadora iglesia de Sylte y las cercanas montañas de Tafjord.
Mapafoto de dconvertini (CC BY 2.0) modificada
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Norddal
Un rincón pintoresco junto a un fiordo
El pueblecito de Norddal, con algo menos de 200 habitantes, está concentrado en un recoveco al pie de unos imponentes acantilados, en la orilla sur de un fiordo. Tanto la localidad como el fiordo y el municipio en el que se hallan comparten el nombre de Norddal, que literalmente significa "valle del norte".
Además del paisaje pintoresco, la atracción estrella de este pueblecito es la iglesia. El aspecto y el emplazamiento actuales del edificio datan de 1782, pero su historia se remonta a 150 años atrás, al igual que su curiosa planta octogonal. Norddal es también un punto de partida popular de las caminatas hacia Geiranger.
Mapafoto de Frokor (CC BY-SA 3.0) modificada
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Geiranger
La puerta de entrada a uno de los fiordos más impresionantes de Noruega
El fiordo de Geiranger es uno de los lugares más turísticos de Noruega debido a su belleza espectacular. Justo en la boca del fiordo se encuentra la localidad homónima, que cuenta con uno de los puertos de cruceros más grandes y frecuentados del país. Ya solo la experiencia de desplazarse hasta aquí vale la pena, tanto en barco por el fiordo como en coche por la sinuosa Ornevegen (literalmente, la "carretera del águila").
Cuando llegues a la pequeña localidad, no olvides disfrutar de las vistas que ofrece el mirador de Flydalsjuvet y dar un paseo en barco por el fiordo para ver las Siete Hermanas, una cascada que cae por las escarpadas laderas del valle en siete torrentes separados.
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