10 lugares de Amalfi que solo conocen sus habitantes

La playa de Fornillo es un destino ideal para quienes desean vivir una experiencia romántica y relajante en Amalfi. Aquí no encontrarás las multitudes típicas de zonas más turísticas, como Marina Grande.

La playa suele ser tranquila, ya que la visitan más lugareños que viajeros. Esto la convierte en un lugar ideal para disfrutar del cálido sol, la suave arena y el rumor de las olas en soledad, en pareja o con la familia.

Conca dei Marini es una pequeña localidad de la costa amalfitana en la que se puede disfrutar de un montón de actividades interesantes. Aquí encontrarás huertos de limoneros que envuelven toda la región en su delicioso aroma, así como flores de vivos colores que convierten el paisaje en un espectáculo visual.

En la zona de costa, puedes descansar en la playa, dar un paseo en una embarcación y practicar submarinismo. También alberga lugares históricos, como la iglesia de San Pancracio Mártir y el convento de Santa Rosa, este último reconvertido en hotel y spa.

Cantine Marisa Cuomo es una bodega situada en lo alto de unos acantilados que se elevan sobre el mar de Furore, en la costa amalfitana. Cultivan sus propias uvas y las usan para elaborar unos vinos increíbles, gracias a secretos antiquísimos que guardan con celo.

Evidentemente, las tecnologías modernas les permiten poner en práctica estas recetas de manera más eficiente que nunca. No dudes en visitar la bodega para ver el proceso de elaboración con tus propios ojos. También puedes disfrutar de una cata de vinos mientras contemplas el pintoresco paisaje de los alrededores.

El monasterio de Santa Rosa es un monasterio del siglo XVII de Conca dei Marini que se transformó en un complejo turístico exclusivo tras la restauración del antiguo edificio. En este rincón recogido podrás disfrutar cómodamente de cuatro niveles de jardines exuberantes en una de las numerosas tumbonas que están disponibles.

La oferta de tratamientos e instalaciones para relajarse en el spa es de lo más variada, ya que incluye masajes, baños turcos y una piscina de hidromasaje. Si te apetece refugiarte del bullicio de Amalfi, en el monasterio de Santa Rosa también encontrarás varios jardines secretos.

Si buscas un restaurante íntimo con platos sencillos de la gastronomía italiana clásica, tienes que probar Da Adolfo. Este restaurante de Positano está en primera línea de playa, de modo que podrás disfrutar de unas vistas panorámicas del mar mientras saboreas las mejores recetas de la costa amalfitana.

La especialidad de Da Adolfo es el pescado y el marisco. Te recomendamos que pruebes los mejillones y los espaguetis con calamares y calabacín. Lo mejor de todo es que el restaurante está tan aislado que tendrás que desplazarte en bote hasta la playa de Laurito para visitarlo.

La pequeña localidad de Praiano es un tranquilo rincón lleno de encanto en plena costa amalfitana. No suele recibir una gran afluencia de turistas, de modo que no tendrás que preocuparte por las multitudes.

A pesar de la calma que se respira en la región, durante tu visita podrás realizar varias actividades emocionantes, como recorrer los caminos que bordean la costa, donde encontrarás azulejos pintados y una iglesia en ruinas dedicada a san Jenaro. En los numerosos restaurantes de Praiano podrás probar platos auténticos de la gastronomía italiana, así como pescados y mariscos exquisitos.

Ravello es una localidad turística de la costa amalfitana que te sorprenderá por su interesante pasado histórico. De hecho, es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. La catedral de Ravello tiene en torno a mil años de antigüedad, mientras que en su museo se exponen numerosas obras de arte centenarias.

Por supuesto, en un viaje a Ravello no puede faltar una visita a Villa Rufolo. Esta obra maestra de la arquitectura data de finales del siglo XIII y destaca por su estética con influencias normandas y moriscas.

Atrani es un destino relativamente desconocido de la costa amalfitana. Dado que no suelen acudir hasta aquí muchos turistas, podrás sumergirte de lleno en la cultura italiana a tu aire.

Atrani no es un lugar llamativo ni demasiado moderno, sino que destaca principalmente por las hileras de casas multicolores que asoman en este rincón de la costa. Es una localidad que atrae sobre todo a las personas deseosas de vivir una experiencia más modesta en Italia, centrada en la sencillez de la región. Vale la pena acercarse hasta aquí para disfrutar de playas impolutas, vistas imponentes y, por supuesto, un vino magnífico.

La colegiata de Santa María Magdalena es un impresionante logro de la arquitectura del siglo XIII. Se trata del único edificio de estilo rococó de la costa amalfitana.

La iglesia se construyó en 1274 sobre las ruinas de una fortaleza medieval y, desde entonces, se modificó en varias ocasiones. En el siglo XVI se amplió con un campanario, y en los siglos XVIII y XIX se le añadieron diversas pinturas y estatuas.

Aunque los antiguos romanos lo consideraban la puerta de acceso al inframundo, el lago Averno es hoy en día uno de los lugares más tranquilos y pintorescos de la costa amalfitana. Las apacibles aguas de este lago en el cráter de un volcán y la vegetación que lo rodea ejercen una influencia casi hipnótica sobre quienes lo visitan.

En la zona también encontrarás ruinas romanas que vale la pena explorar, de modo que podrás combinar naturaleza e historia en un agradable paseo. Prácticamente todas las personas que visitan el lago Averno son de los alrededores, de modo que no tendrás que preocuparte por las muchedumbres.