Los 10 mejores planes para hacer en Brighton

El Brighton Palace Pier, flanqueado por ondeantes banderas del Reino Unido e iluminado todas las noches, es la clásica imagen de atracción costera británica. Su espigón de madera es un lugar animado en el que grandes y pequeños disfrutan del ambiente de feria.

Aquí encontrarás salones recreativos, atracciones de feria y multitud de puestos donde comer helados, donuts y palos de caramelo. Ve a por todas y pruébalo todo.

Hay que reconocer que un día en la playa no está completo si no se mojan los pies en el agua y se da un paseo por la arena. Aunque la playa de Brighton, en gran parte de guijarros, carece del atractivo de la arena fina y la palmeras mecidas por la brisa, no deja de ser un lugar muy popular que invita a descansar un rato mientras se contempla el vaivén de las olas. Además, cuando la marea baja, es posible encontrar alguna franja de arena en la que sentarse.

La playa rebosa color y vida en verano y el paseo marítimo cuenta con tiendas de recuerdos, heladerías y atracciones que te ayudarán a pasar un buen rato si el sol se esconde.

Además de ser el más grande de Europa, el puerto deportivo de Brighton es un lugar que enamora a los marineros de agua dulce gracias a su variada oferta de tiendas, gastronomía y atracciones. Se encuentra en el extremo occidental de la playa de Brighton, una zona que se ha gentrificado tras la construcción de un centro comercial, un casino, un hotel de lujo y una serie de restaurantes a orillas del mar.

Aquí encontrarás más de 30 locales en los que podrás probar sabores de todo el mundo, desde curri indio hasta tacos mexicanos. Las familias se lo pasarán en grande en la bolera, el teatro, el multicine y el original golf que brilla en la oscuridad. También vale la pena visitar el mercado al aire libre que se instala el primer domingo del mes, con puestos de artesanía, productos frescos y una agradable atmósfera festiva.

El Pabellón Real de Brighton, una de las residencias reales más exóticas de Inglaterra, guarda cierto parecido con el Taj Mahal debido a sus cúpulas bulbosas y sus torres de arenisca. Este llamativo palacio del siglo XIX era el refugio del príncipe de Gales cuando deseaba alejarse de Londres y recibir a sus amigos.

Hoy en día la monarquía ya no lo utiliza, pero no es difícil imaginarse las grandes fiestas que acogía en el pasado al visitar sus opulentas salas de baile y los salones de banquetes. Según se cuenta, los festines incluían hasta 70 platos diferentes.

Este punto de referencia moderno es una prueba de que Brighton es mucho más que un montón de edificios históricos. Atrévete a ascender hasta los cielos en la cápsula de esta torre de 140 metros de altura. El paseo dura 25 minutos y te ofrece unas vistas increíbles.

Después de tu viaje al cielo, no olvides tomar algo en el West Beach Bar & Kitchen, situado en la base de la torre. Esta altísima atracción no tiene pérdida, ya que se encuentra en primera línea de playa, cerca de las ruinas del muelle Oeste.

Si buscas algo diferente de las grandes marcas que todo el mundo conoce, no dudes en dirigirte a North Laine. Se trata de un barrio un poco excéntrico que alberga más de 300 tiendas en Sydney Street y Gloucester Road en las que encontrarás de todo, desde obras de arte procedentes de países exóticos hasta diseños británicos originales y un montón de creaciones kitsch con un aire retro.

En esta zona también abundan los estudios de artistas, en los que se pueden adquirir sus obras, así como las tiendas de ropa y de artículos para el hogar originales y exclusivos. Si prefieres ir a la caza de gangas, puedes encontrar auténticos tesoros en el mercadillo de North Laine, en Upper Gardener Street.

Este popular destino turístico está formado por un laberinto de callejuelas singulares en las que el encanto histórico está envuelto en un ambiente moderno y multicultural. Por todas partes se oye música en directo, ya sea en tiendas, cafeterías o bares, y se puede contemplar un sinfín de edificios antiguos.

La zona de The Lanes, de menos de tres kilómetros cuadrados, era en el pasado una aldea de pescadores de la que todavía se conservan algunas casitas antiguas decoradas con macetas de flores y banderines de colores colgados de los tejados. Para llegar a The Lanes desde la costa, basta con tomar Black Lion Street y seguir a los viandantes.

Cuesta creer que la sala de conciertos del Brighton Dome fuera originalmente la caballeriza real, dada la majestuosidad de esta zona. Se convirtió en teatro en 1866 y, desde entonces, se representan numerosos espectáculos en directo. Sus principales reclamos son las actuaciones musicales en vivo y los monólogos humorísticos, aunque, con tres escenarios distintos, seguro que encuentras algo que encaje contigo.

El Brighton Dome es fácil de encontrar, ya que comparte los jardines con el Pabellón Real. Durante el mes de mayo, el Brighton Dome acoge numerosos espectáculos del festival Brighton Fringe.

Si buscas los pubs y los locales nocturnos que han hecho famoso a Brighton, empieza por West Street, una calle muy fácil de encontrar en la que seguro que encontrarás algo de tu gusto entre tantos bares y restaurantes.

West Street atraviesa el centro de la ciudad y finaliza en la playa. Entre los bares más populares destacan el pub irlandés Molly Malone's, la moderna coctelería Revolution y el animado Bedrock. Los fines de semana, la calle suele estar abarrotada, pero puedes escaparte a la cercana Middle Street para disfrutar de un ambiente algo más tranquilo.

El Pier Nine, en el frente marítimo de Brighton, es un moderno casino con mesas de juego, máquinas tragaperras y un bar y restaurante. En otros tiempos era conocido como el antiguo Grosvenor Casino, y presentaba un ambiente más tradicional.

Ahora es más moderno y elegante, aunque conserva hasta cierto punto la antigua estructura de cine "art déco". El Pier Nine cuenta con tres plantas con juegos de casino clásicos y retro, además de lo último en juegos digitales. Como está abierto las 24 horas, puede ser una buena opción para cuando cierren las discotecas y aún te quede energía, y dinero, para gastar.