Las 11 mejores playas de Suffolk

Shingle Street es un tranquilo y bello tramo de costa al sur de Woodbridge que parece virgen, a pesar de haber tenido sus historias en la mismísima Segunda Guerra Mundial. El lugar se evacuó en 1940 y se convirtió en un campo de minas para repeler una posible invasión alemana. Hoy en día, se mantiene como un lugar solitario, aunque ya haya pasado mucho tiempo desde que se limpió y se certificó su seguridad.

Como su nombre sugiere en inglés, esta bonita franja de litoral es de guijarros, pero no hay ninguna calle; de hecho, solo tienes que cruzar una zona de marismas para llegar. ¿La recompensa? Un paisaje marítimo inmaculado con muchas aves y fauna silvestre. Por si esto fuera poco, sus aguas son tranquilas y perfectas para el baño. Eso sí, ten en cuenta que son bastante más frías que las nuestras.

La playa de Orford Ness forma parte de la reserva natural nacional del mismo nombre y es un lugar en el que la belleza natural se da la mano con la historia bélica. Aquí tendrás la oportunidad de ver una serie de contrastes únicos en antiguas estructuras militares llamadas "pagodas" que se usaron en la investigación británica de la bomba atómica y que, en la actualidad, sirven como miradores para contemplar el terreno de guijarros y marjales.

La atmósfera de solitud de este rincón de la costa se ve reforzada por un faro abandonado que data de 1792. Si planeas visitar Orford Ness, debes hacerlo con antelación, ya que la National Trust controla el acceso de forma estricta para proteger los frágiles hábitats de la zona. De hecho, se proporcionan visitas acompañadas para garantizar tanto la seguridad del entorno como la de las personas.

La playa de Covehithe es una hermosa franja de litoral que pertenece a la reserva natural nacional de Benacre, en Suffolk. Las aguas aquí son tranquilas y perfectas para nadar o montar en piragua, mientras que la zona acoge una naturaleza muy variada, por lo que es muy probable que veas aves variadas durante tu día en la playa.

Para llegar debes aparcar el coche junto a las localidades cercanas antes de seguir el estrecho sendero que, atravesando algunas dunas y campos, llega hasta la playa. De hecho, solo se puede acceder a ella a pie o en bici. Durante el camino te tropezarás con uno de los edificios históricos más conocidos del lugar, las gigantescas ruinas de la iglesia de San Andrés, que se elevan imponentes sobre unos campos de hierba.

La playa del Sur es un lugar divertido para pasar un día con los reyes de la casa, ya que se trata de un amplio tramo de arena con aguas tranquilas que garantizan un baño seguro. Además, la zona está bien provista de instalaciones, e incluso cuenta con un acceso para silla de ruedas que va desde el paseo hasta la orilla. Se trata de un rincón perfecto para jóvenes y no tan jóvenes, pero, eso sí, no se admiten perros, así que si tu familia incluye un fiel amigo... tendrá que esperar a que volváis a casa.

Y por cierto, también verás algunas cafeterías y locales de comida junto a la playa, así que no tienes que preocuparte por llevarte el almuerzo. Entre todos ellos destaca Sandy Toes, muy popular entre los lugareños para tomar helado. Por su parte, The Thatch es un sitio de moda en el que podrás disfrutar de un café y bocadillos. ¿Más planes en familia? Quizá os apetezca completar el día en la pista de patinaje y la zona recreativa de Claremont Pier.

La playa The Denes es la principal franja de arena y guijarros de la localidad, un lugar situado al sur del animado Southwold Pier. Se trata de un tramo de costa amplio con algunas dunas que realzan su belleza, y su extremo sur se halla protegido por marjales justo antes de la desembocadura del río Blyth.

Si planeas una escapada en familia, y con el perro, esta es tu playa. Desde Denes, solo tienes que caminar un poco en dirección norte para llegar a Southwold, y tomar algo o visitar esta antigua localidad portuaria. Llegar a la playa es también muy fácil, y la zona cuenta con un amplio espacio para aparcar los coches detrás de las dunas.

La playa de Felixstowe es un tramo de arena y guijarros de 6,4 kilómetros de longitud que discurre junto a un paseo perfecto para caminar sin prisas mientras contemplas el paisaje. Si te gusta despertarte temprano, no pierdas la oportunidad de venir a contemplar cómo se eleva el sol sobre las tranquilas aguas del mar del Norte. Y es que la zona cuenta con muchas razones para dar paseos, entre ellas, elegantes edificios eduardianos, los bellos Sea Front Gardens y las casetas de colores que se alinean frente al mar. ¿Eres más de tardes? No importa, el paisaje sigue siendo igual de bonito durante la puesta de sol.

Por su parte, las aguas aquí son tranquilas y seguras para nadar, y algunos visitantes incluso practican piragüismo. Si viajas en familia, no pierdas la oportunidad de disfrutar con ella en el Ocean Boulevard Fun Park, en los alrededores, o con las atracciones de Felixstowe Pier.

La playa de Thorpeness es un tramo de litoral escarpado con guijarros al norte de Aldeburgh. Este lugar protagoniza la oferta turística del pueblo homónimo junto con un amplio campo de golf y un lago navegable. Aunque en ella no podrás construir castillos de arena, la excursión merece la pena gracias a su belleza y a su atmósfera tranquila.

El paisaje costero, con pintorescas casitas que miran al mar, siempre está salpicado de algún que otro pescador local esperando pacientemente junto a su caña. Y a solo diez minutos a pie de allí encontrarás un lago navegable conocido como Thorpeness Meare. Si de repente tu mirada tropieza con una casa que parece estar suspendida sobre las copas de los árboles, no estás soñando: es la llamada "casa en las nubes", una torre de agua construida en 1923 y reformada en estilo neotudor cuya parte superior sobresale por encima de la foresta de la zona.

Walberswick es una franja de arena larga e inmaculada ubicada en Southwold. La encontrarás al sur de la playa The Denes y al otro lado de la desembocadura del río Blyth. El lugar se encuentra protegido por dunas de baja altitud con zonas de marismas, y está compuesto en parte por arena y en parte por guijarros.

Cuenta con una zona de acampada específica y es frecuente ver a las familias jugando con cometas o buscando cangrejos en el extremo norte. A medida que te alejas de allí en dirección sur, el ambiente se va haciendo más tranquilo, e incluso verás bañistas con o sin bañador. Cerca de la zona de aparcamiento hay camiones de helados, pero también puedes pasear hasta el pueblo de los alrededores para ir de compras o tomar algo en sus cafeterías.

La playa de Dunwich Heath forma parte de una ruta costera virgen donde habitan multitud de especies de aves debido a los brezos y tojos que abundan en los meses estivales. Estos brezales, que bordean el sendero, son inconfundibles gracias a su intenso color púrpura cuando están en plena floración.

Cerca de allí se encuentran las ruinas de un monasterio franciscano del siglo XIII, la granja Mount Pleasant, que la National Trust está utilizando para recuperar los pastos y brezales de la zona, y la reserva natural de Minsmere, donde podrás entrar en numerosos observatorios para contemplar aves y otros animales. ¡Incluso hay uno instalado en un árbol! No pierdas la oportunidad de acercarte a las casetas de los guardacostas para deleitarte con unas fabulosas vistas del mar y los acantilados. Si calculas bien el tiempo, podrás disfrutar de un tentempié en las casitas reconvertidas en salones de té.

La playa de Aldeburgh es un lugar perfecto en el que disfrutar de una escapada típicamente inglesa junto al mar de Suffolk, pues se trata de un tranquilo tramo de guijarros bordeado de bonitas casas de color pastel. Si caminas por la costa, te encontrarás también con una zona de cabañas pescadores.

Al norte de la playa se eleva la Vieira, una instalación artística de cuatro metros de altitud de la escultora Maggi Hambling, originaria de la vecina localidad de Sudbury, y ensamblada por dos herreros, Sam y Dennis Pegg, padre e hijo. ¿Tienes hambre? Pues la solución es bien fácil: entra en cualquier local de fish and chips y disfruta de un pescado excelente gracias a las capturas frescas del día de los pescadores locales. De entre ellos, te recomendamos sitios como Aldeburgh Fish & Chip Shop.

Una visita a la playa de Kessingland te regalará un amplio paisaje de arena y guijarros bordeado de acantilados de baja altura y dunas cubiertas de barrón. La existencia de esta especie perenne se debe al escritor de novelas de aventuras inglés sir Henry Rider Haggard, quien tenía una casa de verano aquí y la plantó para proteger la playa de los vientos del mar del Norte.

Esta costa bien preservada y llena de encanto es lugar de relax para lugareños y visitantes que buscan una atmósfera tranquila, ya que no suele llenarse ni siquiera en verano. Además de recorridos sin prisa por el paseo marítimo, este rincón es perfecto para disfrutar de la arena y el agua. Los fuertes vientos que soplan por aquí también lo convierten en un destino fantástico para practicar surf. Pero si no te gusta cabalgar las olas, no te preocupes, porque el agua cerca de la orilla también es muy buena para nadar.