Las 10 mejores cosas que hacer en Eastbourne

Al igual que muchos otros muelles de Inglaterra, el de Eastbourne ha tenido sus altibajos a lo largo de la historia. Las obras en la estructura comenzaron en 1866 y, aunque se inauguró formalmente cuatro años después, no se completaron debidamente hasta 1872. Pocos años después, las tormentas causaron daños en el muelle y, durante la Segunda Guerra Mundial, una mina explotó en el lugar. Por si esto fuera poco, se produjeron dos incendios tras la guerra que destruyeron algunos tramos.

Hoy en día, gracias a una inyección de efectivo y a un inversor privado dispuesto a apostar por su futuro, el muelle restaurado de Eastbourne es una de las atracciones más populares de la localidad. De hecho, es un lugar muy frecuentado tanto por los residentes como por los visitantes, ya que cuenta con un salón de té de estilo victoriano, un establecimiento tradicional de fish and chips, un local de jazz y varios espacios para la celebración de eventos.

El puerto deportivo de Sovereign Harbour presta un servicio incomparable a los usuarios de yates y embarcaciones de motor, ya que cuenta con todas las instalaciones que cabe esperar de un puerto de esta categoría, como combustible, amarres eléctricos y estaciones de bombeo. Además, el lugar está lleno de cafeterías, restaurantes y tiendas.

Si el cuerpo te pide un poco de aventura, la empresa Full Throttle Boat Charters ofrece emocionantes viajes en embarcaciones semirrígidas. Prepárate a sufrir unas cuantas sacudidas y zarandeos durante el trayecto a cambio de una experiencia divertidísima que nunca olvidarás. Antes de que se planeara el desmantelamiento del emblemático faro en 2020, se podía navegar entre el puerto deportivo de Sovereign Harbour y el cabo Beachy para contemplar este punto de referencia desde el agua. Aun así, vale la pena realizar este recorrido en embarcación para admirar los acantilados. No olvides llevar ropa impermeable, ya que es muy probable que acabes empapado.

El gobierno ordenó la construcción de la torre Wish de Eastbourne a principios de 1800 como parte de una serie de fortificaciones costeras diseñadas como protección contra posibles incursiones de Napoleón Bonaparte. Se edificó en torno a un centenar, pero hoy en día solo se conservan 43. La torre Wish es una de las dos que se mantienen en buenas condiciones y que gestiona el Estado. Actualmente, se realizan visitas guiadas por la torre y el foso seco a cargo de voluntarios para contribuir al pago del mantenimiento de esta joya del patrimonio de Eastbourne.

No muy lejos se halla el Museo de Botes Salvavidas, ubicado en un antiguo cobertizo, donde podrás conocer mejor la historia de los rescates en el mar y de las lanchas de salvamento que han velado por la seguridad de los residentes en el lugar desde 1822. En el extremo opuesto del jardín en el que se encuentra el museo se alza la estatua de Spencer Compton, duque de Devonshire, que ocupó el cargo de alcalde de Eastbourne, líder del Partido Liberal y líder de la Cámara de los Lores a finales del siglo XIX y principios del XX.

El Reducto de Eastbourne es una de las numerosas fortalezas costeras que se construyeron a principios del siglo XIX para repeler un posible ataque de los ejércitos napoleónicos. Sin embargo, en el momento en que se completó su construcción, la amenaza ya había desaparecido. Sus cañones solo se dispararon una vez, cuando se detectó la presencia de un buque de guerra francés, aunque no llegaron a dar en el blanco. Durante muchos años, el Reducto albergó una guarnición, pero hoy en día se ha reconvertido en un museo militar que cuenta la historia de los Reales Húsares Irlandeses de la Reina y del Regimiento Real de Sussex.

La escultura situada a la entrada del Reducto es un guiño al pasado marinero de Eastbourne. Representa un acimut formado por fragmentos de defensas marinas recuperadas. Según cómo se interprete la obra, puede parecer una criatura mítica o los restos de un naufragio. Si le echas un vistazo de cerca, verás que el artista grabó en la madera algunos relatos de acontecimientos históricos.

Las locomotoras a escala 1:8 de la compañía Eastbourne Miniature Steam Railway realizan una ruta sinuosa de kilómetro y medio por un parque. Entre las 10 locomotoras que se usan, destaca la LMS Royal Scot Class, con su característico color burdeos, y la GWR clase 38XX verde oscuro. La más antigua de la colección es una reproducción a escala de la LNER Class A1 4472 Flying Scotsman.

El parque está dispuesto en torno a un gran lago en el que habitan numerosos animales y, sobre todo, aves. Los niños también se lo pasarán genial en el laberinto y el parque infantil, mientras que los apasionados de los trenes apreciarán enormemente las maquetas de trenes y la tienda de recuerdos con temática ferroviaria.

Al igual que muchas otras playas de la zona, la de Eastbourne es básicamente una franja de guijarros, aunque lo bastante amplia para que se pueda disfrutar tranquilamente de ella cuando la marea sube. Hay unos cinco kilómetros de playas en la localidad, algunas de ellas ideales para practicar deportes acuáticos. En algunos lugares, cuando la marea baja, las olas dejan a la vista pequeñas piscinas de rocas y alimentan las esperanzas de encontrar fósiles antiguos.

A poca distancia del centro se halla Holywell Retreat, una pintoresca playa incluida en una zona de conservación marina, con las típicas casetas de playa inglesas, una cafetería y unos jardines italianos en el acantilado. Si lo que buscas es paz y tranquilidad, no dejes de visitar las apacibles playas de King Edward, desde donde podrás admirar unas excelentes vistas de los acantilados de creta.

El parque de atracciones de Treasure Island es un complejo de ocio con zonas cubiertas y al aire libre muy popular de Eastbourne. A los pequeños aspirantes a piratas y bucaneros les encantará la temática marinera del lugar. No hay nada como visitar en verano el espacio al aire libre dedicado a John Silver el Largo, donde los niños se divertirán trepando y jugando por los toboganes, los puentes y las pasarelas de cuerdas entre los restos de un naufragio. Incluso hay una tirolina y tesoros ocultos en la arena de la playa.

Si el tiempo no acompaña, hay un espacio de interior donde los temibles bucaneros se lo pasarán genial con los hinchables, las piscinas de bolas, los toboganes y las tirolinas. Además, existe una zona separada para los miembros más pequeños de la familia.

En las cercanías de Eastbourne se halla el cabo Beachy. Con sus 162 metros, se considera el acantilado de creta más alto de Gran Bretaña. Como consecuencia de esto, los suicidios son bastante habituales en la zona, lo que ha hecho tristemente célebre al cabo. Las olas del canal de la Mancha golpean sin descanso la base del acantilado, cuyo material rocoso relativamente blando no puede competir con ellas. Además, son habituales los desprendimientos de rocas; en ocasiones, tras períodos de frío y lluvias intensas, el hielo que se forma en la superficie se rompe y arranca partes del acantilado, con trágicas consecuencias.

En la cima del acantilado existe un camino por el que se puede pasear para contemplar las vistas entre Dungeness y Selsey Bill. Muchos visitantes acuden aquí para disfrutar de las vistas de los acantilados Seven Sisters, que toman su nombre de las siete colinas de creta que forman esta parte de Sussex. Esta pintoresca visión ha aparecido en películas como Robin Hood: Príncipe de los ladrones (1991) y Expiación (2007).

Con sus 1700 asientos, el Teatro Congress es el centro neurálgico de las artes escénicas en Eastbourne. Este edificio protegido de grado II, recientemente renovado, es el teatro más grande de la costa sur del país. Se construyó específicamente para este fin y, hoy en día, es uno de los grandes protagonistas del ocio nocturno en Eastbourne.

Aquí se celebran espectáculos y producciones para todos los gustos. Su escenario ha acogido a grandes artistas del mundo de la comedia, como Michael McIntyre, destacados intérpretes de música clásica, como la Orquesta Filarmónica de Londres, y musicales internacionales de la talla de Beautiful: The Carole King Musical.