10 lugares de Bath para triunfar en Instagram

Una de las atracciones más emblemáticas de Bath es el puente Pulteney. Se considera todo un símbolo de la arquitectura georgiana, ya que está construido con frontones, pilastras y cúpulas de color plomizo sobre el río Avon. Tal vez lo reconozcas por la adaptación cinematográfica de Los miserables que se rodó en 2012, en la que se hizo pasar por un puente sobre el Sena.

Quienes deseen alejarse del bullicio de la ciudad, encontrarán en el puente Pulteney un remanso de tranquilidad. En cualquier época del año, ofrece una panorámica relajante del río y de la presa. Además, los establecimientos que lo flanquean a ambos lados lo convierten en un lugar ideal para comer algo ligero.

Seguramente, cuando visites el castillo de Sham pensarás que se trata de una auténtica fortaleza por su fachada medieval. Sin embargo, no es más que un capricho arquitectónico diseñado para emular la entrada majestuosa de una fortificación, como sugiere su nombre en inglés, ya que sham significa "farsa". Sus altos muros de piedra están decorados con torreones de tres plantas y torres de dos alturas, así como con ventanas ornamentales.

Si te apetece salir en la foto, asegúrate de posar en la fachada frontal, ya que el otro lado prácticamente carece de adornos. Además de por su peculiar arquitectura, vale la pena acercarse al castillo de Sham para disfrutar de unas vistas sin igual del horizonte de Bath.

El jardín inglés del parque Prior de Bath no solo destaca por el verdor de sus colinas, sino por su pintoresco puente del siglo XVIII de estilo palladiano. El peculiar diseño de esta construcción, con un amplio arco central, balaustradas con rampas y medias columnas jónicas, está inspirado en el estilo y la arquitectura de la antigua Roma. No lo suelen visitar muchos turistas, por lo que podrás tomarte tu tiempo para fotografiar el pintoresco entorno.

Un paseo por el parque Prior también te permitirá disfrutar de unas vistas impresionantes de Bath, sobre todo en invierno, cuando todo está cubierto de un manto de nieve.

El Royal Crescent es un magnífico ejemplo del carácter innovador de la arquitectura georgiana. A primera vista, parece un palacio con un jardín impecable, pero si te acercas te darás cuenta de que está formado por 30 viviendas adosadas que dan lugar a la que se podría considerar la medialuna arquitectónica más bonita del mundo. La mayoría de los domicilios son privados, pero puedes asomarte al número 1 para conocer mejor cómo se vivía en el pasado.

Está prohibido el acceso de autobuses a la zona, lo que contribuye a la tranquilidad del entorno y a la belleza del conjunto.

A menos de cinco minutos a pie del puente Pulteney se hallan las termas romanas y las ruinas del templo de Sulis Minerva, de unos 2000 años de antigüedad. El lugar ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo de los años, al igual que las estatuas de emperadores y gobernadores romanos que decoran la terraza que da al Gran Baño.

Te recomendamos que visites las termas por la noche en verano, cuando el Gran Baño está iluminado con antorchas. Aprovecha que abren hasta las 22:00 y fotografía el lugar sin hordas de turistas.

El Museo Holburne alberga una impresionante colección de objetos decorativos y obras de arte, aunque ya solo su arquitectura es digna de admiración. Su gran fachada está complementada por el césped impoluto de la entrada, que destaca la belleza de esta construcción, una de las más bonitas de Bath.

Además de la majestuosa arquitectura, vale la pena admirar el cuidado jardín del siglo XVIII que la rodea. Podrás descansar y sacar fotos tranquilamente desde la cafetería, que ofrece unas vistas magníficas de la vegetación de los jardines exóticos de Sydney, los únicos que quedan de este tipo en Gran Bretaña.

El parque Alexandra, con casi cinco hectáreas de extensión, ofrece unas vistas imponentes de Bath desde su situación privilegiada en lo alto de una ladera, al sur de la ciudad. No hay nada como acercarse hasta aquí para fotografiar el paisaje urbano y las colinas de los alrededores.

En el parque también podrás admirar árboles antiguos y vegetación exuberante. Además, cuenta con numerosos bancos para descansar, desde donde podrás contemplar el panorama y sacar unas fotos memorables de esta ciudad histórica.

La abadía de Bath es una iglesia parroquial gótica situada a tan solo tres minutos del puente Pulteney. Se construyó por orden del obispo Oliver King, inspirado por un sueño en el que los ángeles subían y bajaban por una escalera procedente del cielo. Al poco de tener esta visión, mandó inmortalizarla en piedra en la forma de este impresionante templo.

La abadía de Bath es un interesante sujeto fotográfico, ya que el exterior está decorado con agujas góticas y escaleras ornamentadas con ángeles. Es famosa en especial por la cubierta de la nave, el máximo exponente de bóveda de abanico del mundo.

Los jardines Parade de Bath son los más populares de la ciudad. Se hallan en pleno centro de la ciudad, a un par de minutos a pie del puente Pulteney. Desde aquí se puede disfrutar de unas magníficas vistas del río Avon y la presa, en especial desde la columnata de inspiración italiana situada en el extremo oeste. Vale la pena acercarse a este pequeño oasis en medio del bullicio de la ciudad. No te cansarás de sacar fotos a los bonitos arriates y los sicomoros que salpican el parque.

Hay que pagar entrada para visitarlo, pero el precio es muy asequible y los residentes que poseen una Discovery Card pueden acceder gratis.