10 grandes lugares de Francia protegidos por la Unesco

El monte Saint-Michel es un lugar único en mitad del mar, concretamente a 600 metros de la costa de Normandía, en el noroeste de Francia. Esta comuna insular se fundó en el siglo VIII con elementos de protección tales que nunca se la pudo conquistar, entre ellas unas mareas que, según decía Víctor Hugo, "cambiaban tan rápido como un caballo al galope". Abadía, fortaleza, prisión y, en la actualidad, destacada atracción turística, una visita al monte Saint-Michel te transportará a través de los siglos hasta la Edad Media.

Eso sí, si deseas alojarte en la isla del monte Saint-Michel, las opciones son escasas, así que lo mejor es reservar con antelación.

Las zonas de las orillas del río Sena, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, se extienden a lo largo de casi cinco kilómetros, desde la torre Eiffel, al oeste, hasta la catedral de Notre Dame, al este. Adornadas con puntos de referencia espectaculares como el Museo del Louvre, el Gran Palacio y edificio del ayuntamiento, este lugar es como un gigantesco museo al aire libre en el corazón de la metrópolis francesa. Si deseas alojarte en el área, podemos ofrecerte varios hoteles situados junto al río Sena entre los que elegir. Selecciona el que más te guste en nuestro mapa detallado.

Carcasona es una espectacular ciudadela que establecieron los visigodos en el siglo V en el lugar que ocupaba un asentamiento romano. Está estratégicamente situada en el suroeste de Francia, entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo. A mediados del siglo XIX se restauró por completo y, en la actualidad, no solo presenta unos bellísimos elementos decorativos de otras épocas, sino que, además, es un lugar muy acogedor gracias al carácter vivo de sus habitantes.

El palacio y parque de Versalles está situado a unos 20 kilómetros al suroeste del centro de París. Se trata del lugar en el que vivió el último rey de Francia, Luis XVI, hasta su muerte, y constituye una verdadera obra de arte que diseñaron los mejores artesanos del siglo XVII. Prepárate para dejarte sorprender a cada paso de tu visita a Versalles: desde los jardines de estilo inconfundiblemente francés hasta el Salón de los Espejos, el recorrido te hará sentir que formas parte de un cuento de hadas.

La catedral de Chartres, que data del siglo XII, se considera una obra maestra no solo del arte gótico francés, sino de la arquitectura en general. Ubicada a unos 80 kilómetros al suroeste de París, es famosa por sus elevados chapiteles, los cuales alcanzan los 105 y 113 metros respectivamente. También te sorprenderán el tamaño y la belleza de sus vidrieras policromadas, entre muchos otros elementos decorativos.

Situada a orillas del Ródano, en el sureste del país, Aviñón es una ciudad fortificada célebre por haber sido el hogar del papa durante el siglo XIV, un hecho que regaló a la ciudad edificios espectaculares como el palacio papal y la catedral de Notre-Dame des Doms. Otro de los monumentos arquitectónicos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco es el puente de Saint Bénézet, el cual aparece en la popular nana francesa "Sobre el puente de Aviñón". Si quieres ver de cerca todos estos puntos de referencia inolvidables, te animamos a elegir tu alojamiento en Aviñón en función de la zona, de modo que puedas visitarlos todos cómodamente a pie.

Arlés es una ciudad histórica ubicada entre Montpellier y Marsella, en la Costa Azul francesa. Los ligures fundaron la localidad a orillas del Ródano en el año 800 a. C., antes de que la conquistaran los romanos. Sus remotos orígenes han dado lugar a un número impresionante de monumentos históricos, entre los que destacan el anfiteatro, las termas de Constantino o la iglesia de San Trófimo, entre muchos otros.

Con una extensión de 240 kilómetros entre Toulouse y la cuenca de Thau, el canal del Mediodía une el océano Atlántico con el Mediterráneo en el suroeste de Francia, lo que le ha ganado el sobrenombre de "Canal de los Dos Mares". Se trata de una espectacular hazaña de la ingeniería que data de finales del siglo XVII y que se construyó para transportar productos como el trigo, antes de utilizarse sobre todo con fines turísticos y recreativos.

El Puerto de la Luna debe su nombre a la silueta en forma de luna creciente que adopta el río Garona a su paso por el centro de Burdeos. Tanto la localidad como sus muelles se han ido transformando a lo largo de dos milenios de historia gracias a su relevancia como núcleo comercial del suroeste de Francia. En la actualidad, las orillas del río acogen abundantes edificios y puntos de referencia emblemáticos, como la plaza de la Bolsa, por lo que podrás disfrutar de agradables paseos por rincones en los que el tiempo parece haberse detenido.

El puente del Gard es un acueducto romano que se construyó en torno al año 19 a. C. a unos 20 kilómetros al noreste de Nimes y la más alta de este tipo de estructuras en todo el mundo. El objetivo de esta obra maestra de la ingeniería era suministrar agua fresca a la ciudad. En la actualidad, el puente del Gard es una de las atracciones más visitadas del sur de Francia, y ahora te toca a ti descubrir por qué.