10 cosas gratis que hacer en Gran Canaria

La localidad de Mogán es consciente de su riqueza paisajística y, además de protegerla, la ofrece para disfrute de sus habitantes y visitantes. En total, son nueve las rutas conservadas y señalizadas, de entre 7 y 12 kilómetros y de diferentes niveles de dificultad técnica. A lo largo de estas rutas cruzamos el característico paisaje grancanario, con sus barrancos y estribaciones, el curioso fenómeno geomorfológico conocido como los "azulejos" y las fuentes y antiguos canales de agua. La alternancia de zonas más áridas con tramos de vegetación frondosa en los barrancos y las galerías de sauces junto a los hilos de agua añade interés a la ruta.

El Roque del Nublo es un monolito volcánico de unos 80 metros de alto que se ha convertido en el emblema de la isla. Lo consideramos uno de los lugares de visita obligada por la belleza de su entorno natural. Lo mejor de todo es que hay varias rutas para ascender hasta la base del roque y una de ellas es relativamente corta y fácil para todas las condiciones físicas. Se puede ascender hasta los 1750 metros y allí, además del Nublo, encontramos otros dos roques muy fotogénicos, el Fraile y la Rana. En días despejados se llega a ver la isla de Tenerife como suspendida entre el mar y el cielo. Y, como decíamos, los atardeceres son estremecedores.

Los pinares naturales mejor conservados

En Punta Mujeres encontramos los restos de un asentamiento costero que podría datar de los siglos VII o IX d. C. y pudo prolongarse hasta el siglo XV, de modo que se cataloga como prehispánico. El yacimiento está formado por al menos tres viviendas aunque, por la cantidad de restos de animales que se han hallado y por la abundancia de agua dulce y alimento disponibles en la región, se calcula que pudo haber muchas más. Un panel explicativo amplía la información sobre el origen de los primeros grancanarios y la división administrativa de la isla antes de la llegada de los españoles.

Respira hondo y toma fuerzas para subir las escaleras que conducen hasta el mirador. El ascenso es duro, pero no requiere una condición física especial y el esfuerzo se ve recompensado por la belleza de las callejuelas y las vistas del mirador. Una vez arriba, en la balconada, abarcarás toda la bahía, los imponentes acantilados, el puerto y una panorámica de esta bella localidad. También es un sitio muy concurrido al atardecer por las increíbles puestas de sol. Realmente, los paisajes que rodean este lugar se transforman según la hora del día sin perder un ápice de encanto. Un lugar imprescindible.

Paseando por esta pequeña playa de arena dorada, al pie de las montañas y junto a abruptos acantilados, sentirás la belleza del mundo en el que vivimos. De los 19 kilómetros de costa que tiene Mogán, esta es la playa más cercana al pueblo y a los establecimientos de ocio. Tiene todos los servicios, desde acceso para personas con movilidad reducida hasta zonas infantiles. El plus añadido es que las aguas aquí son muy tranquilas, casi como una balsa, toda una ventaja si viajas con niños o te gusta hacer esnórquel. Es una playa frecuentada tanto por turistas como por isleños.

Una actividad al aire libre muy popular en Gran Canaria es precisamente esta, el ascenso a la montaña del Tauro. Aunque existen varias rutas, queremos proponerte la que parte desde el embalse de Salto del Perro. Es una ruta circular de unos 10 kilómetros y de dificultad técnica baja en general, pero con algunos tramos más difíciles. La hemos elegido por los contrastes que los más observadores detectarán en la geomorfología. Esta es una de las zonas más antiguas de la isla y, por tanto, la que más transformaciones ha sufrido. También la vegetación pasa de los pinares jóvenes al sotobosque y a los cultivos de mangos y naranjos al final de la ruta. Además, el recorrido nos llevará hasta el mirador de la montaña de Tauro y pasaremos junto a los restos de un antiguo horno de brea. Los pinares de esta parte de la isla se explotaron hasta principios del siglo XX para obtener leña, carbón, resina y brea.

Todos tenemos en mente la imagen de los famosos molinos de viento de Don Quijote, pero no quedan tanto molinos en pie, reformados y bien mantenidos como para poder visitarlos. Esta es tu oportunidad. Este molino data de la primera mitad del siglo XIX, pero quedó devastado en 1875 por un incendio, parece que intencionado. Permaneció abandonado durante mucho tiempo, hasta que la Asociación de Vecinos de Molino Quemado se propuso buscar medios para la restauración del edificio y la maquinaria. El molino está rodeado de un bonito jardín de cactus y de figuras gigantes de objetos cotidianos que los vecinos sacan de paseo en la romería de San Antonio.

Si te gustan los mercadillos, tienes otro motivo más para visitar Mogán. Esta localidad se transforma los viernes con la afluencia masiva de comerciantes y turistas. Busca joyas ocultas y chollos entre los puestos de artesanía, productos locales de alimentación, fruta y prácticamente cualquier cosa que se te ocurra. Este mercado tiene tanta fama que algunas agencias de viajes lo ofrecen como excursión imprescindible para conocer Gran Canaria. Si tu visita no coincide con este mercado, infórmate de otras alternativas. Casi todos los días se monta algún mercadillo en algún punto de Mogán. Y te podemos asegurar que cada uno de ellos cuenta con su personalidad propia.

Esta iglesia está dedicada a San Antonio de Padua, patrón de la localidad en honor al cual se celebran las fiestas más importantes. Es una bella construcción que ya ha cumplido los 200 años, lo que la convierte en una de las más antiguas de la isla. Se fundó en 1814 por encargo del indiano Matías Sarmiento, afincado en La Habana, bajo las órdenes del artista grancanario José Luján Pérez. Sin duda, merece una visita, por breve que sea, porque es un templo pequeño, acogedor, rodeado de enormes árboles y muy bien cuidado. Está en el centro del casco antiguo de Mogán. ¡No te lo pierdas!