La primera impresión no fue muy buena,aunque había visto las imágenes del hotel, tuvimos la sensación de demasiado antiguo, pero al final he de decir que el trato ha sido fabuloso por parte de Mateo, quien lo regenta, familiar y atento, la cama comodisima y grande, el desayuno correcto, la situación del hotel te permite tener cerca la ciudad Alta y la baja y vives la experiencia de alojarte en un palacio, con grandes espacios, frescos en las paredes y techos,...lo mejor:la sala de desayuno, la cama y la tranquilidad.