Algunos de los errores que se cometen al visitar Ámsterdam no son tan graves como para arruinar el viaje, pero, si sabemos qué evitar, nos aseguraremos de disfrutar de una visita sin contratiempos en la capital holandesa. Los malentendidos inocentes son muy habituales cuando descubrimos un nuevo destino y su cultura local, pero algunas "metidas de pata" pueden acarrear considerables multas. Siempre es mejor prevenir que curar.
En esta guía te explicamos qué es lo que no debes hacer en tu primera visita a Ámsterdam. Hemos incluido aspectos que es necesario tener en cuenta al recorrer las calles de la llamada "capital ciclista del mundo", así como otros que es bueno conocer sobre la cultura de los coffeeshops y el famoso barrio rojo. Recurre siempre a esta lista de cosas para evitar cuando planees tu viaje a la capital de los Países Bajos.
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Pasear por los <em>fietspaden</em> (carriles bici)
La capital holandesa es más de dos ruedas que de peatones
Ámsterdam es célebre por su afición al ciclismo, y es que este destino cuenta con una red de carriles y rutas cuyo origen se remonta a finales del siglo XIX. La mayoría de las carreteras tienen vías específicas para bicis, llamadas fietspaden, que discurren junto a ellas. Algunas zonas solo las tienen marcadas, muy claramente, en calzadas compartidas. Sea como sea, como peatón debes caminar con cuidado: aquí las que mandan son las bicicletas.
¿Consejos? En primer lugar, si vas andando, no invadas nunca estos carriles. Antes de cruzar, mira siempre a la derecha, luego a la izquierda y, a continuación, a la derecha una vez más, ya que los ciclistas tienden a atravesar bastante rápido los cruces peatonales y a ignorar los semáforos en rojo. Si, de repente, te das cuenta de que estás caminando por una acera de uso compartido, hazlo por la izquierda y deja pasar a los ciclistas.
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Pensar que un <em>coffeeshop</em> es una cafetería
En ellos no solo se vende café
Los llamados coffeeshops de Ámsterdam no son "cafeterías" en el sentido tradicional del término. A ver, en algunas de ellas sí que sirven café y otras bebidas, pero, sobre todo, son lugares en los que conocer una de las culturas del cannabis más duraderas del mundo.
La historia del nombre es, básicamente, la misma que la de los locales clandestinos. El primer coffeeshop ocupa el lugar de una antigua panadería en la que también era posible tomar café. "Lo demás" se ofrecía en secreto. Las redadas policiales y la clandestinidad son cosa ya del pasado, pero el nombre coffeeshop sí que ha permanecido.
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Beber alcohol y fumar en público
O es ilegal o no se considera apropiado
Beber alcohol en lugares públicos está prohibido en Ámsterdam. Es posible que la policía se muestre más benévola con esta norma durante los festivales o los fines de semana, así como en lugares como Vondelpark y De Wallen. Sin embargo, si vas por la calle con una botella abierta, o bien bebes o te emborrachas (y das la nota) en público, estás pidiendo a gritos pasar la noche gratis en comisaría.
Por otro lado, también se desaconseja fumar fuera de la privacidad y la seguridad de las cuatro paredes de los coffeeshops. Si lo haces, lo mejor que te puede pasar es que algún oficial de policía que pase cerca te recuerde amablemente las normas. Lo peor es que te multen. Se considera poco respetuoso e incluso un riesgo caminar por la ciudad bajo los efectos de la marihuana, sobre todo porque podrías no ver venir una de las muchas bicis que circulan constantemente.
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Comer pasteles o galletas de cannabis de origen dudoso
Estos dulces se suben más que los cigarros
La cultura del cannabis de Ámsterdam puede constituir una emocionante aventura para muchos visitantes, pero existen errores que debes evitar si no tienes experiencia en el tema. Aquí, si la marihuana no se fuma, se cocina en forma de pasteles y galletas típicas holandesas. También es posible disfrutarla en galletas más tradicionales e incluso en forma de chupachups, aunque estos caramelos verdes tan monos no suelen tener ningún efecto. Los que sí pueden pillarte por sorpresa, sobre todo si nunca has consumido cannabis, son los pasteles y las galletas, ya que su efecto tarda en notarse, pero, cuando lo pasa, ¡vaya sí lo notas! Y es que, al comer, estás ingiriendo sin darte cuenta una dosis que puede resultar demasiado alta.
De hecho, los clientes habituales de los coffeeshops que fuman de vez en cuando, suelen evitar comer estos dulces debido a su potencia. Si, de todas formas, te apetece probarlos, asegúrate de comprarlos y consumirlos solo en locales de confianza, nunca lo hagas de un vendedor en la calle.
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Alquilar una bici sin conocer las normas locales
Debes familiarizarte con el tráfico ciclista amsterdamés
La bicicleta en Ámsterdam requiere costumbre, tanto si eres tú quien se monta sobre las dos ruedas como si decides recorrer la ciudad a pie. Al utilizar este medio de transporte, serás inmediatamente consciente del ritmo del tráfico de la ciudad, y es bastante probable que te adelanten todo tipo de usuarios, desde los más amables hasta los más agresivos.
Entre los consejos básicos incluimos, lógicamente, mantenerte siempre dentro de los carriles específicos y, dentro de ellos, en el que te corresponde, así como dejar paso y espacio a otros ciclistas. Respeta siempre todas las señales y semáforos, indica adecuadamente con la mano cuando vayas a girar y aparca en los lugares habilitados para ello. Te vas a dar cuenta de que muchos de los amsterdameses casi nunca respetan estas normas y tampoco llevan casco. No obstante, por tu propia seguridad, te recomendamos no seguir su ejemplo.
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Pensar que Ámsterdam es solo Damrak y De Wallen
Sal de la red de canales para conocer el ambiente local
Afortunadamente, Ámsterdam es un territorio plano muy fácil de recorrer a pie, y hay mucho que descubrir más allá de los céntricos distritos de Damrak y el barrio rojo de De Wallen. Esta ciudad ofrece zonas conocidas por sus museos, sus hermosos edificios o sus parques repletos de vegetación.
Entre ellas se incluye, por ejemplo, De Pijp, con estrechas casas adosadas y el bullicioso mercado de Albert Cuyp. Por su parte, Westerpark, con su frondoso parque de gran extensión y sus bonitos espacios de ocio, también presume de una bella arquitectura del siglo XX. No queremos terminar sin mencionar Oud-West, un barrio que también ofrece rincones de moda, los célebres terrenos de Vondelpark y pintorescas calles como Kinkerstraat y Overtoom.
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Hacer fotos en De Wallen
Es una falta de respeto hacia las personas que trabajan en la zona
De Wallen es el núcleo medieval de Ámsterdam y el célebre barrio rojo. En sus calles se alinean los bares, las tiendas y museos eróticos, y más de 200 burdeles con escaparates. Ver y experimentar De Wallen suele ser una de esas actividades imprescindibles en cualquier visita a Ámsterdam, aunque solo sea para comprobar de primera mano lo extravagante que es. Sin embargo, ten siempre en cuenta que sacar fotos de los escaparates de los burdeles o de las personas que trabajan en ellos se considera algo grosero e inaceptable.
Una de las principales razones es la privacidad: muchas de estas personas viven una doble vida y no quieren que sus amigos, familias o compañeros sepan que trabajan aquí a través de Instagram. Cuando estés en la zona, respeta en todo momento los carteles que prohíben sacar fotos. Además, los escaparates cuentan con videocámaras de vigilancia y con las cámaras del cuerpo policial para controlar la zona. Es un lugar muy seguro. De hecho, las personas que trabajan en el barrio rojo pueden confiscarte la cámara o el teléfono si te pillan sacando fotos de extranjis.
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No sacar entrada antes de acudir a las atracciones
A menos que no te importe hacer cola durante horas
Lo mejor es hacerte con una tarjeta Iamsterdam City Card, que puedes solicitar online, ya que te permitirá acceder a los principales lugares de interés de Ámsterdam, incluidos más de 70 museos y distintos medios de transporte público. No obstante, hay algunos sitios imprescindibles de la ciudad para los que es necesario reservar con antelación y por separado.
Uno de ellos es la Casa de Ana Frank, para la que se emite siempre un número limitado de entradas online. Si consigues una, solo tendrás que llegar y entrar. En caso contrario, deberás esperar una cola que suele ser bastante larga.
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Perderte la comida callejera amsterdamesa
Tu visita no estará completa si no pruebas los sabores locales
El moderno barrio de De Pijp, en la capital holandesa, acoge el colorido (y sabroso) mercado al aire libre de Albert Cuyp. Lo encontrarás repleto de puestos en los que se venden productos a buen precio y comida callejera exquisita. Entre los platos imprescindibles destaca el arenque en escabeche, en holandés nieuw haring. ¿No eres mucho de pescado? En ese caso, las galletas stroopwafel calentitas son perfectas para comer sobre la marcha.
Por su parte, las patatas fritas supercrujientes, conocidas como frites, son otro refrigerio que no te puedes perder durante tu visita a esta ciudad. Las sirven con la salsa que prefieras. Quizá, en lugar de la básica elaborada con una espesa mayonesa, te apetezca probar otras menos comunes, como la de curri, la de queso o, incluso, la de cacahuete.
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No llevar ropa para el mal tiempo
Haz la maleta consultando la meteorología de tu destino
En Ámsterdam la lluvia es habitual, así que lo mejor es tenerlo en cuenta al hacer la maleta. De hecho, el día se puede torcer incluso en los meses de junio a septiembre y, en determinados momentos del año, puede caer una buena cortina de agua durante todo el día. Por supuesto, eso no detiene a los ciclistas: los verás pedaleando contra viento y marea, ya sea haciendo equilibrios con el paraguas o vistiendo un poncho de plástico.
Además de llevar calzado cómodo para caminar o montar en bicicleta por la ciudad, es esencial que traigas ropa impermeable y chubasqueros para tu visita a la capital holandesa. Afortunadamente, si olvidas incluir estas prendas o si tu paraguas se dobla por el viento, no tendrás problema en encontrar tiendas donde te vendan estos artículos.