10 planes divertidos para ver Milán como los milaneses

Albergo Diurno Venezia es un hotel subterráneo que esconde unos baños de los años veinte debajo de Porta Venezia, en Milán. En el siglo XX, pocas casas contaban con baños propios, y el Albergo Diurno, que se traduce como "hotel de día", abría sus puertas tanto a los visitantes como a los propios milaneses.

Su elegante diseño incluía una sala con columnas rodeada de secciones de cuidado personal y baños públicos con bañeras, pero también podías acceder a servicios de barbería, peluquería, manicura, lavandería e incluso mecanografía. Su decoración y su mobiliario de principios del siglo XX son ejemplos muy bellos de art déco. Con el tiempo, las instalaciones se volvieron obsoletas y cerraron tras el auge económico de la época. Albergo Diurno está gestionado en la actualidad por la FAI, el fondo nacional italiano, el cual organiza visitas guiadas y distintos eventos.

El arte callejero de Milán sorprende al transeúnte en lugares tan peculiares como los muros del Archivo Diocesano, la clínica Ospedale Gaetano Pini, en los alrededores, e incluso el monasterio de la Visitación. Toda la barriada se ha visto transformada por los coloridos trabajos que se han encargado a distintos artistas y famosos grafiteros.

En la entrada del archivo podrás contemplar los caracteres de estilo antiguo de Ivan Tresoldi, ahora dibujados en escayola en lugar de en pergaminos, o la pieza abstracta que adorna las paredes del hospital, obra de Paolo Bordino. "Pao", como se le conoce informalmente, es célebre por transformar los bolardos de la ciudad en pingüinos. También puedes ver los retratos de populares ciudadanos milaneses en las paredes del convento, en este caso de la mano del dúo de artistas callejeros italianos conocidos como Orticanoodles. Si quieres conocer esta galería al aire libre, la tienes a 15 minutos a pie desde la plaza de la Catedral, o puedes coger el metro y bajar en Crocetta.

El Giardino delle Culture, o "Jardín de la Cultura", está situado cerca de la plaza de los Cinco Días, en Milán, y es una buena prueba de que para modernizar un espacio urbano solo se necesita un poco de imaginación y buena voluntad. La zona era, en el pasado, un área de cemento rodeada de edificios. Alguien sugirió convertirla en un aparcamiento, pero los residentes lograron transformarla en el lugar animado que vemos hoy gracias a los fondos de un mecenas.

Un famoso grafitero se encargó de decorar las fachadas de los edificios con espectaculares murales y después se agregaron bancos y pequeños parterres de flores. Por último, se delimitó con vallas para regular el acceso. Hoy en día, esta explanada es un lugar de reunión perfecto para descansar y ver jugar a los niños.

El mercado del Este de Milán es un lugar imprescindible si te gusta comprar objetos alternativos o encontrar tesoros de segunda mano. Se fundó con la iniciativa de renovar lo antiguo, y el lugar escogido hace honor a este objetivo: una antigua fábrica aeronáutica de la Segunda Guerra Mundial.

Si quieres ver estos históricos almacenes en las afueras del este de la ciudad y curiosear los puestos del mercadillo, debes venir el penúltimo domingo del mes. Aquí la actividad no se limita a comprar y vender, también se practica el trueque. En este mercado encontrarás de todo, ya sea un regalo especial en un puesto coqueto o el contenido del ático de alguien que quiere deshacerse de un montón de cosas que ya no necesita.

La casa 770 es una vivienda de estilo holandés en la Via Poerio de Milán que destaca de las residencias de los alrededores por su fachada de ladrillo rojo y su tejado a dos aguas. Si la examinas con atención, tendrás la sensación de que podrías estar en 12 ciudades diferentes, ya que hay copias de esta estructura en Montreal, São Paulo, Buenos Aires, Melbourne y otros lugares con las mismas formas, dimensiones y características.

La casa original es la sede mundial del movimiento jasídico Javad-Lubavitch, en el número 770 de East Parkway, en Brooklyn. Esta dirección es la que da nombre a la réplica milanesa. El propietario era un rabino con un destacado yerno en la comunidad judía que se sintió obligado a replicar la casa para conservar el prestigio de su familia.

La capilla de la Madonna del Grembiule, o "Virgen del delantal", resistió el bombardeo de Milán en la Segunda Guerra Mundial. Para ver estas ruinas, debes bajar Via Meravigli y desviarte por el callejón situado junto a la iglesia de Santa Maria alla Porta. Milagrosamente, la destrucción de la guerra no pudo con el suelo, parte del zócalo y, sobre todo, el mural de la Virgen y el Niño.

La imagen del mural se venera desde el siglo XVII y de la que se dice que tiene poderes sanadores. La capilla nunca se reconstruyó, por lo que este fresco quedó visible para aquellos que pasaran por la zona. La iglesia situada al lado ofrece sus servicios a la comunidad polaca local, lo cual explica el texto bilingüe que se puede leer en la entrada, y acoge una réplica de la Virgen Negra de Częstochowa y una estatua del papa Juan Pablo II.

Villa Invernizzi es uno de los lugares más peculiares de Milán y se encuentra cerca de los jardines de Porta Venezia, en el llamado Cuadrilátero del Silencio. Se trata de una zona residencial tranquila en la que vivió Invernizzi, creador del queso Mio. Aunque está cerrada al público, puedes mirar a través de la verja para contemplar los numerosos flamencos rosa.

Seguro que no te imaginabas que podrías ver una especie exótica como los flamencos en tu viaje a esta ciudad. Se trajeron desde África y Chile, y el entorno que se creó para ellos en Villa Invernizzi era tan favorable que se empezaron a reproducir hasta convertirse en una auténtica bandada.

Bar Luce es un acogedor restaurante en el interior de la Fundación Prada, en Milán, cuyo diseño es obra del aclamado realizador Wes Anderson. La estructura es testimonio de que no solo dirige excelentes películas, sino que también cuenta con grandes habilidades arquitectónicas. Anderson quería crear un entorno en el que los clientes se sintieran lo suficientemente cómodos como para elegir este sitio para leer, charlar o escribir, además de para comer o tomar algo.

Tanto el mobiliario de Formic, como los suelos y los paneles de madera se han elegido para recrear una atmósfera italiana de los años cincuenta. Si te fijas bien en el techo y la parte superior de las paredes, verás detalles que imitan la decoración de la Galería de Víctor Manuel, en el centro de la ciudad. ¿Te apetece visitar el local? Puedes llegar desde dentro de la Fundación Prada o desde via Orobia.

El barrio de Maggiolina es una zona de Milán famosa por sus peculiares viviendas con forma de iglú. El proyecto es obra del arquitecto Mario Cavallè, que aplicó un modelo que ya se había probado en Estados Unidos y que se caracterizaba por una silueta redondeada poco habitual que permitía muchísima flexibilidad en la organización de los interiores. Las viviendas se levantaron durante la reconstrucción de Milán tras la Segunda Guerra Mundial.

Cavallè también diseñó casas de campo con forma de seta que acabaron demoliéndose en los años sesenta. También estaba previsto derribar los iglús, pero los residentes se habían encariñado tanto con ellos que se opusieron. Para conocer esta zona, coge la línea de metro Lilla hasta Marche o Istria, y dirígete hacia la Via Lepanto.

La iglesia de San Bernardino alle Ossa, cerca de la plaza Fontana en Milán, es un templo famoso por su osario, que presenta paredes llenas de huesos y cráneos. Comprobarás que, desde fuera, la construcción se asemeja más a una residencia que a un lugar religioso. Para visitar el osario y sus esqueletos, debes bajar la nave lateral situada a la derecha de la entrada.

Muchos creen que los restos provienen del antiguo hospital de los alrededores o, incluso, de los cementerios olvidados de la ciudad. Si miras encima de la puerta, verás una serie de recipientes que contienen lo que queda de personas sentenciadas a muerte. La capilla también acoge la tumba de algunos descendientes de Cristóbal Colón, con su escudo de armas a los lados del altar.