Las cinco mejores playas de Benidorm

La playa de Levante es la más popular de Benidorm. Es accesible a pie desde la ciudad y cuenta con numerosas instalaciones repartidas a lo largo de sus tres kilómetros, con abundantes tumbonas para descansar al sol y restaurantes en el paseo marítimo. La costa se adentra suavemente en el mar, lo que la convierte en un lugar inmejorable para darse un chapuzón tranquilamente bajo la atenta mirada de los socorristas. Además, aquí también se pueden practicar actividades divertidas, como motociclismo acuático y parapente.

Si decides pasar tus vacaciones en familia en Benidorm, probablemente pasarás la mayor parte del tiempo en la playa de Levante. Como se limpia todas las noches, es un arenal impoluto. También encontrarás varios bares en ambos extremos de la playa, ideales para tomar algo al atardecer y una oferta hotelera muy interesante.

La playa de Poniente es una de las opciones preferidas de los lugareños y los visitantes de más edad. Está cerca de la ciudad, pero la envuelve una atmósfera tranquila y relajada. Además, hay numerosos bares y chiringuitos para tomar algo, así como zonas más frescas a la sombra de las palmeras y un parque infantil muy cerca. Por la noche, el servicio de limpieza se encarga de adecentar el arenal. Esto ha hecho que los hoteles cerca de la playa sean de los más demandados por los visitantes.

La curva dorada que traza la playa de Poniente es especialmente atractiva a primera hora de la mañana, antes de que lleguen los primeros bañistas en busca de una posición privilegiada frente al mar. Está conectada con la playa de Levante mediante el paseo marítimo, por lo que puedes echarles un vistazo a las dos para decidir cuál te gusta más.

La cala del Mal Pas es una playita recogida de unos 120 metros ideal para las parejas que buscan intimidad para disfrutar tranquilamente de placeres sencillos, como el sol, el mar y la arena. Esta cala de arena fina es difícil de encontrar, ya que está separada de la famosa playa de Poniente por el puerto deportivo. Para orientarte, puedes buscar el famoso mirador del Castell, situado en uno de los extremos de la cala. En esta zona, las olas y la brisa son bastante suaves, de modo que la tranquilidad está garantizada.

Cerca de la reserva natural de la Sierra Helada se halla la playa del Albir, de aguas cristalinas y una limpieza impoluta. Aunque también encontrarás tumbonas y vendedores ambulantes de bebidas, no tiene nada que ver con el resto de las playas de Benidorm. Si buscas un poco de acción, puedes alquilar un kayak y explorar las cercanías del cabo. Recuerda tener cuidado con las rocas afiladas y los corales al nadar en estas aguas.

La playa del Albir se encuentra bastante lejos de Benidorm, lo que explica la tranquilidad que reina en el lugar. Para visitarla en coche, debes recorrer el cabo en dirección este, hasta llegar a la localidad de Cap Blanc. El trayecto dura unos 15 minutos.

La playa de la Almadraba te permitirá redescubrir la belleza de las cosas sencillas. No dudes en visitarla si quieres disfrutar de la naturaleza en estado puro. A pesar de que la rodean las montañas, esta playa de guijarros está bañada por el sol a lo largo de todo el día, lo que la convierte en una de las opciones preferidas de los lugareños y los aficionados al buceo con esnórquel. Además, en la costa pedregosa abundan los peces y los crustáceos. Aunque no es oficialmente una playa nudista, muchos bañistas prefieren prescindir del traje de baño para disfrutar de los rayos de sol.

Para visitar la cala Almadraba, sigue la carretera de la costa en dirección este desde la playa de Levante. En una de las curvas, encontrarás un aparcamiento en el que dejar el coche. Desde ahí, desciende por la colina para recrearte con la belleza natural de Benidorm.