Las 10 mejores actividades en Baviera

A finales de septiembre o principios de octubre, se celebra durante 16 o 18 días el festival tradicional, o Volksfest, más multitudinario del mundo. De hecho, los festejos cerveceros de la Oktoberfest atraen a cerca de seis millones de visitantes todos los años. Esta celebración de más de 200 años de antigüedad es un elemento inseparable de la cultura bávara e incluso se ha exportado al resto del mundo, desde Río de Janeiro hasta Shanghái, pero Múnich sigue siendo el hogar espiritual de esta fiesta y alberga la Oktoberfest más grande del planeta.

Sin embargo, este festival es mucho más que jarras desbordantes de cerveza. Aprovecha la ocasión para probar la deliciosa gastronomía de la región, como el käsespätzle, la weisswurst, el codillo de cerdo y las almendras garrapiñadas. En algunos puestos también se ofrecen espectáculos de música y danzas tradicionales. En ocasiones el bullicio y el alboroto alcanzan cotas inimaginables, por lo que si prefieres una atmósfera más tranquila, te sugerimos que te dirijas al recinto de Oide Wiesn. Aquí podrás revivir muchas de las tradiciones y entretenimientos de la Oktoberfest original.

La Pinacoteca Antigua de Múnich, con una colección permanente que ronda las 900 pinturas, es una de las galerías de arte más antiguas del mundo. Un porcentaje considerable de estas obras pertenecen a la colección de grandes maestros europeos. El nombre de la pinacoteca hace referencia al período que va del siglo XIV al XVIII, época de la que datan las pinturas expuestas.

Entre los grandes clásicos que encontrarás aquí, destacan la famosa Virgen del clavel de Leonardo da Vinci y un autorretrato de Rembrandt. La galería cuenta con miles de pinturas en sus fondos, aunque no se exponen todas de forma permanente, por lo que siempre hay algo nuevo que ver. Existen audioguías muy prácticas para explorar las obras de referencia, pero vale la pena que consultes qué exposiciones temporales coincidirán con tu visita a la ciudad.

El Deutsches Museum es un museo de ciencias y tecnología que presume de enfocar de manera práctica el aprendizaje en sus exposiciones, centradas en temas tan diversos como la astronomía o la biología marina. Como podrás comprobar, en el centro se hace hincapié en la interactividad. El museo pretende que los visitantes utilicen todos los sentidos en las actividades y las demostraciones, lo que lo convierte en un lugar ideal para pasar unas horas divertidas y educativas con los niños.

El Deutsches Museum abre todos los días de la semana y ofrece descuentos a quienes dispongan de la München Card. Los títulos de las exposiciones se indican en alemán e inglés, pero la mayoría de los carteles explicativos solo están en alemán.

El lago natural de Königssee se considera el más limpio de Alemania y es el tercero más profundo del país. Se encuentra en los Alpes de Berchtesgaden, cerca de la frontera con Austria. Sus aguas cristalinas y el pintoresco paisaje que lo rodea atraen como un imán desde hace años a turistas y aficionados al senderismo. Para preservar la serenidad del lugar, desde 1909 solo se permite la navegación por el lago en botes de remos y de pedales, y en embarcaciones de pasajeros con motor eléctrico.

Aunque el entorno natural es indiscutiblemente tranquilo, seguro que no te aburrirás durante tu visita. Debido a las escarpadas paredes del acantilado, no existen caminos que rodeen el lago, por lo que la única manera de explorarlo es en embarcación. Se pueden realizar visitas guiadas en barco con parada en la interesante iglesia de San Bartolomé, construida originariamente en el siglo XII. Si viajas a la zona en verano, tendrás la ocasión de saborear las deliciosas truchas y el pescado blanco que se capturan en el lago, aunque la pesca pública no está permitida.

El Nido del Águila, denominado oficialmente Kehlsteinhaus en alemán, se construyó inicialmente para albergar las reuniones privadas de los miembros del partido nazi. Hoy en día, se ha convertido en un destino popular debido a su interés turístico, y al restaurante y la cervecería de las instalaciones.

El Nido del Águila está situado en lo alto de un promontorio rocoso sobre la localidad de Berchtesgaden. Para visitarlo, existen dos opciones: se puede llegar en coche hasta el aparcamiento del Centro de Documentación de Obersalzberg, donde hay que emprender una caminata de dos horas, o bien se puede coger un autobús y, después, un ascensor hasta la cima. Se dice que Hitler no era muy aficionado a este refugio debido a que sufría de vértigo, pero lo cierto es que la elevación del lugar permite disfrutar de unas vistas impresionantes del paisaje. Se puede visitar de mediados de mayo a finales de octubre; eso sí, los hoteles de los alrededores suelen llenarse rápidamente, por lo que te sugerimos que reserves con antelación si quieres pasar alguna noche en la zona.

El Festival de Bayreuth se celebra todos los años en homenaje a la obra de un gran compositor alemán del siglo XIX: Richard Wagner. De hecho, fue el propio Wagner el que concibió inicialmente la idea de crear un festival especial dedicado a sus óperas. Los espectáculos tienen lugar en el Bayreuther Festspielhaus, un teatro de ópera construido ex profeso para el festival bajo la supervisión de Wagner. El edificio destaca por su estilo rococó, que añade una nota de color a la arquitectura de la ciudad.

Todos los veranos, miles de aficionados a Wagner de todo el mundo acuden a la ciudad con motivo de estos festejos, que duran todo un mes. Como imaginarás, puede ser muy difícil conseguir habitaciones de hotel y entradas para los espectáculos. Así pues, para tenerlo todo bien agendado, reservar con cierta antelación es más un requisito que una recomendación. La lista de espera para conseguir entradas para el Festspielhaus puede ser de años, aunque en algunas ediciones anteriores se proyectaron actuaciones en directo en la plaza de la ciudad y se realizaron al mismo tiempo versiones infantiles de las óperas. Te sugerimos que consultes la programación de eventos antes de tu visita.

Este teatro de ópera barroco, conocido en alemán como Markgräfliches Opernhaus, está incluido en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Aunque se renovó y se restauró no hace mucho, se construyó originariamente entre 1745 y 1750, lo que lo convierte en uno de los escasos teatros de ópera de esta época que todavía se conservan en Europa.

La belleza del interior es impresionante y merece la pena visitarlo para sumergirse en su atmósfera. Para explorar el edificio por dentro, la única opción que existe es unirse a un recorrido guiado. Las visitas se realizan exclusivamente en alemán, pero también se ofrece un folleto en inglés con los principales puntos de interés. En la Ópera del Margrave todavía se celebran espectáculos, por lo que te aconsejamos vivamente que acudas a uno para disfrutar del edificio en su plenitud. Eso sí, te recomendamos que consultes el programa de eventos antes de tu visita.

El castillo de Hohenschwangau, del siglo XIX, es el lugar en el que el rey Luis II de Baviera pasó sus primeros años de vida. Se construyó por orden de su padre, el rey Maximiliano II, en la pequeña localidad de Hohenschwangau, no muy lejos de la frontera con Austria. A su vez, el edificio sirvió de inspiración a Luis II para erigir el cercano castillo de Neuschwanstein, con una estética que parece sacada de un cuento de hadas.

Se puede llegar al castillo desde la localidad cercana en autobús o incluso en coche de caballos. Además, si te apetece visitar los complejos de Hohenschwangau y Neuschwanstein, te gustará saber que puedes comprar una entrada combinado. Los aficionados a la historia suelen disfrutar más con el castillo de Hohenschwangau. En caso de que decidas visitar ambos, te sugerimos que hagas una parada primero en este para comprender mejor de dónde provenían los gustos fantasiosos de Luis II. También se pueden realizar visitas guiadas.

Tras invertir su fortuna personal y recurrir a numerosos préstamos, el rey Luis II de Baviera hizo realidad su sueño de construir el castillo de Neuschwanstein, concebido al mismo tiempo como su refugio privado y como homenaje a Richard Wagner. De hecho, muchas de las habitaciones están inspiradas en óperas de este compositor. El exterior del castillo sirvió de modelo para el parque temático Magic Kingdom de Disney y está rodeado de un paisaje impresionante.

Aunque por fuera tiene reminiscencias medievales, el interior está dotado de las tecnologías más innovadoras del siglo XIX, como un sistema de campanas operado con batería para llamar a los sirvientes y un sistema pionero de calefacción central. El castillo de Neuschwanstein es una atracción muy popular, como demuestra el millón y medio de turistas que lo visitan cada año. Si planeas tu viaje durante los meses de junio, julio y agosto, te aconsejamos que realices una reserva con antelación para ahorrarte las colas.

Con sus casi 3000 metros sobre el nivel del mar, el Zugspitze es la montaña más alta de Alemania. Además, alberga la estación de esquí a mayor altura del país. Los 20 kilómetros de pistas están cubiertos de nieve natural durante seis meses al año, lo que lo convierte en un destino muy popular entre los aficionados a los deportes de invierno, como el snowboard, el esquí y el descenso en trineo.

Sin embargo, los deportes no son el único atractivo de la zona. Aquí también encontrarás la iglesia a mayor altura de Alemania, una aldea-iglú, varios restaurantes de montaña y unas vistas impresionantes de tres glaciares. Los más aventureros podrán recorrer las diversas rutas que llevan a la cumbre, algunas de las cuales incluyen lugares para comer y alojarse. Se puede tardar entre unas horas y varios días en llegar a la cima, en función de la ruta que se elija y de la forma física del senderista. Si no te sientes con fuerzas para una aventura de esta envergadura, también puedes subir en teleférico, con total comodidad y elegancia.